Alex Turyaritunga, un exniño soldado y ahora enfermero para la agencia de refugiados de la Organización de Naciones Unidas (ACNUR) en Uganda, ha revelado que en terrenos pertenecientes a la Iglesia católica en un pueblo de Kabale en el sudoeste del país se explota laboralmente a menores de edad.
«La explotación infantil daña psicológicamente a los niños», afirmó la fuente a la BBC. «Siento que el Vaticano debería despertarse y revisar las políticas comerciales de la Iglesia católica, sino habrá peligros».
Se estima que a los niños les pagan entre 0,30 y 0,60 dólares al día por trabajar en una plantación de té. Según confirmó un funcionario de la Iglesia, desde 2013 entre la diócesis y la empresa de té Kigezi Highland Tea Limited existe un acuerdo comercial.
El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, se negó a comentar esta información. «No es mi responsabilidad ni mi deber responder sobre esto», les dijo a los periodistas de la BBC. «Si hay algún problema con la Iglesia local, no soy responsable de ello».
«Niños de esa edad trabajando en un negocio que es administrado por la Iglesia en conjunto con una corporación ejemplifican lo complejo de lo que el papa Francisco llama una «auténtica plaga» para los más pequeños del mundo», concluyen los periodistas.
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