Hoy, tres años después del homicidio del weichafe Matías Catrileo, se sabría el pronunciamiento de la Corte Suprema respecto de la condena que debe pesar sobre su asesino, el cabo Walter Ramírez Inostroza. Sin embargo, el abogado defensor de éste realizó una solicitud de suspensión que fue acogida.
Ramírez Inostroza, siendo carabinero de Fuerzas Especiales, asesinó por la espalda al joven mapuche. Ya la Fiscalía Militar de Temuco concluyó que el cabo es culpable de “violencia innecesaria con resultado de muerte en la persona de Matias Catrileo”, pidiendo una condena de 10 años de cárcel.
Según Mario Catrileo, padre del weichafe, esperarán hasta el próximo miércoles 31 de septiembre para volver a apelar a la audiencia y saber finalmente la condena del suboficial.
La Corte Suprema, última instancia para resolver el caso, que comenzó en 2008. En anteriores ocasiones para el Juez Militar de Valdivia, Eleuterio Ramírez, el asesinato del joven no significó lo mismo que para la comunidad, condenando al acusado a principios de 2010, sólo a 24 firmas mensuales. Situación que la Corte Marcial de Santiago aumentó a 48 meses.
Hasta hoy, Walter Ramírez sigue activo en Coihaique, con salario fijo y con el beneficio de asignación de zona (un bono económico por la ubicación). Lo que es considerado por organismos de derechos humanos como una muestra de que en la justicia chilena y en la militar aún hay mucho por avanzar.
El año del asesinato, la presidenta Michelle Bachelet afirmó, durante la inauguración del museo de la Memoria y Derechos Humanos: “En democracia se hace justicia y se hará justicia, eso es lo que nosotros podemos asegurar”. Situación que ni con ese gobierno concertacionista o de la derecha se ha podido concretar.
La familia Catrileo Quezada ha hecho circular un comunicado donde señalan: «El Estado chileno no tuvo nunca voluntad política de hacerse cargo de lo que hacen sus fuerzas represivas. Los crímenes cometidos por Carabineros en los gobiernos de Frei, Lagos y Bachelet, siempre los justificaron. Los tribunales militares dan penas irrisorias a los agresores militares cuando hay víctimas civiles».
EL ASESINATO
El amanecer del 3 de enero de 2008 fue el día en que la comunidad mapuche perdió a su weichafe (guerrero de la tierra). Matias, quien cursaba cuarto año de la carrera de agronomía en la Universidad de La Frontera de Temuco, participaba en un proceso de recuperación territorial pacífica, en el fundo Santa Margarita, del empresario Jorge Luchsinger, donde es asesinado por Walter Ramírez, suboficial del Gope, quien disparó su UZI a la espalda de Matías.
El cuerpo de Catrileo fue llevado, en ese momento, por los comuneros por miedo a que las pruebas de la , acción policial fueran alteradas. Se negaron a entregarlo a la justicia chilena, siendo llevado ante el arzobispo de Temuco, Manuel Vial.
Finalmente, gracias a la mediación del obispo de Villarrica, Sixto Pazinger, el Catrileo fue entregado al Servicio Médico Legal donde se realizaron las pericias respectivas, que después fueron consideradas por los tribunales de justicia, quien resolvió la acción como de: «Violencia innecesaria».
El año pasado, el ex fundo Santa Margarita fue entregado a la comunidad que lo reclamaba.
Toda esta situación se da en el contexto del trato de recuperación de tierras por parte de la Comunidad Mapuche al sur de Chile.
Por Camila Méndez Pérez
El Ciudadano