Un grupo de sicarios, presuntamente del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), irrumpió violentamente en la comunidad de Lajerío (Nueva Independencia), a la medianoche.
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Los sicarios iban a enfrentar a otro un grupo que se presenta como parte del Cártel de Sinaloa y controló ese territorio muchos años.
La batalla duró casi diez horas, el pasado 23 de mayo, según testimonios de las familias que habitan en unas 500 casas y que permanecieron debajo de las camas y pertrechados como pudieron durante lo que duró el combate.
Una bala perdida mató a un joven de la comunidad y pese a los llamados desde la caseta telefónica de la comunidad, ninguna autoridad se hizo presente.
Fue hasta el otro día, jueves 24, que los habitantes comenzaron a huir de sus casas y tierras porque los hombres armados se estaban llevando a los jóvenes, para reclutarlos.
Se habla de que tres mil habitantes de Lajerío y Candelaria se dispersaron en la región.
Desde aquél jueves, los pobladores siguen esparcidos en ciudades y municipios vecinos, pero los que regresaron denunciaron que sus peticiones de ayuda no fueron respondidas por la policía municipal y estatal, la Guardia Nacional y el Ejército, según una información de la agencia Proceso.
Los desplazados fueron asistidos por la diócesis de San Cristóbal de Las Casas.
A su vez, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), el Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa, la Red de Derechos Humanos Todos los Derecho para Todos (RedTDT) el Movimiento Social por la Tierra (MST) denunciaron la falta de apoyo oficial.
El 31 de mayo llegó ayuda humanitaria del gobierno estatal a las comunidades: comida, colchonetas, cobijas y enseres para cocinar.
«Cómo nos hubiera gustado que esta protección que tenemos hoy, hubiera estado en esos días del tiroteo», dijo Orlando López Morales, a Proceso.
El campesino agregó: «primero queremos ir, ver y saber qué tan seguro es para saber si ya podemos ir por (por sus hijas) y traerlas a la casa», dijo el campesino a la agencia Proceso.
Lajerío consta de poco más de 500 casas, forma parte de un corredor que usan grupos criminales para el trasiego de drogas, armas y migrantes. Por esa razón se conoce a la zona como lugar de «escenarios de guerra».
Fotos: Internet
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