“Ahora oro a Dios día y noche para que me perdone y me dé libertad”, escribió el boliviano Víctor Parada, quien está recluido en una cárcel de Malasia y ha sido condenado a muerte por el tráfico de cápsulas de cocaína.
La misiva destinada a agradecer el apoyo recibido desde que se dio a conocer su historia, fue entregada a la comisión diplomática de Bolivia en Japón que viajó a Kuala Lumpur, para lograr que el detenido sea extraditado y juzgado en su país de origen.
Parada resaltó en el documento que está detenido desde el año 2013 por trasladar en su estómago cocaína.
Así mismo, relató: “Hola, soy Víctor. Estoy en Malasia en la cárcel de Kajang. Le doy a gracias a Dios por todo lo que está haciendo mi familia y los bolivianos”.
Reclutado por la mafia
El pasado 5 de enero, Víctor Parada enfrenta cargos por tráfico de sustancias controladas y por intentar introducir 450 gramos de cocaína en Malasia.
Los familiares señalaron que este joven boliviano condenado a muerte, fue reclutado por un sudafricano para traficar droga en 2013, cuando enfrentaba problemas económicos.
Por su parte, Silvia Vargas, madre del imputado en Malasia, solicitó una audiencia al presidente Evo Morales, con la intención de que el caso de su hijo sea tratado.
La petición la realizó en una escuela en Mineros, en Santa Cruz, donde le entregó la carta al vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, el martes.
En revisión el caso
Entre tanto, el abogado que lleva su caso, indicó a un medio local que el proceso de apelación puede tardar hasta dos años en resolverse, debido a que recibió una condena de muerte que será reconsiderada.
Sin embargo, si esa instancia también lo declara culpable, acudirán a la Corte Federal de Malasia que tendrá la última decisión.
Anuncios del mandatario
El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales aseveró a los medios de comunicación que la defensa del boliviano “está bien encaminada” por la Cancillería.
Añadió que han realizado varias representaciones, pero que también respetan la legislación de Malasia.
Las gestiones están en manos de una comisión diplomática que viajó a Malasia.