Según informa el portal El Dínamo, fue detectado el sitio donde fueron quemados los fusilados en uno de los cerros precordilleranos de la Colonia Dignidad, unos 40 kilómetros al este de Parral. “En 1978, en el marco de la Operación Retiro de Televisores, colonos alemanes desenterraron los cuerpos de fusilados para quemarlos con kerosene y napalm”, señala el periodista Luis Narváez.
Desde noviembre del año pasado peritos trabajan en sondeos y excavaciones de una decena de puntos en el sector Chenco. “Desde 2014, un equipo de la PDI y el Servicio Médico Legal intentaron analizar los sitios, sin resultados. (Los peritos) Iván Cáceres y Kenneth Jensen, en pocos meses lograron detectar fosas vacías, usadas para enterrar cuerpos en 1973 y que fueron desenterradas en diciembre de 1978, en el marco de la Operación Retiro de televisores”, añade la investigación de El Dínamo.
El objetivo principal se concentró en detectar el lugar donde testigos aseguran se habrían quemado los cuerpos. “Uno de esos testimonios, que guió el trabajo de los peritos, fue el del ex colono alemán Willy Malessa. Fue el conductor de la retroexcavadora que se utilizó para desenterrar una decena de fosas”, señala.
“(Gerhard) Mücke me indicó el sector donde tenía que cavar, en un lugar donde se notaba que la tierra había sido removida con anterioridad. Luego de haber cavado unos dos a tres metros de profundidad, me percaté que en la pala de la máquina no salió únicamente tierra, observando claramente un cuerpo del cual no se podían ver detalles, ya que las partes blandas estaban en pleno proceso de descomposición y se veía como una masa blanca, con manchones de cabello en su cabeza”, relató Malessa al juez Mario Carroza. Y agregó: “No recuerdo con exactitud cuántos cuerpos saqué de esa excavación, pero fueron varios. Esta excavación la tuve que repetir en dos sectores más, en donde al cavar salieron más cuerpos y restos de ellos, todos los cuales fueron puestos en un camión”, contó.
La Operación Retiro de Televisores fue ordenada por el dictador Augusto Pinochet y ejecutada de manera coordinada en todo el país, tras el hallazgo de cuerpos en los hornos de Lonquén. Los militares exhumaron ilegalmente los restos de ejecutados enterrados clandestinamente y hechos desaparecer tras el golpe de Estado. Los restos fueron nuevamente desaparecidos, lanzándolos al mar, ríos, lagos o quemándolos.
“No puedo precisar la cantidad de cadáveres que saqué de las fosas, pero me imagino que eran entre 30 y 40 cuerpos. Esta operación duró unas dos semanas o un poco más. (…) Luego de sacar los cuerpos, se me ordenó preparar un terreno plano, donde dispusieron una especie de parrilla, lugar donde los sacos fueron descargados. Desde ese momento yo me quedé en la máquina y observé que Van den Berg y Johan Spatz intentaron quemar los sacos y su contenido”, confesó Malessa al juez Carroza.
Hoy se sabe que una vez quemados los cuerpos, los restos fueron puestos en el mismo camión y arrojados a las aguas del río Perquilauquén, que atraviesa Colonia Dignidad.
Según El Dínamo, las excavaciones concluyeron este 25 de abril y el equipo de investigadores entregó un informe al ministro «donde plantean la necesidad de continuar los trabajos para buscar el siguiente eslabón en la búsqueda de la verdad de lo ocurrido en Colonia Dignidad: una fosa que, según el ex colono Willy Malessa, no fue desenterrada y, por lo tanto, aún contiene restos de detenidos”.