Dictan sentencia contra 28 agentes en emblemático asesinato que El Mercurio disfrazó de crimen pasional

Profesora fue ahorcada con un alambre por integrantes de la DINA y luego arrojada al mar. Su cuerpo apareció a los días después en una playa. El Mercurio, La Segunda y Las Últimas Noticias se empeñaron en desvirtuar el brutal homicidio. "Estaban escondiendo los crímenes de la DINA", dice Ignacio Agüero, co-director del documental El Diario de Agustín.

Dictan sentencia contra 28 agentes en emblemático asesinato que El Mercurio disfrazó de crimen pasional

Autor: Daniel Labbé Yáñez

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El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez, dictó sentencia de primera instancia en la investigación por el secuestro y homicidio calificado de la profesora y miembro del Comité Central del PC, Marta Ugarte Román, hecho ocurrido en septiembre de 1976.

Este caso reviste una gran importancia en las violaciones a los derechos humanos perpetradas durante la dictadura. Por una parte, por la crueldad con la que fue asesinada la militante comunista, y, por otra, porque tras ser arrojado al mar su cuerpo apareció en la playa La Ballena, en sector de Los Molles, convirtiéndose en la primera víctima confirmada del régimen de Augusto Pinochet.

En la resolución, el ministro Vázquez dictó condena en contra de los siguientes 28 agentes del Estado por su responsabilidad en los delitos perpetrados entre agosto y septiembre de 1976: Carlos López Tapia en calidad de autor del delito de homicidio calificado (12 años); Ricardo Lawrence Mires como autor del delito de homicidio calificado (12 años) y del delito de secuestro simple (4 años); Heriberto Acevedo y Claudio Pacheco Fernández como coautores del delito de homicidio calificado (10 años y un día) y del delito de secuestro simple (2 años); Emilio Troncoso Vivallos como coautor del delito de homicidio calificado (5 años y un día) y como autor del delito de secuestro simple (1 año); Carlos Mardones Díaz como cómplice del delito de homicidio calificado (8 años); Antonio Palomo Contreras y Luis Polanco Gallardo como encubridores del delito de homicidio calificado (5 años); y Pedro Espinoza Bravo como autor del delito de secuestro simple (4 años).

Marta Ugarte

Marta Ugarte

Por otra parte, se condenó a Eugenio Fieldhouse Chávez, Pedro Mora Villanueva, José Ojeda Obando, Juvenal Piña Garrido, Víctor Álvarez Droguett, José Friz Esparza, Pedro Bitterlich Jaramillo, Orlando Altamirano Sanhueza, Eduardo Cabezas Mardones, Jorge Díaz Radulovich, Guillermo Díaz Ramírez, Orlando Torrejón Gatica, Carlo Miranda Mesa y Carlos López Inostroza como coautores del delito de secuestro simple (1 año); y a José Soto Torres, Jerónimo Neira Méndez, Roberto Rodríguez Manquel, Leónidas Méndez Moreno y José Seco Alarcón como cómplices del delito de secuestro simple (61 días).

En tanto, los agentes Jorge Madariaga Acevedo, José Fuentealba Saldías, Hugo Clavería Leiva, Raúl Soto Pérez y Juan Escobar Valenzuela fueron absueltos por falta de participación en los hechos.

En el aspecto civil, el fallo condena al Estado de Chile a pagar una indemnización, por concepto de daño moral, de cien millones de pesos a Hilda y Berta Ugarte Román, hermanas de la víctima.

Asfixia por estrangulamiento con alambre

Durante la investigación, el juez Miguel Vásquez logró acreditar que el 9 de agosto de 1976, al llegar Marta Ugarte a la consulta del doctor Iván Insunza, ubicada en Avenida Vicuña Mackenna, fue detenida por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), pertenecientes a la Brigada Purén, «sin que existiera orden alguna». Luego de esto, fue trasladada al centro de detención de Villa Grimaldi, «donde se le mantuvo privada de libertad, interrogada y sometida a apremios físicos, siendo reconocida e identificada, por otros detenidos, que en aquella época se encontraban en el mismo lugar».

El fallo agrega que un mes después, alrededor del día 9 de septiembre, Ugarte Román fue trasladada junto a otros detenidos desde Villa Grimaldi a la localidad de Peldehue por agentes de la DINA, «donde se le dio muerte, siendo cubierto su cuerpo con un saco y amarrada con alambre en su cuello». Posteriormente, fue subida a un helicóptero Puma del Comando de Aviación del Ejército, dirigiéndose la aeronave hacia la costa y adentrándose en el mar, «para enseguida desde la altura, lanzar su cuerpo en alta mar».

Marta Ugarte

«La inyección que el doctor (Osvaldo) Pincetti le puso a Marta Ugarte parece que no la dejó totalmente muerta o adormecida. Nos percatamos que, al momento de ensacarla, todavía se seguía moviendo», relató el ex agente E.V.T., en una de sus declaraciones judiciales, según consigna el periodista Jorge Escalante en su reportaje Los pecados de mi capitán. «La orden que se cumplió a continuación fue terrible. ‘Todos estábamos ahora apurados porque el helicóptero venía. Entonces abrimos el saco y la ahorcamos con un alambre. No se movió más. Después amarramos nuevamente el saco con el mismo alambre’, agregó E.V.T. al tribunal», detalla Escalante.

Días después, el 12 de septiembre, el cuerpo de Marta Ugarte fue encontrado sin vida en la playa La Ballena, en la localidad de Los Molles, «presentando sólo un trozo de tela y uno de alambre amarrado a su cuello, el que estaba cercenado y con signos claros de haber recibido apremios físicos», indica el fallo judicial. Además, agrega la resolución, «presentaba signos de pinchaduras en sus brazos».

El informe de la autopsia del Servicio Médico Legal de Santiago concluyó «una muerte violenta en circunstancia de tipo homicida», determinando posteriormente que el evento final que la llevó a la muerte fue la asfixia por estrangulamiento con alambre.

Fotografía de El Mercurio del de septiembre de 1976

Fotografía de El Mercurio del 14 de septiembre de 1976

Crimen pasional

El martes 14 de septiembre de 1976 el diario El Mercurio dio cuenta en su portada del asesinato de Marta Ugarte, hablando de un Crimen en las playas de Los Molles y destacando que se trataba de una «hermosa» y «atractiva joven de 23 años». Al momento de su muerte, la profesora tenía 42 años.

«Me sentí que yo había escrito una hueá que na que ver po, que era gravísimo», dice en el documental El Diario de Agustín la periodista Beatriz Undurraga, quien se adjudicó la nota de prensa. «Yo te voy a decir una cosa. Lo que pasa es que yo escribí que era una niña joven porque yo la vi joven, pero era que estaba flaca porque quizás cuánto tiempo la habían tenido presa que no comía, ¿me entendí?», asegura la reportera sobre la nota que hace ver el brutal asesinato político como un crimen pasional, ocurrido en un lugar -destaca el artículo- reconocido como un «refugio de enamorados».

Respecto al acercamiento de la periodista con la CNI y la DINA, Undurraga sostiene que «esa cuestión fue una movida que hicimos todos juntos, porque era una fuente noticiosa», relatando que «fuimos con el Pablo Honorato y un par más».

Pablo Honorato junto al cuerpo de Marta Ugarte

Pablo Honorato junto al cuerpo de Marta Ugarte

«Esto se hizo pasar tanto por El Mercurio, como por La Segunda, como por La Tercera, como un crimen pasional, en circunstancias que estaba muy claro que ella desapareció a través de un arresto ilegítimo», señala en El Diario de Agustín el ex juez Juan Guzmán Tapia, quien investigó el crimen de Marta Ugarte. «Hubo una maniobra de prensa. Llegué yo a interrogar a algunos periodistas que revelaron de una manera muy elocuente un ‘crimen pasional’ que obviamente no se puede creer. Yo creo que simplemente El Mercurio era un medio del cual se valió la dictadura durante los 17 años para poder llevar a efecto los actos espantosos que se cometieron», agrega Guzmán.

Por su parte, el co-autor del mencionado documental, Ignacio Agüero, señala que la responsabilidad por esta manipulación en la cobertura no solo se reduce al periódico El Mercurio, sino que a la empresa en general, en términos de que la acción involucró al resto de los periódicos de Agustín Edwards que cubrieron la noticia.

«Significa algo tremendamente brutal y que revela muy claramente la forma en cómo El Mercurio fue, digamos, articulador, o sea cómo era cómplice de los crímenes, porque esa manera de concordar todos los diarios de El Mercurio con esa frase ‘hermosa joven de 23 años’ es algo que no tiene nombre», dice el director. «¿Qué es lo que estaba ahí?», se pregunta Agüero: «Estaban escondiendo los crímenes de la DINA. Eso era lo que estaba haciendo El Mercurio y de ese modo siendo cómplice», agrega.

Diarios de El Mercurio

«El Mercurio y Las Últimas noticias sirven a resolver una emergencia de la DINA», agrega el co-director de El Diario de Agustín, Fernando Villagrán. Esto porque el cuerpo de Marta Ugarte es el único de un «detenido desaparecido» que ha aparecido. «Ellos supieron que ese era el cuerpo de un detenido desaparecido», asegura.

Daniel Labbé Yáñez


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