Argentina: a 35 años de la Guerra de Malvinas y las muertes que nunca debieron suceder

Durante el día de ayer, domingo 2 de abril, se cumplieron 35 años de inicio de la Guerra de Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña. La decisión tomada por la dictadura cívico militar de esa época en el país sudamericano no hizo más que enviar a la muerte a cientos de soldados jóvenes al mismo tiempo que alejó a la Argentina de lograr su merecida soberanía sobre las islas del Atlántico Sur.

Argentina: a 35 años de la Guerra de Malvinas y las muertes que nunca debieron suceder

Autor: El Ciudadano Argentina

Durante muchos años la Guerra de Malvinas, así como los veteranos del conflicto bélico, fueron ocultados o tratados con cierta incomodidad en los discursos oficiales en Argentina. En los últimos años, con la decisión política por parte del kirchnerismo de castigar a los responsables de la última dictadura cívico-militar que tuvo lugar entre 1976 y 1983, el enfrentamiento que se mantuvo con Gran Bretaña tomó otro color.

«Con el transcurso de los años, el subsidio de indigente pasó a ser una pensión de guerra. En la gestión anterior, de una pensión de guerra se pasó a una pensión honorífica de guerra. Así fue tomando un contenido muy distinto a su origen» sostiene Gustavo Moledo de la Asociación Combatientes de Malvinas por los Derechos Humanos (ACOMADEH) en una entrevista para La Primera Piedra. 

A diferencia de otros países, los soldados de Malvinas no fueron recibidos como héroes ni recibieron un reconocimiento oficial, sino que fueron tapados. La lucha por un subsidio, así como la necesidad de ser tomados en serio por el Estado llevó largos años de lucha y aún hoy esa postura sigue en pie. En esa dirección, las recientes intenciones de declarar el feriado del 2 de abril como movible por parte del presidente Mauricio Macri no hicieron más que agitar las aguas. Tras la presión de los organismos de Derechos Humanos de la Argentina, la medida nunca terminó de concretarse.

“La Argentina tiene las espaldas bien cubiertas” había declarado el dictador Augusto Pinochet en 1982, antes del inicio del conflicto. Sin embargo, el militar y genocida chileno pasó a la historia como uno de los facilitadores de la victoria inglesa ante el país trasandino. Además, el rol de Estados Unidos en el conflicto -la dictadura Argentina pensaba que contaba con su apoyo- también fue clave para coronar una guerra que nunca tuvo sentido.

Muchos historiadores concuerdan con que la «aventura» de Malvinas no fue más que un intento de la Junta Militar para prolongarse en el poder. Por ese entonces, la situación económica y social del país empezaba a mostrar las heridas que el proyecto neoliberal implantado por el golpe había ocasionado. Con movilizaciones previas de los principales gremios, el entonces presidente de facto, el dictador Leopoldo Galtieri, decidió anunciar la ocupación de las Islas Malvinas, lo cual despertó el apoyo de diversos sectores de la sociedad, corriendo el eje de lado.

“La única guerra que hubo entre 1976 y 1983 fue la de Malvinas, en la que perdieron la vida cientos de personas en nombre de una batalla desigual. A los crímenes de la guerra se le sumaron los delitos de lesa humanidad cometidos por algunos jefes sobre los combatientes, delitos que deben ser juzgados y condenados como parte del accionar criminal del Estado terrorista», afirmaron los organismos de Derechos Humanos en un comunicado publicado en el 2016.

En esa dirección, afirmaron que «esa es una de las deudas de esta democracia, como también lo es la identificación de los 123 cuerpos de quienes perdieron la vida en el conflicto bélico. Seguimos exigiendo el reconocimiento de la soberanía sobre las Islas».

La guerra, que dejó más de 400 soldados argentinos muertos, la mayoría jóvenes que no contaban con el entrenamiento necesario ni los recursos para soportar las bajas temperaturas de las Malvinas, desnudó la improvisación de quienes tenían las riendas del poder en Argentina y alejó las posibilidades del reconocimiento de la soberanía argentina sobre las islas por parte de Gran Bretaña.

A 35 años de una guerra impulsada por un gobierno genocida y dictatorial, la cual nunca debió tener lugar y que solo trajo muertes evitables, la memoria de Argentina y la región no se nubla y sigue sosteniendo que los tiempos de piratas ya se han terminado. Las Malvinas son argentinas y es tiempo que Gran Bretaña lo reconozca. 

Por Gustavo Yuste
@gusyuste

 


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