Escribir de la clandestinidad

"Tupper, que comenzó esta investigación como proyecto de tesis universitaria, escribe desde el estilo periodístico, lo que no quita que logre transitar entre la formalidad que requiere la información y algo más suelto, narrativo".

Escribir de la clandestinidad

Autor: Nicolás Massai

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Gabriel García Márquez escribió sobre la clandestinidad en Chile. Lo hizo a partir del testimonio de Miguel Littín, director de El Chacal de Nahueltoro, y contó, en un relato escrito en primera persona, las aventuras que vivió el cineasta al momento de regresar a la realidad nacional, cargando documentos falsos y un acento uruguayo. Uno de los pasajes emotivos del libro es cuando llega a la casa de su familia y nadie lo reconoce.

Esta vez me tocó leer el libro Historias de clandestinidad (Ediciones B, 2016). La autora, Sofía Tupper, que nació algunos años después del plebiscito de 1988, escribe cuatro historias acerca de personas que pasaron al anonimato durante la dictadura militar. Personas que no se llamaban Miguel y menos Littín. Los testimonios son variados; van desde la única mujer que participa en el atentado contra Pinochet –que termina vendiendo completos al final de un pasaje–, hasta una de las mejores amigas de Gladys Marín.

Tal cual lo sugiere el título del libro, los entrevistados están elegidos para hablar de las formas de clandestinidad en una ciudad ocupada por militares. Este objetivo se cumple con la totalidad de los relatos, abordando una gran variedad de situaciones que se pueden dar en un contexto de esta índole. Como el caso de Fabiola, la mujer del atentado, que conoce a un hombre en La Habana que le gusta; un hombre que no puede volver a ubicar porque no conoce su nombre real. O con la historia de un padre que encarga la custodia de una hija a una empleada doméstica; hija que secuestran los servicios de inteligencia.

La única mujer que participó en el atentado a Pinochet está dentro de los testimonios de Historias de clandestinidad.

La única mujer que participó en el atentado a Pinochet está dentro de los testimonios de Historias de clandestinidad.

Tupper, que comenzó esta investigación como proyecto de tesis universitaria, escribe desde el estilo periodístico, lo que no quita que logre transitar entre la formalidad que requiere la información y algo más suelto, narrativo. El prólogo es sincero, y queda claro desde un principio el lugar en el que se quiere mover la autora. Dice que va a hablar de casos de personas que tuvieron que cambiar de nombre, nacer otra vez. Y lo hace.

«Mi intención no es contar una verdad. Mi promesa es relatar los hechos en palabras de los propios protagonistas», aclara también desde el comienzo. Esto no es nuevo; es la decisión de García Márquez con Miguel Littín, la que también tomó para escribir Relatos de un náufrago.

Sin embargo, cuando se toman decisiones como estas –hablar desde la voz de los entrevistados; darles la oportunidad de enfocar la historia–, la probabilidad de que se pierdan algunas cosas resulta, cuando menos, alta. Por eso, a medida que pasaba las páginas, y en una observación ligada inevitablemente a mis intereses, leí historias desaprovechadas. Un ejemplo de esto fue el pasaje en el que una mujer y un hombre aprenden a hacer el amor por última vez —a causa del miedo a desaparecer, evidentemente. Otro ejemplo fue el de un padre que entierra todos sus libros en el jardín de la casa, evitando así que hayan sospechas de su ideología ante un eventual allanamiento. Esta historia, en particular, me interesó, y quise saber más; por lo menos si es que aquella biblioteca todavía continúa en su condición de enterrada, bajo tierra.

Pero la autora no lo cuenta, y en realidad está bien; esos, quizás, son otros libros.

Ficha:
Autora: Sofía Tupper
Título: Historias de clandestinidad
Editorial: Ediciones B
Nº de páginas: 245
Precio de referencia: $14.900
Género: Periodismo de Investigación


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