El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Jaime Arancibia Pinto, procesó por los delitos de detención ilegal y tortura a Mónica Soledad Sánchez Larraín (o Mónica Soledad Antonsen), ilícitos perpetrados en diversos periodos de los años: 1973, 1974 y 1975, en Valparaíso.
En la resolución, el ministro Arancibia procesó por el delito de detención ilegal a los agentes de Estado Juan Fernando Vásquez Huidobro, Jorge Benjamín Ginouves Contreras, Jaime Miguel Urdangarin Romero, Miguel Juan Gallegos Sole, Pedro Victorio Frioli Otonel, Germán Patricio Valdivia Keller, Manuel Alejandro Buch López y Arístides Alejandro León Calffas.
En tanto, por el delito de aplicación de tormentos fueron procesados: Jorge Benjamín Ginouves Contreras, Jaime Miguel Urdangarin Romero, Miguel Juan Gallegos Sole, Germán Patricio Valdivia Keller, Manuel Alejandro Buch López, Arístides Alejandro León Calffas y Guillermo Retamales Ruz.
De acuerdo a los antecedentes recopilados en la etapa investigativa, se logró acreditar los siguientes hechos:
«Conforme a los antecedentes pormenorizados precedentemente, se pudo establecer que, el día 12 de septiembre de 1973, a los 16 años de edad, la víctima doña Mónica Soledad Sánchez Larraín o doña Mónica Soledad Antonsen, fue detenida por efectivos navales quienes la trasladan a dependencias de la Base Aeronaval de El Belloto, comuna de Quilpué, lugar donde fue interrogada y torturada junto a otras personas en un hangar que estaba destinado para ello. En dicho recinto naval debió permanecer alrededor de dos semanas sufriendo diversas lesiones producto de los maltratos que recibía.
Posteriormente, para el año 1974, su casa fue allanada por efectivos militares, quienes, antes de llevarla detenida, destruyeron su vivienda y maltrataron a sus hermanos menores, quienes estaban a su cuidado. En aquella oportunidad fue trasladada al Cuartel de la Policía de Investigaciones de Quilpué. Fue encerrada en un calabozo de dicha unidad policial desde donde personal de la Dina la sacaba para interrogarla, dichos procedimientos se hacían cada vez más rigurosos y se aplicaba más tortura, ello, porque le imputaban ser del partido comunista. Permaneció en esas condiciones alrededor de un mes y medio en Investigaciones de Quilpué, siempre encapuchada.
Para el año 1975, fue nuevamente detenida y llevada al Cuartel de Investigaciones de Quilpué, desde ese recinto fue trasladada en un vehículo de la Armada a la Academia de Guerra Naval en Valparaíso, donde permaneció alrededor de dos meses. En este último recinto fue sometida a interrogatorios brutales por su militancia política y siempre se le mantuvo incomunicada. Al momento de interrogarla, la sentaban en un sillón tipo dentista, donde en ocasiones le aplicaban corriente. En una oportunidad debió ser trasladada al Hospital Naval producto de los golpes que recibió en un interrogatorio».