El domingo pasado trascendió la noticia de lo ocurrido en la región de la Araucanía, luego de que el sargento segundo Cristián Rivera le disparara a quemarropa a Brandon Hernández, joven de 17 años que se encontraba boca abajo en el suelo. Carabineros entregó cuatro versiones de los hechos, pasando desde una persecución policial hasta una supuesta resistencia por parte del menor. Lo que dicen ahora es que la escopeta se disparó por accidente. Los testigos que estaban en el lugar, en todo caso, ya informaron que los hermanos Hernández no hacían nada malo.
El menor se encuentra en estado de extrema gravedad en la Clínica Alemana de Temuco. Rivera, el sargento de la base de Carabineros de Pailahueque, fue formalizado por cuasi delito de lesiones graves, premisa que no dejó contentos a los que alegaban que esto era un homicidio frustrado, pues en la espalda de Hernández quedaron enterrados más de cien perdigones.
Las armas
No es noticia cuando se habla del verdadero arsenal de armas del que dispone la policía en la denominada IX Zona de Carabineros Araucanía, fracción especial que abarca la totalidad de los sectores de conflicto mapuche, que termina en las fronteras de la Décima Región. Cuentan que tienen mando propio; ninguna relación con las comisarías locales. Desde este lugar se organizan las operaciones de montaje, desestimadas en muchos casos por los tribunales. Desde este centro de operaciones, también, es que se les permite a los Carabineros portar un tipo de cartuchos que no contienen balines de goma –como lo dice el reglamento–, sino que balines de acero que atraviesan la piel.
Todo esto lo cuenta Luis García-Huidobro, ciudadano que reside en Tirúa, dedicado a defender y a contrainformar acerca de lo que ocurre en Wallmapu (territorio habitado por mapuches). En su Facebook comenzó a entregar información acerca de la munición usada por Rivera contra Hernández. “Son escopetas que debieran por reglamento usarlas con cartuchos antimotines (balines de goma), pero en Wallmapu los pacos andan con munición de caza. La del 7, por ejemplo, tiene más de 100 perdigones de 2 mm.”, escribió.
¿Cómo es esta escopeta y cómo son sus proyectiles?
Es una escopeta del 12, con cañón corto que es lo que habitualmente se llama la escopeta antimotines. Eso de antimotines es una trampita que usan ellos (Carabineros). Es una escopeta automática y me imagino que tendrá siete u ocho tiros. Los cartuchos calibre 12 pueden tener adentro distintos tipos de munición. La reglamentaria son estos balines de goma, pero como es una escopeta calibre 12 común los pacos habitualmente la cargan como una escopeta normal. Si el tamaño del cartucho es de caza menor del tamaño 7, siempre dentro del calibre 12, ahí pueden venir más de 100 perdigones.
¿Cómo hacen eso?
Ellos por reglamento deben cargar la escopeta solamente con cartuchos antimotines, balines de goma. Si a Brandon le hubieran disparado con una de esas, a un metro de distancia, como se le disparó, sería un incidente más como los que hay aquí todas las semanas. Esto es un uso ilegal de munición por parte de Carabineros, y es algo sistemático dentro de la IX Zona. A lo que yo apunto es a que se investigue de dónde saca este tipo de munición el carabinero. ¿Se la dio su mando policial? ¿Accede a ella de manera particular? En mi opinión debería haber una ley que prohiba a carabineros el porte y tenencia de armas y municiones aparte de las que tienen que usar reglamentariamente.
¿Y qué hacen cuando cometen estos errores?
Si hubiera sido una persona de más alto rango, o si tienen más tiempo para preparar el chanchullo, lo que hacen es que le meten una pistola a Brandon o le meten municiones en su bolsillo, o municiones en su mochila y claro, fue un enfrentamiento, y llegan hasta el juicio con que fue un enfrentamiento. Como Rivera es un sargento lo dejan caer.
¿Hay más casos de uso de estas municiones?
Estamos en el juicio por el caso Paredes, mañana deberían dar el veredicto. Uno que también fue baleado por la espalda. Carabineros reconoció que la escopeta se la habían puesto, que él no la tenía en ese momento. Pero primero dijeron que las municiones en su espalda las tenía supuestamente en el bolsillo. ¡Nadie sabe de dónde salieron! Ningún carabinero reconoce que las incautó. Las municiones ya no son parte ni de la prueba, porque ningún carabinero tuvo los cojones para decir: sí, yo la incauté.
¿Se disparó solo, entonces?
En el caso de Paredes, un paco le metió las municiones en el bolsillo los cartuchos de los tiros que a él mismo le dispararon. En en el juicio no salió porque no le hicieron pericias a las armas de los pacos. Es como si Paredes se hubiera disparado a sí mismo por la espalda.
¿Hay más casos de personas a las que hayan cargado de esta forma para inculparlos?
El caso de los hermanos Mariñan. Ellos supuestamente fueron sorprendidos con armas y municiones. Pero las armas que supuestamente les encontraron no calzan con ninguna de las municiones. Carabineros dice que estaban en situación de enfrentamiento, como que los hermanos estaban parapetados y querían enfrentarse con ellos. ¡Cómo van a tener un enfrentamiento cuando es una escopeta del 20 y la munición no le hace a la escopeta!
¿Qué hace Carabineros, entonces?
Llegan y ponen lo que andan trayendo en el momento.
¿Hay más casos?
El de Óscar Cona. Carabineros lo cargó dos veces. Después de la primera vez que lo cargan, Cona pone una cámara en su autito. Entonces en la segunda vez que lo cargan, Leonardo Osses, que es el capitán a cargo de la unidad de la Sipolcar, que es la que ha hecho la mayoría de estos montajes junto al GOPE, reconoce frente al fiscal que se choreó la cámara, y que la rompió. Óscar salió en libertad luego de 6 meses preso, en algún momento del juicio un paco dice que incautaron una cámara. Y reconoce que la sacó. Se la choreó y la rompió porque lo que mostraba la cámara era que le habían puesto las municiones a Cona. Así hay más casos. Además de cargarlo le sacaron la cresta. Le quebraron tres costillas. ¿Qué dice el parte policial? Que se cayó tres veces.