El 11 de septiembre de 1973, horas después de que los aviones bombardearan La Moneda, un hombre salió a la calle con un micrófono en la mano. Era Carlos Berger, militante del Partido Comunista y enviado por el gobierno de la Unidad Popular a Calama para trabajar en el cobre de Chuquicamata y hacerse cargo de la Radio El Loa. Los militares habían dado la orden de cortar las comunicaciones, pero Berger persistió y terminó detenido.
Luego viene lo conocido: a Carlos lo asesina la comitiva encabezada por el delegado militar Sergio Arellano Stark, un exterminio enmarcado en la conocida Caravana de la Muerte. Carmen Hertz y Germán Berger, madre e hijo, parten al exilio rumbo a Buenos Aires.
Este otros y relatos están incluidos en el libro de memorias La historia fue otra. En el volumen, Hertz construye un relato que a veces se vuelve personal y en otras instancias generacional. “Más que la historia de mi vida personal que no es algo que le interese mucho a nadie, es más bien un hilo conductor del relato de acontecimientos en los cuales a mí me tocó participar como parte de una generación, la de los 60”, dijo la autora en entrevista con El Ciudadano TV.
En efecto, eso es lo que aparece en las primeras páginas. Pasillos de la Universidad de Chile donde abundan conversaciones políticas, en las que se expresan varios de los argumentos que construirían el futuro gobierno de la Unidad Popular. “La generación de los 60 más que una radical ideología, porque ahora la palabra ideologización está como estigmatizada, lo que teníamos era convicciones políticas muy profundas. Tenían que ver con la necesidad de cambiar el mundo. No era una banda de locos. Había a nivel global del pensamiento progresista de la época la idea instalada de la necesidad de cambiar la vida de millones de personas en el mundo”, agregó.
Aquella generación estaba envalentonada, según la abogada, por un suceso en particular, que había ocurrido el año 59 cuando Fidel Castro junto a Ernesto Che Guevara, Camilo Cienfuegos y otros revolucionarios entraron a La Habana y derrocaron al dictador Fulgencio Batista, dando inicio a la ya conocida Revolución Cubana. Este proceso, llevado a cabo a través de la lucha armada, generaba uno de los principales debates dentro de los grupos de izquierda en Chile. ¿Había que transformar la sociedad a través de la lucha armada o a través de votaciones populares?
La Vicaría de la Solidaridad y el juicio a Pinochet
La historia fue otra además cuenta la historia a partir del regreso del exilio de Carmen Hertz y su pronta incorporación a las filas de la Vicaría de la Solidaridad, institución de la Iglesia Católica creada por Raul Silva Henríquez, un sacerdote que estuvo desde los inicios de la dictadura luchando para que se respetaran los derechos humanos en Chile.
Aparte de abogar por los presos políticos de la época, la Vicaría tuvo un rol muy importante respecto a los futuros juicios en contra de las Fuerzas Armadas, transcurridos todos desde 1990 en adelante, con Pinochet únicamente como Comandante en Jefe del Ejército. Gran parte de los archivos judiciales usados en esos procesos fueron confeccionados y guardados por la Vicaría de la Solidaridad.
Otra parte interesante del libro es la experiencia que tuvo Carmen Hertz como abogada querellante en distintos casos que involucraron al dictador. Sin ir más lejos, cumplió este rol en la demanda que retuvo a Pinochet por cerca de dos años en Londres.
Las críticas al día de hoy
En un material exclusivo de la entrevista realizada por El Ciudadano TV, Hertz lanzó críticas a las nuevas generaciones que, acorde a sus palabras, creen estar inventando la pólvora luchando por los derechos sociales.
«Se ha distorsionado otra historia. Se ha distorsionado lo que fue la trayectoria de nuestro país que culmina con la Unidad Popular, que no es solo la generación mía. Son muchas generaciones que desde comienzos del siglo XX intentan organizar a los más débiles, a los que lo pasan fatal», comenzó diciendo, antes de lanzarse con la crítica a algunos dirigentes políticos de hoy.
«Muchos dirigentes políticos no conocen o creen que están descubriendo la bicicleta, y no conocen la historia del movimiento popular hacia atrás. En particular la del PC y el PS, que son los que alfabetizaron al mundo popular, a los obreros desde el salitre, los que organizaron para que hicieran exigencias de sus derechos, sindicalizaron a los campesinos que eran ciervos de la gleba, organizaron al mundo estudiantil. La FECH no salió de la nada, no fue que la descubrimos ahora. La FECH viene de la lucha de mucha gente y la lucha de esas generaciones y de esas personas es lo que culmina en el gobierno de la Unidad Popular», dijo.
Respecto a este punto, manifestó que le parecieron irresponsables algunas declaraciones emitidas por representantes de movimientos populares, tras tildar a Salvador Allende de mal gobernante. «Cuando escucho a personas que dicen que Salvador Allende era un mal político, es decir no lo puedo creer. Pero de qué estamos hablando, ¡por favor! Salvador Allende condujo el movimiento popular desde los años 50″, declaró, y especificó a qué tipo de crítica hacía referencia.
«Es una desfachatez decir que Allende era mal político porque no fue capaz de establecer consensos. Otro analfabetismo político porque yo no he visto nunca que la Reforma Agraria se haga por consensos con los latifundistas. Eso se hace por mayoría social y las mayorías sociales es la que impone reformas de ese tipo», recalcó.
Puedes revisar el programa en El Ciudadano TV en el siguiente link.