“Queremos que el Poder Judicial pueda tener algunas modificaciones. Si ustedes miran y analizan la estructura de los jueces se van a dar cuenta que la mayoría de los jueces son de izquierda. ¿Por qué?… Porque en los últimos 28 años hemos tenido cuatro años de gobierno de derecha y 24 de izquierda… Vamos a nombrar buenos jueces. Lo que hay que hacer es tener un mecanismo de designación de jueces público, transparente, fundado en los méritos y no en el amiguismo”. Esa fue la polémica declaración realizada unos días por el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín, ante militantes de Renovación Nacional.
El presidente de la Asociación de Magistrados, Álvaro Flores, repudió las palabras de Larraín y declaró que “el partido de los jueces es la Constitución y la ley. Si eso es ser de izquierda, entonces somos de izquierda”. Junto con ello, agregó que el comentario del secretario de Estado “replican una caricatura que revela una confusión conceptual inapropiada para su cargo”.
«Es inaceptable y repudiamos sus palabras como ministro»
Alicia Lira Matus, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), en conversación con El Ciudadano responde a las palabras de Larraín. “Escuchar los dichos del ministro de Justicia -y, entre comillas, de Derechos Humanos- realmente no me sorprenden, porque hoy casi estamos escuchando las mismas palabras que se decían en dictadura, para descalificar, para rebajar la importancia y relativizar el trabajo que están haciendo algunos jueces”, sostiene.
La dirigenta cree que Larraín se refería a los ministros en visita con dedicación exclusiva, que llevan causas de violaciones a los derechos humanos. En ese sentido, destaca la importancia de que «el intocable Cristián Labbé, agente de la DINA, que ellos blanquearon, y que por muchos años estuvo de alcalde de Providencia, hoy está siendo acusado y procesado por torturas».
Junto con el ex coronel, Lira recuerda igualmente lo ocurrido con Juan Emilio Cheyre, ex comandante en jefe del Ejército, «otro de sus personajes protegidos, también acusado de torturas durante la dictadura cívico-militar en la que participó toda la derecha», dice.
Para la presidenta de la AFEP, Larraín no hace más que «repetir lo que ha dicho el abogado de los criminales, Raúl Meza, y muchos militares y ex militares, que acusan a los jueces de ser de izquierda porque gracias a su actuación, los poco y nada violadores de lesa humanidad que hay presos en Punta Peuco, cumplen condena”.
«Decirles a los jueces que son de izquierda, para Larraín es una forma de descalificarlos, de menospreciar el trabajo serio y acucioso que han hecho. Muy bien le responde el presidente de la Asociación de magistrados cuando le dice que si respetar las leyes es ser de izquierda, entonces sí son de izquierda”, agrega Alicia Lira.
Como Ezzati
La dirigenta ubicó lo expuesto por Hernán Larraín en la misma lógica de los dichos del cardenal Ricardo Ezzati, quien comparó a las personas trans con perros y gatos. «Nos parecen graves esas actitudes, palabras y señales que se están mandando de cómo enfrentar los problemas de ética, temas humanos y de justicia”, criticó.
Por otra parte, recordó que el ministro de Justicia apoyó a Colonia Dignidad, recinto donde los derechos humanos fueron violados sistemáticamente y no solo durante la dictadura. “Además, Larraín tiene un pasado muy oscuro: fue miembro activo del grupo de amigos de Colonia Dignidad, enclave nazi en el sur de Chile, apoyando a Paul Schäfer Schneider, quien quedó demostrado era un criminal y genocida. Hernán Larraín decía que contra Schäfer había una ‘persecución’, ‘acoso’, que todo eran ‘habladurías y mentiras’, cuando la verdad es que en ese enclave nazi se torturó e hizo desaparecer a militantes de izquierda, se abusó sexualmente de niños y adultos, se encerró y esclavizó a cientos, quizás miles de personas», apuntó la dirigenta. «Hasta hoy el ministro no ha reconocido los crímenes que se cometieron ahí”, finalizó.