Aún no se ha precisado quiénes son los responsables principales del magnicidio de Jovenel Moïse, perpetrado el 7 de julio de 2021.
Seis meses después del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, y de la detención de más de 40 personas presuntamente vinculadas con el hecho, prosiguen las denuncias en ese país respecto a que continúa bloqueada la pesquisa judicial para hallar a los responsables del magnicidio.
En mensajes difundidos a través de Twitter, la esposa del mandatario, Martine Moïse, sostuvo que la investigación avanza “gracias a la buena voluntad de la comunidad internacional”.
Expresó que “los principales sospechosos (…) han sido arrestados”, entre ellos los mercenarios (en su mayoría colombianos) que asesinaron a Moïse el 7 de julio de 2021.
La viuda recabó esfuerzos “para controlar a todos los asesinos, especialmente a los que financiaron este crimen”.
El pasado jueves, la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDH) denunció la falta de avances en la investigación. La plataforma aseguró en un informe que “no hay investigación adicional. Ninguna investigación judicial”.
Nuevas detenciones
La Policía de Jamaica informó este sábado del arresto de una figura considerada clave en el complot, el exsenador haitiano Jhon Joel Joseph, en una residencia ubicada en el distrito de Saint Elizabeth (suroeste).
Se presume que el exlegislador, prófugo de la justicia haitiana, llegó a Jamaica en diciembre pasado. Al difundir la orden de su captura, la Policía haitiana lo acusó de proporcionar armas y planear reuniones para organizar el complot que terminó con la vida de Moïse.
En octubre pasado y también en Jamaica, fue capturado el exmilitar colombiano Mario Antonio Palacios, que en fecha reciente fue deportado a Estados Unidos (EE.UU.), donde está acusado de conspirar para matar al Presidente de Haití.
Durante los interrogatorios, el resto de los mercenarios detenidos señaló a Palacios como uno de los que sabía que el verdadero plan era asesinar a Jovenel Moïse.
Además, la semana pasada fue aprehendido en República Dominicana el empresario haitiano Rodolph Jaar, narcotraficante convicto e informante de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA).
En declaraciones a un medio estadounidense, Jaar reconoció su aporte de unos 130.000 dólares para proveer armas y alojamiento a más de 20 mercenarios colombianos.
Alegó también que se sumó al complot porque los conspiradores aseguraron tener todo el apoyo de Estados Unidos. De acuerdo con un medio estadounidense, no se ha comprobado conexión activa de la Casa Blanca con el crimen.
Otras sombras de la pesquisa
Hasta el momento la investigación en Haití no indagó las conexiones financieras de al menos dos instituciones bancarias locales, que recibieron elevados montos desde EE.UU. de al menos seis ciudadanos o residentes implicados en el magnicidio.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) allanó en su momento la casa del ciudadano estadounidense de origen ecuatoriano Walter Veintemilla, pero no ha brindado nuevos detalles de la investigación sobre su vínculo con el magnicidio.
Corredor de hipotecas y seguros, Veintemilla reconoció que su Grupo de Préstamos de Capital a Nivel Mundial participó en la financiación de un cambio de Gobierno para Haití, negociación que se estableció con Christian Emmanuel Sanon, al que las autoridades haitianas señalan como cerebro del asesinato.
El FBI tampoco ha comentado sobre el estado legal de dos gerentes de CTU Security, empresa registrada en la Florida (EE.UU.), que según la Policía de Haití contrató a los mercenarios
Por esta razón, acusa de participar en la trama del crimen a su gerente, Antonio Intriago, inmigrante de origen venezolano, y a su asociado, Arcángel Pretelt, exmilitar colombiano, oriundo de Cali y residente en la Florida.
Según la RNDH, las investigaciones para encontrar a todos los responsables aún deben esclarecer los nexos entre el actual primer ministro Ariel Henry y un exfuncionario del Ministerio de Justicia, Josep Badio, que está fugitivo y es señalado como responsable de coordinar en tiempo real el magnicidio.
Registros telefónicos que reveló el anterior fiscal de este caso, Bedford Claude, muestran que Badio conversó antes y después del crimen en al menos 12 oportunidades con el hoy mandatario de Haití (Claude fue destituido tras solicitar que el Primer Ministro explicara ante la Corte esta relación).
Algunas fuentes aseguran que cuatro meses después del asesinato, el prófugo visitó dos noches la residencia oficial del jefe de Gobierno, sin mayores obstáculos de los guardias de seguridad.
Fuente teleSUR
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