Previo a todo y luego de haber formado parte del equipo de defensa del Werken Daniel Melinao, recientemente absuelto en el tribunal en lo Penal de Angol, junto a los colegas Nelson Miranda Urrutia y Nicolás Toro Venegas, además de Patricia Lienlaf y Margarita López, potentes y aplicadas asistentes y más aún, teniendo presente los alcances del juicio recién celebrado, me atrevo a sostener lo siguiente:
Lo primero, que es conveniente señalar, es que los montajes policiales son tanto o más viejos que nuestras policías, todo lo cual los chilenos lo hemos vivido desde tiempos remotos, no obstante a tener más presente, quizás, los más recientes y brutales que se cometieron a partir de la dictadura del fenecido genocida.
Pues bien y para apuntar con mayor precisión a lo que hoy ocurre con ello, es que me permito señalar lo siguiente en relación a la reciente absolución del Werken Daniel Melinao y a las falsedades profusamente divulgadas por el diario de Agustín y sus medios asociados, particularmente en lo referido a la reproducción de los dichos (pachotadas) de nuestro ministro del interior.
En primer lugar, el werken fue absuelto en el juicio recién concluido, por que no existe, ni existió una sola prueba que pudiese fundar la pretensión punitiva del estado, más aún y tal cual lo hemos señalado, la acusación fiscal se basó única y exclusivamente en especulación policial, de muy mala calidad, reproducida en el juicio por nuestra (h)inteligencia, todo lo cual dejó nuevamente al descubierto, por un lado, la falta de profesionalismo de nuestras policías y por el otro, la forma como la inteligencia policial ha instrumentalizado al ministerio público, órgano el cual y según la constitución y las leyes, debe actuar en base al principio de objetividad, todo lo cual a juzgar por los hechos, ha sido definitivamente olvidado por los fiscales de dicha institución, ya que tempranamente se presentan y no solo en este caso, como verdaderos enemigos de los imputados.
En efecto, el ministro falta a la verdad los días 10 y 11 del presente cuando a través del diario de Agustín, afirmó que existió en aquel juicio prueba científica e irrefutables testimonios que daban cuenta de la participación culpable del Werken Daniel Melinao, todo lo cual es falso, de falsedad absoluta.
A saber, en el entendido que estamos frente a un delito de homicidio por impacto de proyectil balístico, fundamental resulta dilucidar, al menos, el tipo de arma, sino el arma misma y la posición del tirador. Respecto de ello, los policías que desfilaron por el tribunal de Angol (testigos y peritos) señalaron que no saben si el proyectil fue disparado por un arma larga o corta, agregando luego, lo que es más increíble aún, que bien dicho proyectil pudo haber sido disparado por un revolver de propiedad de uno de los más de cien agentes policiales que se encontraban junto al sargento Albornoz la mañana del 02 de Abril de 2012 al interior de la comunidad Wente Winkul Mapu, diligenciando uno de los tantos y brutales allanamientos a esa comunidad, liderados por supuesto por el mismísimo fiscal Chamorro (algo así como la versión del fiscal peña del wallmapu).
Segundo y sólo para mejor ilustrar, estimo también conveniente comentar que en lo que dice relación con la posición del tirador (del proyectil que dio muerte al sargento Albornoz), fueron los mismos “expertos policías” los cuales en forma contradictoria señalaron en estrados que la posible posición del tirador sería de frente, a 63 o 100 metros, según los dichos de carabineros, mientras que los de la PDI, especularon por su parte que el mismo podría haber provenido desde atrás, a una distancia de 18 metros. La pregunta entonces es, no solamente que tipo de arma dio muerte al citado policía, sino que también donde se encontraba él o la tiradora.
Aún más, el citado policía fue herido de bala a las 10:53 horas del día 02 de Abril de 2012, al interior de Ercilla, en el sector denominado Chequenco, comunidad Wente Winkul Mapu, siendo luego trasladado por tierra al Hospital de Collipulli (diez Kilómetros al Norte), luego al hospital de Angol (31 Kilómetros al Poniente), para luego ser trasladado a Temuco ( 120 Kilómetros al Sur), donde finalmente fallece a las 20:20 horas, esto es casi diez horas después de haber sido herido.
Sus compañeros de armas dicen que dicho “paseo” por tierra se debió a la circunstancia que no se encontraba disponible un helicóptero en la zona, hecho que también es falso, dado que a solo ocho kilómetros de donde fue herido el citado policía, exactamente en la localidad de PIDIMA, también comuna de Ercilla, se encuentra asentada una base militar-policial, dotada de incontables vehículos policiales, dentro de los que se cuentan una helicóptero allí estacionado, todo lo cual puede ser observado por cualquier persona que por allí transita. Si quiere verlo con sus propios ojos, camine no más de un kilómetro desde la Ruta 5 sur, Km 590, hacia la costa.
Asimismo, la otra prueba científica que el ministro hace alusión, corresponde a un “video” grabado en una fecha incierta, cuya calidad de las imágenes, según expusiera un perito cuya especialidad es de “director de televisión”, no permite concluir NADA respecto de la identidad de las personas que supuestamente fueron captadas por aquel, en las inmediaciones del lugar que cayó abatido el sargento Albornoz, a lo cual se suma los testimonios de otros testigos y “expertos” policías, todos los cuales de manera inequívoca afirmaron en estrados que ni ellos ni nadie con capacidades visuales normales de la especie humana, podrían advertir la identidad de quienes por un bosque cercano al lugar citado, transitaban en los instantes inmediatamente posteriores al cual había resultado herido el también citado policía. Tampoco quedó claro la cantidad de todos ellos, el sexo y/o alguna otra característica que podría acercarnos a reconocer la identidad de aquellos, menos, concluir que uno de ellos, precisamente sería el Werken Daniel Melinao, todo lo cual nos quiso así hacer creer el fiscal chamorro. Todo lo contrario, es pura imaginería de Chadwick, la cual por supuesto que fue construida y alentada por los sabuesos Osses y Díaz, Carabineros y PDI, respectivamente, cabecillas de la inteligencia policial en el Wallmapu.
Ya terminando este relato, menester es señalar que este nuevo montaje, recién desbaratado, careció siempre de razón jurídica, fundándose en consecuencia solo en razones políticas, dentro de las cuales está la de la criminalización de las y los que luchan en el Wallmapu, quienes a través de las distintas comunidades en resistencia, avanzan, a paso firme, hacia su liberación, más allá de todas las balas disparadas por los ricos y los gobiernos que los representan, incapaces, por lo demás, de acallar la imparable voz del heroico pueblo mapuche.
Finalmente, las frases proferidas por el citado ministro respecto de todo aquello, pertinente aludir en este comentario, a partir del pasado Jueves, al confundir peras con manzanas, esto en clara alusión a su trauma con el “caso bombas”, me hacen recordar a los “Martes de Merino”, además, advertir la necesidad que intervenga un especialista, ya de la Piscología, ya de la Psiquiatría, capaz de responder respecto de todo ello; por mi parte, me declaro incompetente.
Rodrigo Román Andoñe
Defensor Popular
El Ciudadano