Algunas semanas después del éxito del partido kurdo (Partido de la Sociedad Democrática -DTP) en las elecciones locales de Turquía en 2009, el gobierno turco lanzó una operación masiva contra los miembros de este partido y los activistas kurdos. Esa operación, que recuerda las detenciones durante el nazismo, consistió en el exterminio de la clase política y de la sociedad civil kurda. En efecto, deteniendo más de 1.700 políticos y activitas kurdos, las autoridades turcas quisieron sembrar el caos en la vida política kurda.
«OPERACIÓN KCK» (CONFEDERACIÓN POPULAR DEL KURDISTÁN)
Esas detenciones llamadas “operación KCK (Confederación Popular del Kurdistán)”, a la cual se acusa de ser una estructura urbana del movimiento armado PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) en Turquía, pretenden debilitar o destruir la representación política de los kurdos. Los arrestados son acusados de ser miembros de la Confederación Popular del Kurdistán.
Después de 18 meses de detención sin juicio, el “principal” juicio contra 152 alcaldes, políticos y activistas tuvo lugar el 18 de octubre 2010 en la ciudad kurda de Diyarbakir en el sudeste de Turquía. Los demás arrestados siguen siendo juzgados en otras ciudades pero el juicio en Diyarbakir es fundamental, porque los 152 acusados formarían el “cerebro” de la organización KCK.
Dentro de los arrestados y supuestos miembros de KCK, hay 12 alcaldes elegidos por voto popular y 53 miembros del Partido de la Sociedad Democrática (DTP), partido disuelto por el Tribunal Constitucional turco y sustituido por el Partido de la Paz y la Democracia (BDP).
El “juicio KCK”: un golpe jurídico-político contra la clase política y la sociedad civil kurda…
No pudiendo soportar la popularidad y el éxito del partido kurdo (DTP), el gobierno islámico moderado del primer ministro turco Tayyip Erdogan quiso sancionarlo por un golpe jurídico-político que resultó en la detención de más de 1.700 personas. El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Tayyip Erdogan esperaba así quebrantar la columna vertebral de la clase política kurda y ser el primer partido en las ciudades kurdas de Turquía. No obstante, la clase política kurda y las organizaciones de la sociedad civil se reforzaron eligiendo nuevos dirigentes y miembros para reemplazar a los arrestados y teniendo aún más apoyo por parte de la población kurda.
…y una comedia jurídica-política
Las distintas delegaciones extranjeras que asistieron al juicio hablan de un juicio teatral cuyo personaje principal fue el presidente del tribunal. Requisitoria en la cual más de 7.500 páginas están constituidas de conversaciones telefónicas interceptadas ilegalmente, de correos interceptados de manera ilegal y de otro tipo de informaciones. Las pruebas están constituidas de historias cómicas tales como las “chuzadas” telefónicas ilegales que permitían escuchar la vida privada de los arrestados y de interpretarla en el marco de las leyes antiterroristas. La prueba más cómica es la conversación entre dos personas que hablaban de la compra de tomates. Pero las autoridades turcas interpretan eso como un mensaje codificado en el cual hacen referencia a una bomba.
Conscientes del aspecto teatral de este juicio, los acusados entendieron rápidamente que se trataba de un juicio político cuyo objetivo era cerrar el espacio político a los kurdos e impedir así la resolución pacifica de la cuestión kurda. Efectivamente, el partido AKP, partido mayoritario en el parlamento turco, percibe al partido kurdo como una oposición peligrosa con sus 20 parlamentarios que son considerados como los representes más legítimos del pueblo kurdo en Turquía. Por eso, el AKP quiere exterminar las organizaciones kurdas para dejar los kurdos vivir en un estado asistencialista, sin representación política.
UNA DEMANDA LEGÍTIMA PERO RECHAZADA
Los acusados desean defenderse en su idioma materno, es decir, en kurdo, pero el presidente del tribunal turco califica el kurdo como un “idioma desconocido” y rechazó la demanda a pesar de la ratificación de algunos pactos internacionales que reconocen a las minorías el derecho de defenderse en su idioma. El tribunal debe estatuir de nuevo en enero sobre la posibilidad de los kurdos de asegurar su defensa en su idioma materno. El gobierno de Tayyip Erdogan se jacta de haber puesto término a la política negacionista hacia los kurdos, pero la justicia turca niega todavía la existencia del idioma kurdo mientras que este mismo gobierno abrió recientemente una cadena pública de televisión que difunde en lengua kurda, o sea en una “lengua desconocida”. Este hecho ilógico significa que la utilización del idioma kurdo está autorizada para los turcos, pero prohibida para los kurdos.
Muchos intelectuales turcos consideran este juicio como algo injusto y gatillador de violencia. En efecto, el resultado de este juicio será determinante para la resolución de la cuestión kurda en Turquía. Si los políticos y activistas kurdos son condenados como lo quiere el gobierno de Tayyip Erdogan, Turquía podría volverse a sumergir en la violencia. No obstante, los kurdos parecen determinados a seguir su combate de manera pacífica.
Por Juan Pablo Morales
Fotografía distribuida por la policía turca a los diarios para humillar los supuestos miembros de KCK aquí detenidos y esposados.
El Ciudadano