Criminal Nazi habría vivido en la Provincia de Valdivia


Autor: Director

Es una historia digna de Indiana Jones, por sus vinculaciones con los nazis y Sherlock Holmes, por su carácter enigmático y misterioso. Pero por increíble que parezca, hay varios antecedentes y testigos que fundamentarían la tesis de que Martin Bormann -uno de los hombres de confianza y más cercanos colaboradores de Adolf Hitler- habría vivido en La Unión, bajo el seudónimo de Juan Keller.


Accidente Radioactivo
En 1972 se hallaron los restos de un cadáver que, contrastados con pruebas dentales, se atribuyeron al criminal alemán. El cuerpo fue encontrado en Berlín, a pasos del búnker en que habría muerto Hitler y en el que Bormann pasaría sus últimos días. Dentro de la investigación realizada, la policía interrogó al dentista del hombre fuerte del Führer, Fritz Echtmann, quien habría reconocido las coronas colocadas al lugarteniente.
Hasta allí todo bien, si no fuese porque en el supuesto cráneo y huesos de Bormann se encontraron restos de arcilla roja, mientras que en los cadáveres de los soldados que le rodeaban fue hallada arena, cercana al tipo de tierra existente en los terrenos aledaños al refugio. Según se afirma en “Los Archivos Secretos de los Nazis”, una serie producida por Set Productions, la cadena alemana Spiegel TV, la RAI y France 2, esta sería una de las tantas pruebas que indican que el cadáver del militar no correspondería al de Bormann.

UN POCO DE HISTORIA
Martin Bormann nace en Baja Sajonia, en 1900. Durante su juventud, trabaja con numerosos grupos antisemitas. Acusado de un crimen político, es encarcelado y tras ser liberado, se afilia al nacionalsocialismo en 1925. Se casa con Gerda Buch, hija de un oficial próximo a Hitler, con quien tuvo diez hijos. Se convierte en general de la SS y secretario personal de Rudolf Hess, hasta 1941. Tras la partida de éste a Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, Bormann le sustituye como jefe de la Cancillería. Se ocupa de distribuir los fondos que llegan a las filas nazis de las empresas alemanas y los reparte entre los principales líderes, convirtiéndose -de paso- en hombre de confianza del Führer. Con los años, Hitler, oculto en el búnker que más tarde sería su tumba, le confiere mayores poderes, nombrándole administrador de sus cuentas y ejecutor e intérprete de sus órdenes.
Con una personalidad iracunda, irritable y explosiva, Bormann fue, junto con Joseph Goebbels, el único jerarca nazi testigo de la boda de Hitler. Más tarde sería uno de los últimos que le vería con vida, encargado por éste de ejecutar su testamento.

COMIENZA EL MISTERIO
Durante los últimos días de la ocupación de Berlín, cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, la nebulosa sombra que se teje alrededor de este personaje empieza a hacerse más densa.
Bormann es visto por última vez el 30 de abril de 1945. Dos días después, se organiza una fuga del personal del búnker, hacia las zonas ocupadas por el ejército aliado. Iba acompañado del Dr. Ludwig Stumpfegger, el médico que suministró cianuro a la familia Goebbels, cuando ambos habrían sido impactados por un proyectil ruso. El Tribunal de Nüremberg lo juzgó en ausencia y rebeldía y fue condenado a muerte.
El único testigo de la muerte del jerarca nazi fue Artur Axmann, líder de las juventudes hitlerianas. Sin embargo, en numerosos documentos de la época e incluso en algunos textos de historia, se señala que Martin Bormann escapó de Alemania, específicamente a Sudamérica. Tras el fin de la guerra, tanto Chile como Argentina, Brasil y Paraguay habrían recibido a criminales nazis que huían de Europa.
Y es aquí cuando empiezan las especulaciones. Una de ellas surge de un popular dicho que se hizo conocido en la capital trasandina de los años ’60 y que rezaba que ‘Martin Bormann está vivo y goza de buena salud en Buenos Aires’. Esto no parece tan improbable, dadas las facilidades de emigración y los numerosos criminales de guerra recibidos por esa nación. Sin embargo, no hay ninguna prueba -ni siquiera verbal- de este hecho. Del mismo modo, existen antecedentes que indicarían que Bormann vivió en Inglaterra hasta su muerte en 1989, tras ser sacado en secreto de Berlín por un comando designado por el mismísimo Winston Churchill. Finalmente, está la ya mencionada tesis que da cuenta de su muerte.

LA HISTORIA CHILENA
Juan Keller era un agricultor de origen alemán, dueño de un aserradero y un campo en el sector Las Trancas, camino a Trumao. Si bien mucha gente le conoció, la mayoría de quienes conversaron con nuestro medio solicitaron hacerlo sin dar a conocer sus nombres, por “las implicancias que puede tener el reportaje”.
Aunque presentaba documentación que lo acreditaba como chileno, la nacionalidad la habría conseguido en el registro civil de Riachuelo. Para ello se casó con una señora de apellido Mondaca (no pudimos dar con su nombre). De esta relación habría nacido una hija llamada Eliana.
Los indicios que relacionan a este individuo con Martín Bormann comienzan en 1963, según nos cuenta Boris Ocampos, anciano unionino que señala haber sido su secretario personal entre 1955 y 1957. Y los datos que él nos aporta parecen confirmar que Bormann y Keller serían la misma persona.

(Continúa en nuestra próxima edición)

Dennys Salazar Ñirril
Jorge Quagliaroli Villanueva


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