Bachelet reafirma prohibicionismo contra la marihuana

El psiquiatra Mariano Montenegro fue el principal promotor para que el cannabis pasara a la Lista 1 de sustancias más peligrosas junto a la cocaína, el opio y la heroína. Contrario a los usos médicos de la marihuana y al autocultivo, será la máxima autoridad en política de drogas del gobierno de la Nueva Mayoría. A su juicio, la marihuana en escolares “produce la alteración de la mente, los transforma en adictos y los impulsa a dejar la educación”.

Bachelet reafirma prohibicionismo contra la marihuana

Autor: Mauricio Becerra

marcha cannabis
Con la nominación del psiquiatra Mariano Montenegro a cargo del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), el gobierno de Bachelet reafirma que la anhelada apertura respecto del autocultivo para uso personal de cannabis y el uso medicinal de la planta, era sólo un discurso para ganar votos. Montenegro representa el ala más conservadora de la psiquiatría. Partidario de una institucionalidad de drogas relacionada más con la subsecretaría del Interior que del Ministerio de Salud, se ha manifestado siempre en contra de despenalizar las drogas y por mantener políticas prohibicionistas. Además manifiesta una aversión particular por el cannabis.

Seleccionado por el sistema de Alta Dirección Pública, quien trabajara por más de 10 años en Conace (hoy Senda), será la principal autoridad en políticas de drogas. Psiquiatra de la Universidad de Chile con un Máster en Drogodependencia en la Universidad de Alicante en España, Montenegro fue jefe de la Unidad de Desintoxicación de Drogas entre 1995 y 2001. Luego pasó a ser jefe del Área de Salud de Conace, espacio desde el cual se convirtió en la voz ‘experta’ que apelando a un discurso biomédico redujo el complejo problema de uso de drogas a un tema de adicciones y seguridad pública. Fue la época en que la directora del organismo, María Teresa Chadwick, reforzaba la criminalización de las drogas y la estigmatización de los usuarios. El psiquiatra fue también protagonista y principal promotor para que el cannabis pasara a fines del anterior gobierno de Bachelet a la Lista 1 de sustancias más peligrosas junto a la cocaína, el opio y la heroína.

Militante del Partido Socialista, Montenegro participó en el área de Seguridad Ciudadana de la precampaña presidencial de Andrés Velasco. Luego de la nominación de Bachelet como candidata integró la subcomisión de drogas del comando, junto a Javiera Blanco y María Teresa Chadwick. La nominación del psiquiatra evidencia, al igual como en otros ámbitos del gobierno de Bachelet, que la promesa de cambio del gobierno de la Nueva Mayoría respecto de temas donde las actuales políticas han resultado un gran fracaso, la incapacidad de generar políticas novedosas, realistas y eficaces.

DESPENALIZACIÓN Y AUTOCULTIVO

La regulación del mercado de la marihuana en Uruguay, proceso iniciado en 2014 por el ex presidente Mujica, y la evidencia científica cada vez más contundente que respalda el uso medicinal de la planta, otorgaron nuevos aires a la discusión sobre políticas de drogas. En EE.UU. ya son más de 16 estados que permiten el uso médico del cannabis.

Los vientos de cambios llegaron incluso hasta la disputa presidencial de 2014, cuando varios candidatos presidenciales se manifestaron a favor de la despenalización. Incluso en el Congreso se inició la tramitación de proyectos de ley destinados a legalizar el autocultivo de cannabis para el consumo privado, promovidos por diputados de diversas afiliaciones políticas.

Mariano Montenegro

Mariano Montenegro

A principios de abril la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados despachó favorablemente una de aquellas propuestas, la que contempla autorizar el autocultivo de hasta 6 plantas por domicilio, su uso con fines terapéuticos y prescripción médica, además del porte de un máximo de 10 gramos para consumo privado.

En la discusión llamó la atención que pese a las evidencias científicas y los últimos descubrimientos sobre los usos de cannabinoides que confirman por lo menos el uso de estos en al menos cinco enfermedades, la cerrada defensa del modelo prohibicionista por parte de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, la Academia Chilena de Medicina y la Asociación Chilena de Facultades de Medicina, argumentando “los peligros que una medida como esta representa para la salud de la población”.

También la discusión de la sala permitió visibilizar la hasta ese entonces difusa postura del Ejecutivo. En la ocasión el subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows, se manifestó opositor al despenalizar el autocultivo, el consumo medicinal y recreativo del cannabis. «En cerebros en desarrollo, sí puede producir daños el consumo de la marihuana y, por lo tanto, es un consumo riesgoso»- sostuvo Burrows, quien agregó que «si es que se aprueba el consumo de marihuana, desde el punto de vista de salud, debiera ser solamente restringido a los aspectos sanitarios, o sea, esto es cuando tiene indicación médica o terapéutica».

Al otro lado del debate están las organizaciones cannábicas e investigadores que ya evidencian las potencialidades respecto de los cannabinoides. También figuró en las conversaciones Roberto del Águila, representante en Chile de la OMS, quien sostuvo que permitir “seis plantas es porque específicamente se está considerando de que eso es un autoconsumo y no una producción masiva para la venta, que es uno de los problemas mayores». El funcionario de la OMS agregó que «todo aquello que signifique la despenalización del consumo de marihuana es un avance. La idea es tratar a los que consumen como personas adictas, enfermos y no como delincuentes».

LOS ARGUMENTOS DEL ESTAMENTO TERAPÉUTICO

El martes 14 de octubre de 2014, el Presidente de Sonepsyn, el neurólogo José Luis Castillo, junto a los psiquiatras Montenegro y Carlos Ibáñez expusieron ante la Cámara su rechazo a cualquier despenalización del cannabis. Articulados en las Sociedades Científicas de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía (SONEPSYN), han monopolizado la discusión en torno al uso de drogas, su investidura institucional les confiere del aura de cientificidad y experticia necesarias para instalar sus argumentos. A la vez representan los intereses de un sector importante del estamento médico en mantener la prohibición y la constelación de clínicas y comunidades terapéuticas que les siguen entregando una buena clientela.

Al revisar la presentación de los médicos, argumentan el riesgo del cannabis según mediciones estadísticas. Muestran estudios que dan cuenta de “altos niveles de consumo” y una “subida alarmante” en la población adolescente escolar que se dobla en cuatro años, de 15% (2009) a 30,6% (2013). La función cognitiva de dicho recurso estadístico les permite argumentar como conclusión que “el objetivo fundamental de las políticas públicas en materia de drogas en Chile debería ser reducir el consumo”.

Bajo el título “La marihuana es una droga que produce graves daños a la salud”, los argumentos dados son:

• El 24% de los pacientes adultos en tratamiento, la droga principal de consulta y tratamiento es la marihuana.

• El 60% de los pacientes adolescentes que están en tratamiento, la droga principal de consulta y tratamiento es la marihuana.

• Incluso en adolescentes infractores de ley (2013) la distribución por sustancia principal de consulta y tratamiento es: Marihuana (36,66%), pasta base (35,08%); alcohol (15,75%).

• El 20% de los consumidores de marihuana de último año en Chile, son consumidores problemáticos (estudio hogares) y el 15 % de los adolescentes (estudio escolares).

Además del uso de la estadística como patrón de verosimilitud, los médicos reducen el fenómeno a la población usuaria de cannabis detectada por el sistema público de salud. Omiten señalar que muchas de estas consultas son derivadas de detenciones de jóvenes por la policía y que el juez, imposibilitado por la legislación, no tiene otra medida que enviarlos a tratamiento. De esta forma consumidores no problemáticos de cannabis pasan a engrosar el listado de ‘pacientes en tratamiento’. Otra reducción de los integrantes de la SONEPSYN es generalizar a partir de estadísticas concernientes a adolescentes infractores de ley para tratar de explicar un daño al conjunto social. Dichos guarismo estadísticos les permiten recomendar que “Existe suficiente evidencia científica y epidemiológica de los efectos negativos para la salud de la marihuana, y existe insuficiente evidencia científica para los efectos favorables de los cannabinoides para la salud”.

CRUZADO ANTICANNABIS

El nuevo director de Senda tiene una animadversión especial con el cannabis. Como principal responsable de la inclusión de la planta en la Lista 1 en 2009, durante la campaña de Bachelet de 2014 entró de lleno a la discusión sobre despenalización y consiguió que el comando apenas planteara “revisar” la actual ley de drogas.

En una entrevista de enero de 2015, acusaba al debate sobre despenalización como “liviano” y “poco científico”. Su línea argumentativa se basa en establecer una asociación directa entre prohibir drogas con sus niveles de consumo, reapropiándose de los argumentos que dan cuenta de que el alcohol y el tabaco son más riesgosos y están permitidos. Así acaba diciendo que “la prohibición disminuye mucho el consumo comparado con lo regulado. El tabaco y el alcohol están regulados en Chile y tienen consumos brutales, se consume ocho veces más alcohol que marihuana y cinco veces más tabaco que marihuana. En Chile, de los adolescentes que están en tratamiento por drogas, el 52% es por marihuana”.

En 2006 como jefe del Área de Tratamiento de Conace, Montenegro estuvo a cargo de definir la postura que llevaría Chile ante la Convención de Viena de 2009 que revisaría las políticas de drogas, asumiendo la delegación chilena la postura de no apoyar la despenalización promovida por algunos países. Bajo su gestión el Conace gastó recursos en una polémica campaña publicitaria llamada “vuelve a ser inteligente: No fumes marihuana”.

En junio de 2008 decía respecto del peligro de las drogas que «no hay que olvidar que se trata de uno de los mercados más potentes del mundo, junto con la pornografía y las armas”. El psiquiatra omitía que los grandes lucros generados por el negocio de drogas, justamente obedecen a la prohibición de las sustancias.

Cuando fue publicado el Estudio Nacional de Drogas de 2012, que determinó un aumento del consumo de cannabis de un 4,6% a un 7,1% en dos años, Montenegro insistió en que “si hay restricción, hay menos consumo, y con menos consumo hay menos daño a la población”. Insistente en su campaña anti cannábica, agregó en la oportunidad que “no hay que olvidar que la marihuana es la puerta de entrada, una invitación a consumir otras drogas, lo que la vuelve más peligrosa todavía“.

Consultado por El Mercurio en julio de 2014 respecto del aumento del consumo de cannabis en población escolar, el psiquiatra consideró que era una «catástrofe» y que «la marihuana produce la alteración de la mente, los transforma en adictos y los impulsa a dejar la educación. Altera la memoria, afecta el desarrollo y el despliegue de sus capacidades». También instó «a sacar la idea de que es una sustancia inocua».

“NO HAY EVIDENCIA CIENTÍFICA”

También el psiquiatra defiende la permanencia del Senda en el Ministerio del Interior, pese a que se trata en la inteligibilidad gubernamental de un problema de salud pública. Su argumentación se retrotrae a los años noventa, recurriendo a imágenes como la muerte para graficar el peligro de las drogas. Consultado respecto de la autorización para cultivo de marihuana dada por el alcalde de La Florida, respondió diciendo “¿Qué pasa si se muere un paciente?”.

Ante los hallazgos científicos que dan cuenta de múltiples usos del cannabis como medicamento, Montenegro responde que “no hay evidencia científica”. En una entrevista sostuvo que «el activismo procannábico le atribuye propiedades curativas a cosas que no son. Por eso estamos muy preocupados por el cultivo en La Florida, autorizado por instituciones del Estado. Es muy delicado; todavía no conocemos el protocolo de aplicación de estos productos cannábicos. Lo hemos solicitado como comunidad científica y no nos lo han dado».

La autorización dada en La Florida según Montenegro es producto de “una falta de pulcritud en la política pública. Política en salud, en Senda, en SAG, ISP, Agencia Nacional de Medicamentos, comités de ética de los servicios de salud. Aquí ha habido laxitud y poca pulcritud en la política de drogas”.

Hasta ahora no hay evidencia científica de muertes de personas por consumo de cannabis como causa exclusiva. Es más, se ha comprobado que los compuestos del cannabis son terapéuticamente eficaces en el control de náuseas y vómitos, estimulación del apetito, espasticidad, síndrome de Tourette, dolor neuropático, esclerosis múltiple, elevación del estado de ánimo; y potencialmente útiles para prurito, glaucoma, asma, epilepsia y migraña.

La nominación de Montenegro despertó pocas sorpresas en el mundo político. Sólo el presidente del PPD, Jaime Quintana, deslizó que “sería bueno conocer si existe por parte de Interior un cambio de enfoque en la política de drogas». A su vez el presidente de la comisión de Salud del Senado, Fulvio Rossi, sostuvo que «es una señal muy mala la que se dio en el Senda. Se está dando la señal de un gobierno prohibicionista. Se está basando en el prejuicio y no en la medicina». Rossi finalizó llamando al gobierno a asumir el liderazgo en un tema relevante.

Difícil se ve aquello en el actual consenso de la política chilena, cuya expresión evidente fue la actual ley de drogas, aprobada unánimemente con la sola excepción del ex senador Nelson Ávila. La cruzada de una década de Montenegro da cuenta de que el discurso prohibicionista junto a la defensa del modelo neoliberal es una importante condición de la alianza entre la derecha y la Nueva Mayoría. Un aliado reconocido de Montenegro es el senador UDI Jaime Orpis, que ha cimentado su carrera política explotando el fantasma social de la amenaza de la droga.

Para el 2015 el gobierno chileno tiene que definir una nueva Estrategia Nacional Sobre Drogas. La última fue definida el año 2011 y sus objetivos insistieron en la guerra a las drogas y la reducción de la demanda por sustancias declaradas ilícitas. La ciudadanía espera un enfoque sensato y eficaz, pero con la nominación de Mariano Montenegro, todo indica que las cosas pueden ser hasta peores.

Mauricio Becerra R.

@kalidoscop

El Ciudadano

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