Seguramente has oído hablar de Pussy Riot. Son un grupo de punk feminista anónimo con letras abiertamente anti-Putin que se niega a tocar en locales normales y pretende derrocar al actual gobierno ruso. Se formaron el septiembre pasado después de que Putin anunciara que volvería a ser presidente en marzo del 2012 –una noticia preocupante para muchos ya que la pobreza , los ataques terroristas, la corrupción y la pérdida de derechos civiles han sido lo puntos clave de su reinado en el Kremlin.
Desde su formación, las Pussy Riot han salido en los titulares por su serie de performances de guerrilla ilegales , como la del pasado enero en la que tocaron “Revolt in Russia” en la Plaza Roja. Por esa actuación fueron detenidas bajo la aplicación de las estrictas leyes rusas referentes a manifestaciones y protestas, pero luego todas salieron en libertad.
No duraron mucho en libertad. El 21 de febrero, el grupo hizo una gran actuación en la Catedral de Cristo Salvador en Moscú, por la cual fueron detenidas unos días después – poco antes de las elecciones del 3 de marzo, es decir, de la vuelta al poder de Putin. Esta vez no las soltaron a todas: dos de ellas, Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alyokhin, siguen bajo custodia y han empezado una huelga de hambre, asegurando que no pararán hasta que no puedan volver con sus hijos. Todas se enfrentan a siete años de prisión, en caso de ser declaradas culpables.
Lo que sigue es una entrevista que le hice al grupo a mediados de febrero, días antes de su detención:
VICE: ¿Qué os inspiró a empezar Pussy Riot?
Kot: Pussy Riot empezó a finales de septiembre del 2011, justo después de que Putin anunciara que pretendía volver a ser presidente y tiranizar Rusia durante al menos 12 años más.
Serafima: Sí, en ese momento nos dimos cuenta de que este país necesitaba un grupo militante, punk y feminista que se moviera por calles y plazas, movilizando toda la energía pública acumulada contra los corruptos malvados de la junta de Putin. Y enriquecer así la oposición cultural y política rusa con temas que nos importan; los derechos de la mujer, y de gays, lesbianas y transexuales, así como denunciar la ausencia de un mensaje político valiente en las escenas de música y arte, y la dominación masculina en todas las áreas del discurso público.
¿Por qué el nombre de ‘Pussy Riot’?
Garadzha: El órgano sexual femenino, que se supone que debe ser algo meramente receptor, de repente empieza una rebelión radical contra el orden cultural. Los sexistas tienen determinadas ideas de cómo debería comportarse la mujer, y Putin, por supuesto, también tiene un par de ideas de cómo deberían vivir los rusos. Luchar contra todo eso. Eso es Pussy Riot.
Kot: No deberías haber respondido a esa pregunta, Garadzha, normalmente no lo hacemos. Cuando la poli y los agentes del FSB nos interrogan y nos preguntan, “¿Qué demonios significan esas palabras inglesas de vuestra pancarta?” (Desplegamos una pancarta durante algunas de nuestras actuaciones ilegales y casi ninguno de estos idiotas habla ningún idioma extranjero). Normalmente les contestamos algo así como “Ah, bueno, verá usted, señor policía secreta, no es nada especial, esas palabras sólo significan “gatitas rebeldes”. En Rusia nunca debes decir la verdad a un policía ni a cualquier agente del régimen putinista.
¿Cuáles son vuestras influencias musicales?
Kot: Algunas de nosotras nos inspiramos en grupos Oi!, en el punk clásico de principios de los 80; The Angelic Upstarts, Cockney Rejects, Sham 69, cosas así. Todos esos tenían una energía social y musical increíble, su sonido caló en el ambiente, en su sociedad, agitó consciencias y visibilizó problemas. Su energía realmente captura la esencia del punk, que es la protesta agresiva.
Garadzha: Por supuesto también debemos mucho a Bikini Kill y a las bandas del movimiento Riot Grrrl. De algún modo desarrollamos lo que hicieron ellas en los 90s, aunque en un contexto completamente diferente y con un mensaje político exagerado, lo cual hace que todas nuestras actuaciones sean ilegales –nunca damos conciertos en clubs o salas de conciertos, es una cuestión de principios.
Kot: Tobi Vail se puso en contacto con nosotras después de leer el artículo de The Guardian. Nos dijo que le gustaba mucho lo que estábamos haciendo. Fue genial recibir feedback de ella. Y la gente de Le Tigre dijo que la actuación de la Plaza Roja fue genial. Motiva oír eso, porque estas personas nos influyeron mucho.
¿Y cuáles son vuestras influencias en cuanto al feminismo?
Serafima: De teoría feminista sería De Bouvoir y El segundo sexo, Dvorkin, Pankhurst y sus valientes acciones sufragistas, Firestone y sus locas teorías reproductivas, Millett, el pensamiento nómada de Braidotti, la parodia académica de Judith Butler…
¿Estáis buscando más chicas que quieran ingresar en el grupo?
Garadzha: ¡Siempre! Pussy Riot tiene que seguir expandiéndose y ésa es una de las razones por las cuales hemos decidido siempre llevar balaclavas. Nuevas chicas pueden enrolarse y realmente no importa quién participe en la próxima actuación. Podemos ser tres o ocho, como en nuestro último concierto en la Plaza Roja, o incluso 15. Pussy Riot es un cuerpo que palpita y crece.
Tyurya: ¿Sabes de alguien que quiera venir a Moscú, tocar en conciertos ilegales y ayudarnos a luchar contra Putin y los chovinistas rusos? O quizá podría empezar alguien su propio Pussy Riot local, si Rusia les parece demasiado lejana y fría…
Bueno, a ver si encuentro por ahí un balaclava de neón. ¿Os preocupa el acoso de la policía y el Estado si crecéis mucho?
Kot: No tenemos nada de qué preocuparnos, porque si la policía represiva putinista nos mete en la cárcel, cinco, diez o quince chicas más se pondrán balaclavas de colores y continuarán la lucha contra sus símbolos de poder.
Serafima: Y ahora mismo, con decenas de miles de personas tomando las calles, el Estado se lo pensará dos veces antes de intentar fabricar un caso criminal y encerrarnos. Hay un montón de fans de Pussy Riot entre las masas protestantes de Rusia.
¿Cuál fue la razón por la que decidisteis manteneros anónimas?
Serafima: Nuestro objetivo es alejarnos de las personalidades y acercarnos a los símbolos y la protesta pura.
Tyurya: A menudo intercambiamos nombres, balaclavas, vestidos y roles dentro del grupo. Gente que se va, otra nueva que se apunta… en cada actuación de guerrilla de Pussy Riot la formación puede variar.
¿Cómo veis a Rusia bajo un nuevo reino con Putin?
Serafima: ¿Cómo estaba Libia bajo Gadafi? ¿Cómo ves a Corea del Norte bajo Kim Jong-un, el viejo “brillante camarada” de 28 años? Para nosotras, Rusia bajo Putin, “el Líder Nacional”, no es diferente.
Tyurya: Como una dictadura del Tercer Mundo con todo su mierdoso glamour: una economía horrible basada en recursos naturales, niveles de corrupción escandalosos, falta de independencia parlamentaria y un sistema político disfuncional. Bajo Putin nos enfrentamos a otra década de sexismo brutal y de conformismo respecto a la política oficial del gobierno.
¿Qué opináis de otros grupos anti-gobierno, como Voina http://en.free-voina.org/ o las Femen http://femen.livejournal.com/ de Ucrania?
Tyurya: Voina molan, los seguimos de cerca, nos gusta más su época del 2007-2008, cuando hacían cosas muy exageradas, actuaciones locas y simbólicas como “Fuck for the heir Puppy Bear” en la noche de las elecciones presidenciales del 2008. Su dibujo de una calavera con láser verde en el parlamento de Rusia o cuando hicieron una actuación ceremonial donde fingían colgar homosexuales e inmigrantes ilegales como ofrenda al alcalde de Moscú, eso eran cosas poderosas.
Serafima: Nuestra opinión acerca de Femen es una historia complicada. Por un lado explotan una retórica muy masculina y sexista en sus protestas –los hombres quieren ver a chicas agresivas y desnudas siendo atacadas por polis. Por otro lado, su energía y su habilidad para seguir adelante a pesar de todo, es toda una inspiración. Un día están en Suecia escalando la valla del Foro Económico Mundial y al día siguiente están en Moscú atacando el cuartel general del productor de gas más grande de Rusia. E incluso después de ser torturadas y humilladas por agentes del KGB en Bielorrusia, juraron seguir luchando. La energía es muy importante en estos tiempos; a menudo les falta poder a los grupos de agitación callejera de Europa o América, pero estas chicas realmente lo tienen.
¿Cuál ha sido vuestro concierto favorito?
Garadzha: Aparte del de la Plaza Roja, todas nosotras estamos muy orgullosas de la acción que hicimos en el techo de uno de los edificios de un centro de detención en Moscú, donde estuvieron encerradas muchas personas tras las protestas post-elecciones del 5 de diciembre. Los presos políticos nos podían ver desde dentro de sus celdas y cantaron y gritaron durante la canción “Death to Prisons – Freedom to Protest”. Los oficiales y trabajadores de la cárcel estaban corriendo sin saber qué hacer –porque no tenían ni idea de cómo sacarnos del techo. Se asustaron mucho, debieron pensar que empezaría un motín al acabar nuestra canción o algo así. Eso fue genial.
¿Tenéis planeado actuar en apariciones públicas de Medyved o Putin?
Tyurya: Putin está demasiado asustado para aparecer en público. Todas sus “reuniones públicas” son funciones custodiadas por leales del Kremlin que le vitorean y le tiran besos. Pero algún día lo cazaremos, ¡seguro!
Serafima: Así que mejor que se vaya antes de que lo atrapemos. ¡Putin no querría verse cara a cara con las Pussy Riot!
Henry Langston