Este fin de semana Carabineros de Chile emitió un comunicado público en el que informan que «después de realizar las primeras diligencias en torno a los hechos, se logró determinar que existe certeza administrativa para establecer la responsabilidad de personal de Carabineros que actuó en el lugar y directa en las lesiones sufridas por la estudiante para dos integrantes de la institución, que serán sancionados disciplinariamente de acuerdo a las normas del debido procedimiento administrativo».
El mensaje oficial se enmarca en lo acontecido en la marcha desarrollada el 21 de mayo en Valparaíso tras la cuenta pública oficiada por la presidenta Michelle Bachelet, en donde la estudiante Paulina Estay fue agredida violentamente por dos funcionarios de Fuerzas Especiales, quienes dan un bastonazo en sus brazos y uno de ellos empuja con su escudo a la joven la que cae sobre la acera golpeándose fuertemente la cabeza. El registro de este violento accionar se encuentra en este video
El comunicado continúa señalando que “este tipo de conductas personales son reprochables porque se apartan del aspecto doctrinario de protección y auxilio a la comunidad y de los estrictos protocolos de actuación diseñados para el control del orden público”.
Ahora bien, más allá del mensaje oficial emitido por Carabineros y de las sanciones de carácter interno anunciadas, es de suma urgencia que los policías involucrados directamente con este violento hecho reciban sanciones por la justicia ordinaria y que los mandos altos de la Institución revisen la aplicación de los protocolos dispuestos para que carabineros lo apliquen en situaciones de manifestaciones masivas.
Por ejemplo, respecto al uso del bastón, el instructivo señala que “constituye una mala práctica portarlo en las manos sin que exista la necesidad de uso inminente” y como es posible ver en el registro de la agresión a Paulina, el policía golpea con este objeto a la joven sin existir provocación ni agresión previa por parte de ella.
En el caso del brutal accionar de las Fuerzas Especiales a través de su carro lanzaaguas y que trajo como consecuencia el grave accidente sufrido por el estudiante Rodrigo Avilés, el instructivo de carabineros es claro en consignar que el uso de este recurso se utilizará solo con fines de dispersión y de disminuir “la resistencia de los manifestantes y permitir el ingreso de personal que detendrá a las personas identificadas como contraventores”. Por lo tanto y como muestran diversas imágenes (acá uno de los registros), el grupo de manifestantes -quienes se encuentran en la vereda y no interfiriendo el tránsito en la calle- es violentado por la acción del chorro de agua del carro de manera gratuita, provocando el lamentable accidente de este joven perteneciente a la Unión Nacional Estudiantil (UNE), estudiante de Letras de la Universidad Católica y padre de un niña de 11 años.