Miles de afganos y de afganas salieron a las las calles de Kabul, ciudad capital de Afganistán, para protestar contra el linchamiento, el asesinato y la incineracion de una mujer por parte de toda una multitud desalmada.
La víctima se llamaba Farkhunda y su delito fue quemar una supuesta copia del Coran, acusación que ni tan siquiera fue confirmada. Los padres de la joven linchada defendieron ante la prensa que su hija sufría problemas de salud mental, por lo que si hubiera quemado el libro, esta acción no hubiera sido intencionada.
A consecuencia de la supuesta quema de la copia del Coran, Farkhunda fue golpeada hasta la muerte, quemada y arrojada al río en un lugar cercano al centro de la ciudad.
El caso provocó una gran protesta popular en Afganistán contra los asesinos de la mujer que se tradujo en una multitudinaria manifestación por las calles de Kabul a la que acudieron miles de personas bajo el grito unánime: «Justicia para Farkhunda» y «Muerte a los asesinos».
El ministerio de Interior de Afganistán dijo que 28 personas habían sido ya detenidas tras el asesinato de la joven, y que trece agentes de seguridad habían sido suspendidos como parte de las investigaciones que se realizan sobre el fatal homicidio.
Amrullah Saleh, activista y ex jefe de los servicios de inteligencia del país, asistió a la protesta y declaró ante la prensa que el asesinato de Farkhunda simboliza una parte de los problemas de Afganistán: «Ella dibujó una línea con su sangre entre los que quieren justicia y un estado de derecho, y los que son extremistas en sus puntos de vista y viven en anarquía«, sentenció Saleh.