Tras la designación de Juan Barros Madrid (en la foto superior) como obispo de la Diócesis de Osorno, se generó una polémica pues este religioso ha sido acusado de haber sido cómplice de las atrocidades cometidas por el cura Fernando Karadima en contra de menores. De hecho uno de los denunciantes de Karadima, Juan Carlos Cruz señaló que la decisión del Vaticano es «impresentable». Cruz incluso sostuvo que Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz «le pasaron un gol» al Papa Francisco y en otra ocasión afirmó que Barros no sólo estaba al tanto de los abusos sexuales cometidos por Karadima, sino que los presenció y también mantuvo relaciones impropias con el párroco.
A pesar de estas reacciones en contra de su nuevo cargo como obispo, Barros emitió un mensaje a otros religiosos donde contó de su reunión con el Papa Francisco en el Vaticano y ante las reacciones en contra a su nombramiento a razón de su vinculación con Karadima, respondió que «Jamás tuve conocimiento de alguna denuncia respecto del sacerdote Karadima siendo Secretario del Cardenal Juan Francisco Fresno, y jamás tuve conocimiento ni imaginé nunca de aquellos graves abusos que este sacerdote cometía con sus víctimas». Además, agregó que «No he aprobado ni participado en esos hechos gravemente deshonestos. Hubo una investigación exhaustiva por instancias competentes civiles y eclesiásticas para discernir las responsabilidades y sanciones. Con la gracia de Dios llevo más de treinta años de Sacerdote y casi veinte de Obispo, y mucha gente me ha conocido en distintas Parroquias y Diócesis con un feliz ministerio».
Barros lamentó «el dolor de las víctimas» y aseguró que «Quiero recordar que he adherido plenamente a la sentencia condenatoria de la Congregación para la Doctrina de la Fe al sacerdote Karadima» y aseguró que terminó «defraudado por este sacerdote y condeno absolutamente los delitos por él cometidos. El daño que ha causado es enorme«.
Esta actitud del religioso viene a sumar puntos en contra de la Iglesia y los religiosos en general. Pues no sólo una de las víctimas de Karadima lo han apuntado como cómplice, sino que también desde la congregación de los Sagrados Corazones. Sin embargo, las ‘movidas’ al interior de la Iglesia tienden a ser algo oscuras y en orden al sistema piramidal de quienes tienen cargos eclesiásticos.
Por otra parte y a pesar del respaldo por parte de la Nunciatura Apostólica de Chile, el Superior Provincial de la Congregación de los Sagrados Corazones, Alex Vigueras se refirió a que «El nombramiento de Monseñor Juan Barros como obispo de Osorno nos ha dejado perplejos. En primer lugar, porque no se ha tomado suficientemente en cuenta el hecho de que esté comprometido en las acusaciones de abusos realizadas en contra de Fernando Karadima». Además señaló que «parece haber sido llevada adelante en solitario por el Nuncio Apostólico, sin el respaldo de la mayoría de los obispos de Chile. Cuesta entender cómo es posible que todavía se den este tipo de mecanismos, que llevan a una decisión con tan poco respaldo».
Vigueras afirmó que «Un potente signo de comunión eclesial sería que el obispo renunciase, en virtud de lo señalado en el canon 401,2 del código de derecho canónico», además el superior de la Congregación SSCC afirmó que «Hay un momento en que los incendios son controlables: basta con dos o tres compañías de bomberos. Por eso es clave que quienes llegan primero al lugar evalúen la correcta dimensión de la emergencia. Si se equivocan, lo que parecía un pequeño incendio se transformará en una catástrofe con pérdidas irreparables. Que la sabiduría aprendida de nuestras catástrofes naturales nos ayude a evitar las catástrofes eclesiales».
De manera que luego de su nombramiento, Barros ha sido cuestionado y se ha criticado tanto a su figura como a la Iglesia y las autoridades eclesiásticas que lo nombraron. Tras la ola de cuestionamientos ha negado su vínculo con Karadima y su complicidad con sus crímenes en calidad de encubridor. Además, la congregación de los Sagrados Corazones cuestionó el nombramiento, pues sostienen que fue una determinación poco respaldada y llamó a Barros a renunciar.