Chile se une al repudio internacional contra el atentado que mató al bebé palestino

Una condena “en los términos más enérgicos”. Es la reprobación que ayer manifestó el gobierno de Chile, a través de su Ministerio de Exteriores, al atentado que un grupo de colonos extremistas llevaron a cabo en Duma, Cisjordania, y que robó la vida a un bebé de 18 meses. Chile se suma así al rechazo que la comunidad internacional –tradicionalmente impasible frente a los ataques contra la comunidad palestina en Gaza o Cisjordania– ha expresado contra el ataque provocado por el lanzamiento de un cóctel molotov que también dejó los padres y hermanos gravemente heridos.

“Las circunstancias de este atentado terrorista merecen no sólo la condena de la comunidad internacional, sino la acción inmediata de las autoridades concernidas para detener a sus autores y llevarlos a juicio: la impunidad sólo incrementará la espiral de violencia“, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores, quién además declaró que Chile “reafirma su total rechazo del terrorismo cualesquiera sean sus perpetradores y pretendida justificación”.

Según informa el diario Al-Jazeera, el motivo del atentado tendría que ver con la orden de derribo de dos edificios de la colonia de Beit El, cerca de la ciudad de Ramala y construidos de forma ilegal según la ley israelí, que justo la semana pasada el Tribunal Supremo de Israel ordenó derrumbar. Una decisión que el primer ministro Benjamín Netanyahu se encargó de compensar automáticamente autorizando la construcción de 300 viviendas en el mismo asentamiento.

La muerte del pequeño, que ha consternado la sociedad palestina, ha desatado nuevos enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes durante este fin de semana además de protestas en Gaza y Cisjordania.

Los acontecimientos suceden pocos días después de que el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, mediante votación favorable y posterior resolución, anunciara el inicio de una investigación por posibles violaciones de derechos humanos o crímenes de guerra tanto por parte del Ejército de Israel como de los grupos armados palestinos durante la ofensiva del verano de 2014 en Gaza. El conflicto se saldó con la muerte de más de 2.000 palestinos, la mayoría de los cuales eran civiles, y 67 soldados y seis civiles israelíes.

Meritxell Freixas