Corte Suprema ordena al Fisco indemnizar a familiares de un detenido desparecido por identificación errónea de restos en el Patio 29

La Corte Suprema confirmó la resolución que condena al Estado a pagar una indemnización total de $50.000.000 a los familiares de un detenido desaparecido inhumado en el Patio 29 del Cementerio General, ya que sus restos fueron mal identificados.

Corte Suprema ordena al Fisco indemnizar a familiares de un detenido desparecido por identificación errónea de restos en el Patio 29

Autor: Ángela Barraza

basta de impunidad

En fallo unánime, la Segunda Sala del máximo tribunal -conformada por los ministros Milton Juica, Hugo Dolmestch, Lamberto Cisternas, Carlos Cerda y Julio Miranda– confirmaron la sentencia de pago por daño moral, a los familiares de Samuel Maturana Valderrama.

Esta sentencia se debe a que se confirmó que el Servicio Médico Legal actuó de forma negligente ya que se ocultó un informe que revelaba la existencia de errores en las pericias que se realizaron a mediados de los 90, cuya consecuencia fue una identificación falsa.

patio 29

Según informa el Poder Judicial:

«De la lectura del fallo es posible descartar la existencia del yerro jurídico denunciado, pues la sentencia no ha establecido que la falta de servicio se configure precisamente porque el Servicio Médico Legal no utilizó métodos científicos más certeros, como el ADN mitocondrial. Tampoco establece el factor de imputación de responsabilidad a partir de una mala praxis por parte del Servicio, sino que el reproche formulado por los sentenciadores está dado porque la institución, a pesar que contaba con información que evidenciaba que los métodos de identificación carecían de rigor científico, igualmente siguió adelante con tal labor, con las consecuencias conocidas. Es por ello que la lex artis sobre la cual se enjuicia el obrar del Servicio Médico Legal no dice relación con la práctica de una técnica desconocida a la época en que se realizaron las pericias destinadas a identificar osamentas humanas, sino del cumplimiento que se hizo de la técnica valorada como correcta al tiempo en que se desarrolló el acto científico, con lo cual el punto a valorar es si incurrió en faltas a la técnica o a la metodología vigente en la época», sostiene el fallo.

La resolución agrega que «(…) planteadas así las cosas, cabe consignar que el fallo declaró que el Fisco de Chile, a través del Servicio Médico Legal, incurrió en una conducta que debe ser calificada como infracción a la lex artisque regía la identificación de osamentas humanas, al incurrir en incumplimientos a la técnica y metodología vigentes, al utilizar métodos propios de exclusión de restos a fines de identificación, con resultados que solo caben dentro de lo probable, no concluyentes, lo cual por cierto es constitutivo de falta de servicio. Aún más, recibido el informe extranjero de identificación, no se envió al tribunal instructor, y se siguió adelante con entrega de información que no alcanzaba certeza alguna».

Samuel Maturana

Samuel Eduardo Maturana Valderrama, tenía 22 años de edad al momento de su captura. Estaba casa y tenía, un hijo. Era empleado de la Caja de Empleados Públicos y Periodistas y fue militante del Partido Socialista.

Samuel fue detenido por agentes de civil el 8 de octubre de 1973, en su casa, que estaba ubicada en la calle Roble 774. Cuando lo apresaron, lo hicieron en presencia de sus padres y de su mujer. En el respectivo proceso judicial, se expone que alrededor de las 21,45 horas del día indicado, hora de toque de queda, un joven de alrededor de 17 años golpeó la puerta de su casa y preguntó por «Samuel Maturana, hijo». Al escuchar que preguntaban por él, se acercó a la puerta y en esos momentos, otros dos hombres que se encontraban en la calle, también se acercaron a la vivienda. Uno de ellos era de unos 40 años, bajo, macizo, moreno, usaba bigotes y tenía una gorra de género en la cabeza; el otro era más joven, alto, moreno, también de bigotes, pelo liso peinado hacia atrás, vestía un poncho de lana de color beige con rayas blancas.

El sujeto que usaba gorro de género, le susurró algo al oído a Samuel, quien no atinó a nada, estaba pálido, nervioso y hubo de seguir a los individuos hacia una camioneta estacionada en las cercanías de la casa. Su padre, quien presenció todo el procedimiento, le preguntó si «lo llevaban detenido», pero Samuel no respondió. Acto seguido, lo metieron a la camioneta, que era de color amarillo -marca GMC, toldo color café, sin patente- y fue trasladado a un lugar desconocido.

            Su familia realizó múltiples gestiones y averiguaciones con el fin de dar con su paradero, pero ninguna de ellas dio resultado y aún desconocen la suerte que corrió en manos de sus captores.

Con Información del Poder Judicial y Memoria Viva


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