Las propuestas de la carta del ex agente CNI, Álvaro Corbalán, dirigida al presidente Piñera en mayo pasado a través de la que ofrecía su ayuda y recomendaba cargos en Gendarmería, se han ido cumpliendo. Pese a que el gobierno le quitó validez a la misiva, varios altos mandos y asesorías de la institución penitenciaria obedecen a lo diseñado por Corbalán. Dirigentes de los gendarmes acusan que no ha habido investigación del hecho y que hace falta una política penitenciaria que termine con las designaciones políticas de los cargos.
Escándalo en las redes sociales y silencio mediático provocó la publicación de una carta escrita por el agente de la CNI, Álvaro Corbalán, dirigida al presidente Sebastián Piñera, en la que el ex oficial del Ejército ofrece ayuda al gobierno para neutralizar un próximo gobierno de la Concertación, acabar con el conflicto mapuche y las organizaciones anarquistas. Además Corbalán da sugerencias al gobierno sobre cargos en Gendarmería.
Si bien el gobierno, a través del ministro de Justicia, Teodoro Ribera, le quitó validez a la misiva, muchas de las propuestas respecto de la institución penitenciaria dadas por el integrante del Comando Conjunto se han concretado.
El documento difundido por Ciper Chile da cuenta de que la carta fue encontrada en un allanamiento a su celda del Módulo I del penal de Punta Peuco en mayo del 2011, donde se hallan presos 49 ex funcionarios de las fuerzas armadas y carabineros que deben purgar condenas por violaciones a los derechos humanos practicadas durante la dictadura de Pinochet.
En la carta de 10 páginas destinada a Piñera, Corbalán se ofrecía para colaborar con el gobierno para que evitar que la Concertación vuelva al poder. “El voluntario apoyo que progresivamente se propone, será entregado a partir de esta fecha y tiene como único objetivo hacer llegar un aporte en beneficio que a este gobierno le vaya lo mejor posible y que no volvamos a caer en las manos de la Concertación”- decía la misiva.
Corbalán sugiere neutralizar políticamente a Michelle Bachelet, esboza estrategias para detener “la acción subversiva” en la zona mapuche y de los grupos anárquicos.
EL PRONTUARIO DE CORBALÁN
Era otro tiempo cuando quien fuera oficial del Ejército se paseaba campante por la bohemia y los clubes nocturnos viñamarinos. Gustaba de acompañarse de vedettes y portar una pistola en el cinturón, sobre todo cuando Pinochet le encargaba en su calidad de jefe operativo de la Central Nacional de Informaciones (CNI), el cuidado del Festival de Viña del Mar y en el que la policía secreta del régimen se tomaba dos pisos enteros del Hotel O’Higgins.
En la misma ciudad Corbalán junto a otros agentes de la CNI planificaron el asesinato del carpintero Juan Alegría Mundaca, a quien lo emborracharon e hicieron escribir una carta en la que se inculpaba de la muerte del dirigente de la Anef, Tucapel Jiménez.
Corbalán junto con Manuel Contreras, Miguel Krassnoff y Pedro Espinoza, es uno de los militares con más condenas por violaciones a los derechos humanos. Tiene cadena perpetua por homicidio calificado de varias personas, entre las que figura el asesinato de la militante del MIR Paulina Aguirre, la muerte del periodista José Carrasco Tapia y por los 12 homicidios de la Operación Albania.
LAS PROPUESTAS DE CORBALÁN QUE SE CUMPLIERON
En el documento dirigido al presidente Piñera, Corbalán da cuenta de un conocimiento acabado de la vida privada de profesionales y funcionarios de Gendarmería que lo custodian en Punta Peuco y de otros de alto rango de la institución. Incluso menciona al director nacional, Luis Masferrer.
La carta sería enviada a través del senador RN Francisco Chauhán, cosa que el parlamentario desmintió tajantemente.
El dirigente de la Asociación de Sub Oficiales de Gendarmería, Joé Gonzáles, se extraña de que “varias de las propuestas hechas por Corbalán se han cumplido desde mayo del 2011, cuando se descubre la misiva. Ya salió un jefe del departamento de seguridad y fue puesto alguien que Corbalán señaló como un personaje de confianza para el gobierno. Además pasó lo mismo con jefaturas operativas, asesorías y puestos sensibles en seguridad”.
De hecho, Corbalán en la misiva se da el lujo de sugerir al gobierno a personas “de confianza” en puestos estratégicos de Gendarmería. Así ocurre con el alcaide de Punta Peuco en 2009, Eduardo Muñoz Bravo, quien ahora es asesor de confianza del subdirector operativo de Gendarmería. Corbalán lo retrató como “el mejor elemento de la institución” e incluso propuso que sea reclutado por la Agencia Nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior (ANI).
Otro caso es el de Emilio Alfaro, primo de Muñoz Bravo, quien hoy es asesor del director de la institución, Luis Masferrer. Corbalán recomienda a Alfaro como “alguien indispensable y de total confiabilidad”.
Distinta es la percepción del ex agente CNI del coronel Heriberto Muñoz Díaz, ex jefe del Departamento de Seguridad de Gendarmería. La bronca se la tiene luego de que Muñoz Díaz ordenara que los militares presos fueran esposados a sus controles médicos en el Hospital Militar, tal como se aplica el procedimiento de Gendarmería para el traslado de todos los presos comunes. Corbalán sostuvo en la carta que dicho coronel no reunía las condiciones necesarias para el puesto de jefe del Departamento de Seguridad. A los pocos meses de incautarse la carta, Muñoz Díaz fue desvinculado de Gendarmería.
“Tales acciones nos lleva a pensar que hay una responsabilidad mayor de las autoridades de Gendarmería. El nivel de conocimiento que tenía Corbalán respecto de la institución es preocupante. No es posible que los destinos de Gendarmería sean manejados desde el interior de la cárcel, como lo evidencian estos hechos”- sostiene Gonzáles.
Para ello el dirigente de los gendarmes pide que “se evidencie la responsabilidad y que el ministro de Justicia investigue y le tome el peso real a esta situación. No con la liviandad que lo ha tomado hasta el momento. Si el dossier de Álvaro Corbalán se concentra muchos en los puestos claves de la institución y efectivamente fueron ocupados según su antojo. No es tan alejado de la realidad o como un caso de Ripley, como decía el ministro de Justicia”.
Pese a que el documento ya va a cumplir casi un año de su incautación, hasta la fecha no ha habido resultados de sumarios o investigaciones de Gendarmería. Para Gonzáles “esto demuestra que falta una institucionalidad clara que regule la labor penitenciaria”.
PROMESAS DE CAMPAÑA
Para los sindicatos de los gendarmes y funcionarios penitenciarios, el hecho se produce en el marco de la ausencia de una política penitenciaria. “Sebastián Piñera cuando fue candidato se comprometió a modernizas Gendarmería, profesionalizarla, establecer una asignación de riesgos y mejorar la capacitación del personal. En la práctica no se ha hecho nada. No se ha avanzado un ápice en esa situación, sino que todo lo contrario, hemos retrocedido”- acusa Gonzáles.
También el dirigente acusa que “el director de Gendarmería es un cargo político, no de carrera, está regulando con resoluciones el organigrama interno de la institución, entregando puestos sensibles a personal que viene de fuera de la institución, que no tienen experticia, jamás han pasado por una cárcel y menos conocen la realidad. Esto debilita la labor y misión de Gendarmería. Cada vez que asume un gobierno, nosotros retrocedemos en vez de avanzar. Esa es la problemática”.
Las propuestas de los gendarmes son “tener una política penitenciaria clara, la cual se logre establecer que las jefaturas de Gendarmería sean de carrera, elegidas entre las 5 antigüedades de los oficiales penitenciarios, quienes cumplan con la experticia y el currículum necesario y que cuenten con la confianza de las autoridades de turno. Que no dependan de los vaivenes de la política contingente. Que sea como ocurrió en Investigaciones, que en su tiempo como servicio público recibió una transformación y han avanzado un montón. Eso se evidencia en que hoy es de las instituciones con mayor credibilidad y confianza”- sentencia Gonzáles.
Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano