Corrupción, malversación de fondos y enriquecimiento ilícito son algunas de las acusaciones que se hace contra su persona. Mubarak, quien había dejado el poder el pasado 11 de febrero tras una rebelión popular, era un fiel aliado de los Estados Unidos en el Medio Oriente
Este miércoles, 13 de abril, el ex Presidente egipcio Hosni Mubarak y sus hijos, Alaa y Gamal, fueron detenidos por la Policía de su país como parte de una investigación que realiza la Fiscalía General de Egipto, por acusaciones de corrupción y abuso de poder durante el régimen del renunciado mandatario.
Actualmente, Hosni Mubarak, de 82 años, se encuentra bajo arresto en el Hospital de la ciudad balneario de Sharm el Shaikh, ubicado al sur de la península del Sinaí, cerca de su casa de campo, donde ingresó el martes tras sufrir una crisis cardiaca en momentos en que estaba siendo interrogado.
Tal y como informa la televisión pública egipcia, sus dos hijos fueron derivados a la cárcel de Tora, ubicada en las afueras de la ciudad de El Cairo, lugar donde están presos varios representantes del régimen de Mubarak, entre los que se encuentra el ex Primer Ministro egipcio, Ahmed Nazif, y los ex ministros de Interior, Habib el Adli, y de Turismo, Mohamed Zuhair Garana, así como ex altos cargos políticos del Partido Nacional Democrático (PND) del ex mandatario, todos acusados por corrupción, malversación de fondos y enriquecimiento ilícito.
Esta prisión es muy conocida, porque allí fueron recluidos gran parte de los detenidos políticos durante su régimen. Incluso, algunos de ellos siguen allí y comparten las celdas con los responsables que los encarcelaron.
La Fiscalía General de Egipto emitió la orden de detención contra Mubarak y sus dos hijos, la que fue anunciada a través de un comunicado difundido por la red social Facebook, por un período de 15 días, mientras se realizan los procedimientos judiciales.
ESPERANDO EN UN BALNEARIO
Desde que renunció al poder, el pasado 11 de febrero, a raíz de la rebelión popular iniciada el 25 de enero, el ex presidente egipcio había establecido su residencia en el balneario de Sharm el Sheik, a orillas del mar Rojo, desde donde, el pasado domingo, rechazó las acusaciones sobre la existencia de cuentas bancarias fuera del país a su nombre y criticó a quienes buscan, según él, manchar su “historial militar y político”.
Tras estas declaraciones, las primeras hechas públicas desde que abandonó el poder, se emitió la orden de la Fiscalía para interrogarle, junto a sus dos hijos, por las acusaciones que pesan sobre él.
En tanto, para los grupos que protagonizaron el alzamiento popular en Egipto, el encarcelamiento de Mubarak y de los representantes de su régimen era una de las principales reivindicaciones que seguía pendiente, tras las protestas sociales que se han mantenido desde la caída del régimen.
La información de la detención se supo pocos días después de que las fuerzas egipcias reprimieran a cientos de manifestantes que estaban reunidos en la plaza Tahrir, en El Cairo exigiendo la reclusión y enjuiciamiento de Mubarak, protesta que ha sido la más grande desde el derrocamiento de Mubarak en enero, y que terminó con un muerto y decenas de heridos.
Por su parte, los principales partidos egipcios de oposición, incluidos los Hermanos Musulmanes, ofrecieron este miércoles, una rueda de prensa en la que, tras la detención de Mubarak, anunciaron la suspensión de las manifestaciones que se han mantenido hasta ahora en ese país.
Por Christian Armaza Benavides
El Ciudadano