Emilio Berkhoff: Templando la solidaridad

I- ¿Quién es Emilio? Emilio Berkhoff, ex estudiante de Antropología de la Universidad Católica de Temuco, podría ser considerado por el pueblo mapuche como uno más entre los chilenos con apellido extranjero, pero no, Emilio se ha ganado un lugar en el corazón del wallmapuche

Emilio Berkhoff: Templando la solidaridad

Autor: Leonel Retamal

Emilio Berkhoff

I- ¿Quién es Emilio?

Emilio Berkhoff, ex estudiante de Antropología de la Universidad Católica de Temuco, podría ser considerado por el pueblo mapuche como uno más entre los chilenos con apellido extranjero, pero no, Emilio se ha ganado un lugar en el corazón del wallmapuche.

Motivado por justas razones templadas durante varios años al calor de un profundo espíritu de sacrificio, decidió abandonar su lógica de vida anterior para ir en compañía de su señora e hijos, a vivir junto al pueblo mapuche a orillas del Lleu-Lleu, enfrentando las duras condiciones de opresión, de pobreza y reducción a las que gran parte del pueblo-nación mapuche está hoy sometido. Pero que en ellas -dice-, espera criar a sus hijos con los más altos valores y vivir como un hombre digno.

Emilio ha declarado ser simpatizante ideológico de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), cuestión que lo ha condenado a engrosar la lista de prisioneros políticos mapuche, ¿por qué?. El 02 de febrero de 2013 el Ministro del Interior, Andrés Chadwick lo acusó públicamente y sin ninguna prueba (Emol,02/02/13) de ser el principal líder violentista de la Araucanía y el Bío Bío. El mismo día y tras su formalización, este “líder terrorista” solo quedó con firma quincenal. “Tiene que pagar por sus culpas” sentenciaba Piñera días más tarde desde Talcahuano (Emol, 15/05/13).

Esta condena política empujó a Emilio y su familia a un turbio proceso judicial que carece del debido proceso. Así, El gobierno pretende dar un castigo ejemplificador a la juventud chilena y mapuche pasando incluso sobre su propia ley.

II- El hostigamiento, la clandestinidad y la prisión

Con un permanente hostigamiento penitenciario, una extensión excesiva de su prisión preventiva, con la investigación de fiscalía bajo secreto judicial, el uso de testigos sin rostro como única prueba (utilizados sólo para imputados bajo ley antiterrorista, lo cual no es el caso) y con querellantes en su contra de la talla de Forestal Arauco, Forestal Mininco, Forestal Volterra y el Ministerio Público, Emilio y su familia han debido enfrentar un durísimo proceso judicial por causas menores como “maltrato de obra a carabineros” y que derivaron en un hostigamiento de alta envergadura por parte de los aparatos de inteligencia y policía de investigaciones, que en reiteradas ocasiones puso en peligro la integridad de su familia.

Acorralado desde el 21 de marzo de 2013 por un arresto domiciliario, y violentos allanamientos simultáneos a su hogar y el de su madre, Emilio debió optar por la clandestinidad, situación que mantuvo por 40 días, hasta que la noche del 14 de mayo, al ser interceptado mientras se desplazaba por un sendero en las inmediaciones de Puerto Choque, debió entregarse a sus captores. De haber huido, habría caído abatido por una bala en la espalda, igual que Matías Catrileo.

Así, Emilio ya ha cumplido más 10 meses en prisión. Entre los barrotes de su pequeña celda de Lebu, flamea una bandera azul con una estrella blanca de ocho puntas, es la bandera de Lautaro que en tiempos anteriores, recorrió todo el territorio mapuche para dirigir a su pueblo contra el invasor. Bandera que flamea en señal de entereza y dignidad.

Lejos de victimizarse, Emilio nos comenta que ha hecho de la prisión política, otra trinchera de lucha y cumple su rutina diaria entre lecturas, acondicionamiento físico y preparando la cárcel para recibir en cualquier momento a más presos políticos mapuche “no soy el primero ni seré el último”-comenta. Además, se mantiene constantemente informado del acontecer nacional e internacional. Ha seguido con entusiasmo la huelga de los trabajadores portuarios, sabe muy bien de la lucha de los trabajadores contratistas del cobre, del movimiento estudiantil, de los procesos de desarrollo de la izquierda a nivel latinoamericano y de diversas luchas indígenas e independentistas del mundo.

III- Un llamado urgente

En reiteradas ocasiones, Emilio ha señalado que estar en prisión sin ninguna prueba que lo inculpe, es evidencia de que el gobierno busca perseguir un proyecto con el cual simpatiza. Proyecto e ideas por las cuales fue asesinado por la espalda su amigo y hermano Matías Catrileo.

“Nosotros no somos Chilenos, somos mapuche, somos aparte”, decía Matías en el 2007. Frase que más que un slogan, se constituye como idea fundante del proyecto político al que adhería este joven weichafe asesinado el año 2008. Idea que en palabras de Héctor Llaitul y una serie de documentos elaborados por la comisión política de la CAM se define como un “proyecto estratégico de Liberación Nacional mapuche, de carácter nacionalitario (…) planteamiento que “debería ser entendido como un “anticapitalismo indianista (…) la reconstrucción nacionalitaria viabilizará el horizonte de la liberación. Y es a través de las recuperaciones de tierras, más bien del Control Territorial, que se hará posible todo nuestro pensamiento y acción política emancipatoria. (weftun)

Como izquierda chilena podemos simpatizar o no con estas ideas, sin embargo, todo quien ponga en duda el poder de la industria forestal en nuestro país, que respete los procesos de reivindicación de tierras y control territorial de las comunidades, se indigne frente a la excesiva represión sufrida en el campo o que simplemente se oponga a la pobreza social y erosión ambiental del capitalismo, tiene la responsabilidad de tomar posición frente a un conflicto abierto en el que los actores están en sus puestos hace tiempo y desde los años 90 en franco enfrentamiento.

Tomar posición significa hoy al menos dos cuestiones fundamentales. Por un lado y como tarea básica e ineludible, la izquierda debe visitar las cárceles donde hay prisioneros políticos mapuche. No es concebible que en aquellas ciudades donde hay prisioneros políticos, la izquierda no los visite, les asista y apoye en sus requerimientos básicos. El apoyo a los combatientes sentenciados y a las víctimas de persecución política, se vuelve un deber irrenunciable de todo hombre y mujer que lucha por la justicia social.
Por otra parte, es imperante discutir todos aquellos elementos que son susceptibles de abrir alianzas y unidad entre pueblos diferentes, pero con problemas comunes. Por ejemplo: ¿Es posible que chilenos y mapuche que acceden al agua mediante camiones aljibes producto de la industria forestal y agrícola, articulen sus luchas contra el mismo enemigo que los obliga a movilizarse?

Así pueden haber un sin número de contradicciones que pueden o no constituirse en programas de lucha comunes, pero que si no son abordados desde la solidaridad honesta y activa, comenzando por mitigar el daño que infringe el enemigo común a los hermanos que han caído, difícilmente alcanzaremos la estatura política y moral para entablar algún entendimiento con proyección política y de cambio social.

Emilio es sin duda uno de los casos excepcionales de solidaridad chileno-mapuche, llegando a sumergirse “como pez en el agua” en la lucha de una nación hermana, convirtiéndose en un ejemplo para todos los chilenos, quienes desde nuestras contradicciones y desafíos, debemos extender nuestros brazos solidarios, no para dirigir una lucha que ya está abierta, sino para cumplir con nuestro deber de solidaridad internacionalista.

Los chilenos somos muy buenos para enarbolar banderas mapuche el 12 de octubre o para protestar los 3 de enero en recuerdo de Matías Catrileo, pero el resto del año, jóvenes como Matías se secan en prisión y aún no hemos sido capaces de tener una política hacia ellos, política que es tan simple y humana como visitarlos y ver de qué manera podemos ayudar desde las federaciones estudiantiles, desde los sindicatos, desde las organizaciones sociales y de masas en las que estamos presentes.

¡No hay justicia con testigos sin rostro!
¡Fin a la ley antiterrorista!
¡Libertad a los Emilio Berkhoff y a todos los prisioneros políticos mapuche!
Puerto Montt, marzo de 2014

Por Roberto Sáez

Periodista


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