Sergio Valech Aldunate, Obispo Emérito de la Arquidiócesis de Santiago, falleció la madrugada de ayer, a la edad de 83 años. Continuador de la obra del cardenal Raúl Silva Henríquez, dejó un legado en defensa de los derechos humanos y donó parte de su fortuna personal -heredada de familia- a obras de caridad, la mayoría de las veces bajo el anonimato.
VIDA SACERDOTAL
Sergio Valech Aldunate nació en Santiago el 27 de octubre de 1927 y estudió en el Seminario de Santiago, y en la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Chile.
Ordenado sacerdote el 28 de junio de 1953 por el Cardenal José María Caro (Arzobispo de Santiago), fue Vicario cooperador parroquial y Vicario ecónomo de Lo Negrete; Director de la Casa del Clero, y Profesor en el Seminario de Santiago.
En el Arzobispado de Santiago ocupó los cargos de Pro-Secretario, Secretario, Administrador de bienes y Vicario general. También fue Canónigo de la Catedral de Santiago, pero renunció a al título honrífico en julio de 1995.
El Papa Pablo VI lo eligió Obispo de titular de Zabi y Auxiliar del Cardenal Raúl Silva Henríquez, Arzobispo de Santiago, el 27 de agosto de 1973. El 18 de octubre de 1973 fue consagrado en la Catedral de Santiago por el mismo Silva Heríquez.
TRABAJO EN LA VICARÍA DE LA SOLIDARIDAD
La Vicaría de la Solidaridad fue un organismo de la Iglesia Católica chilena, comenzó su actividad después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, cuando un conjunto de iglesias cristianas y miembros de la comunidad judía chilena fueron liderados por el cardenal Raúl Silva Henríquez y crearon el Comité de Cooperación para la Paz en Chile, más conocido como Comité Pro Paz. Tras las constantes presiones políticas de las Fuerzas Armadas, fue disuelta el año 1975. Un año después, el Papa Pablo VI a solicitud del cardenal Raúl Silva Henríquez, creó la Vicaría de la Solidaridad en sustitución Comité.
Centrado en la protección de las víctimas del régimen militar, se crearon los departamentos de asistencia jurídica, laboral, campesinos y de zonas, mientras se consolidaba como una voz para denunciar la represión. A través del trabajo de los estamentos, la Vicaría prestó asistencia social y legal a las víctimas de violaciones a los derechos humanos.
El año 1992, la fundación del mismo nombre, fue creada con el objeto de resguardar la documentación e información del trabajo realizado por la Vicaria de la Solidaridad y su antecesor, el Comité de Cooperación para la Paz en Chile, vinculados a las violaciones de derechos humanos ocurridas durante el régimen militar en Chile. Estos incluyen expedientes judiciales, recursos de amparo, denuncias internacionales, relatos de torturas y desapariciones forzadas del período comprendido entre septiembre de 1973 y marzo de 1990.
Monseñor Valech nombrado entonces vicario de la Pastoral Social, en los últimos desempeñó una fuerte influencia desde el directorio de la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad.
Su experiencia en la defensa de los derechos humanos fue reconocida por las autoridades políticas recientes, al designarlo a la cabeza de la Comisión sobre Prisión Política y Tortura (o Comisión Valech), que emitió, en 2004, un informe dramático sobre las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.
Las “Becas Valech”, forman parte de las medidas compensatorias que recibieron quienes fueron víctimas de prisión política y tortura estipuladas en el informe, y llevan este nombre en su honor. La iniciativa estatal tiene por fin otorgar un “beneficio destinado a reparar las personas que fueron víctimas de prisión política y tortura (Ley Nº 19.992) y permite financiar el 100% de los estudios de educación superior en una institución reconocida por Estado (arancel y matrícula)”.
EL PERDÓN AL FISCAL TORRES
Uno de los momentos emblemáticos en la vida pública de Valech fue la acusación emprendida por el ex fiscal militar Fernando Torres Silva el año 1989, quien en su investigación afirmó que “la Vicaría había sido infiltrada por elementos de izquierda”. Pese a ser constantemente inquiridos por información, el sacerdote negó el acceso a los registros con las personas que solicitaron asilo en la institución. En entrevista a medios de prensa, Monseñor Valech declaró haber perdonado a Torres, aunque nunca se hubiese retractado de sus actos, pues bajo su mirada, “el fiscal hizo lo que tenía que hacer”.
EL ELEFANTE CONTRA LA HORMIGA
No todo en la vida de Monseñor Valech fue reconociento social. En el diario The Clinic del día, 26 de diciembre de 2008, la madre de una de las víctimas abusadas por el “Cura Tato”, declaró que acudió a monseñor Valech en busca de ayuda y lograr “sacar al sacerdote”. La respuesta dada por el representante de la institución católica, según lo publicado, fue “vamos a tomar la medidas, pero no es tan así, y tras la contrarrespuesta de la progenitora “entonces recurriré a la justicia”, él contestó: “Yo creo que no le conviene, porque la Iglesia es como un elefante y usted es como una hormiga”.
EL CLERO Y EL COMPROMISO SOCIAL
Juan Subercaseux Amenábar, abogado de derechos humanos y coordinador del movimiento Somos Iglesia Chile, atribuye la actitud condescendiente y de perdón adoptada por el Obispo a que en ocasiones “el perdón se estira demasiado de parte del clero”. Esto se ve reflejado en “actitudes que no se condicen con la defensa de los derechos humanos”, afirmó.
El laico mostró agradecimiento por la labor de vicario de la solidaridad por su “defensa a fondo” de las fichas secretas frente a los militares y describió a Valech como una persona muy atenta, generosa y respetuosa.
La presidenta de la Comisión Ética Contra la Tortura, Alicia Lira Matus, sostuvo que Valech dejó un gran legado encabezado por el Cardenal Raúl Silva Henríquez. La vocera de las agrupaciones que exigen “verdad y justicia” destacó el coraje y la actitud del difunto obispo emérito, que “no cedió a las presiones de la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina)” y mantuvo un compromiso activo al “proteger al perseguido, al que iban a matar y por sacar la voz por los que no la tenían”.
Por David Abrigo Bilbao
El Ciudadano