Aunque llevan décadas en claro retroceso, los seguidores del infame Ku Klux Klan (KKK) siguen motivando titulares de vez en cuando. Pero siempre en relación a actos de discriminación, odio o violencia. La organización estadounidense que aterrorizó a la población negra de Estados Unidos hasta mediados del siglo XX, además de su filosofía xenófoba y supremacista de la raza blanca, se caracteriza por sus raíces anticomunistas, antisemitas y LGTBfóbicas. Su última ‘hazaña’ ha sido distribuir panfletos en el Condado de Newton (en el área metropolitana de Atlanta, Georgia) en los que invita a los ciudadanos a que se unan a su movimiento para luchar contra los homosexuales y “parar el sida”. Sin embargo, la ciudadanía ha rechazado mayoritariamente estas expresiones de odio homófobo. La Oficina del Sheriff del Condado de Newton ya ha iniciado una investigación.
Partidarios del ultraderechista y violento KKK se organizan en grupúsculos independientes para dificultar su identificación y actuar con mayor libertad e impunidad. A diferencia de antaño, cuando el KKK era una organización compacta y unitaria, en la actualidad resulta difícil cuantificar su número exacto de simpatizantes y sus localizaciones debido a su disgregación estratégica. Las ‘fuerzas’ del KKK, no obstante, se concentran en el sur y en el medio oeste de los Estados Unidos. En esta ocasión, los secuaces del KKK se han dedicado a distribuir panfletos ofensivos contra la comunidad LGTB en el Condado de Newton. “Los hombres homosexuales y sus actos sexuales son repugnantes e inhumanos”, firman los “leales Caballeros Blancos del KKK”.
Aunque, irónicamente, los seguidores del KKK se jactan en su web de propagar“un mensaje de amor y no de odio”, la historia y sus acciones pasadas y presentes desmienten tajantemente ese falso ‘buenismo’. A no ser, claro está, que en su retorcida interpretación del “mensaje de esperanza y liberación para la América blanca cristiana” entiendan la erradicación de la comunidad LGTB como un elemento positivo. El pastor Thomas Robb, concretamente, asevera que “hay una guerra racial contra los blancos, pero nuestro pueblo –mis hermanos y hermanas blancos– permanecerá comprometido con una resolución no violenta”. Unas palabras que, en realidad, contrastan con el argumento del KKK de que el método más eficaz para “parar el sida” es la eliminación de las personas homosexuales. Una peligrosa invitación en toda regla al odio y a la violencia contra el colectivo LGTB.
Desde la Oficina del Sheriff del Condado de Newton han puesto en marcha una investigación por el reparto de panfletos, tras las denuncias recibidas por varios ciudadanos que se los han encontrado a las puertas de sus viviendas. La Oficina del Sheriff invita a aquellos que puedan aportar alguna información a ponerse en contacto con el cabo Charles Cook mediante la webnewtonsheriffga.org o a través de un número de teléfono local. Los denunciantes, según aseguran las autoridades, pueden permanecer en el anonimato (para evitar que algunas personas se abstengan de llamarles por miedo a posibles represalias). Algunos ciudadanos ya han calificado los panfletos de “muy ofensivos” y aseguran que no son partidarios de ningún tipo de discriminación.
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