¡Una mirada homosexual desde el Caribe!
Hombres y mujeres de la comunidad LGBTT de todo el mundo están expuestos (as) a las diversas consecuencias de la homofobia y el discrimen. Estas consecuencias habrán de poseer desde agresiones, asesinatos, encarcelamientos y Leyes que penalizan la homosexualidad. La magnitud de la homofobia radica en la realidad que viven homosexuales en todo el mundo. En Irán por ejemplo, continuamente ahorcan a homosexuales en plazas públicas. En otros países es tanto el odio, que los queman, golpean y asesinan en las calles. A esto debemos sumar que hay lugares donde por ser homosexual puedes terminar en la cárcel o recibir condenas como latigazos, entre otros.
Esta homofobia tan proliferada en el planeta tierra no permite el pleno desarrollo de millones de homosexuales, quienes viven ocultamente su identidad sexual. Por lo que también obliga a millones de personas homosexuales a tener que emigrar en búsqueda de una mejor calidad de vida.
Lo justo para cualquier ser humano lo es tener libertad, y tener derecho a su dignidad humana e integridad física. Sería justo que todas las personas tengan iguales oportunidades en el empleo y que el discrimen fuera un concepto del cual no tuviéramos que hablar.
Tristemente el discrimen por orientación sexual es una realidad que sigue cobrando vidas inocentes. La Homofobia sigue construyendo armarios en los que hombres y mujeres se visten de una mentira, teniendo que ir viviendo una doble vida desde el sufrimiento.
Quizás algunos ejemplos de los homosexuales que se ven obligados a emigrar de sus países por causa de la homofobia son: aquellos procedentes de países árabes o africanos. En el pasado. Los homosexuales latinoamericanos eran de igual manera muy perseguidos, aunque actualmente, Latinoamérica se ha abierto a la inclusión, pero falta mucho por hacer.
Cuando una persona homosexual siente que no puede vivir abiertamente su identidad sexual en su país de origen, habrá de mirar a sociedades más inclusivas en donde puedan vivir libremente y desarrollar todos sus talentos. Talentos que muchos países homofóbicos desperdician por discriminarles.
Pero no todo es desesperanza. Existen políticas de reunificación familiar en países como Australia y Canadá, en donde admiten el patrocinio de una visa de residencia permanente para el cónyuge o pareja de derecho común del mismo sexo.
En mi próximo escrito sobre este tema indagaré más sobre aquellos países que ya pueden estar ofreciendo algún tipo de asilo por orientación sexual.
La dignidad humana no reconoce al discrimen como una acción legitima de las libertades que deben tener todos los seres humanos. Libertades que algunos utilizan para coartar los derechos de otros.
Hay que seguir luchando por la equidad.