El dirigente de la izquierda independentista vasca Arnaldo Otegi abandonó este martes a la prisión de Logroño tras más de seis años de encarcelamiento.
En sus primeros momentos de libertad, Otegi se dirigió a los centenares de personas que acudieron a apoyarle, entre ellos dirigentes de la izquierda independentista vasca y catalana, para asegurar que «hay presos políticos en el Estado español» porque, según él, «hoy sale un preso político de una cárcel española».
El exlíder de Batasuna dijo que «hace seis años y medio nos encarcelaron por hacer una propuesta para la paz, y ahora os quiero felicitar por haberla sostenido».
Sobre el grupo armado ETA que «la paz es el camino» y reiteró que pretende llevar ese objetivo «hasta el final».
En su discurso, Otegi confirmó su intención de ser el candidato a presidente en las elecciones vascas del mes de octubre por el partido Bildu. Admitió que hay mucho «morbo» sobre su posible candidatura, para después afirmar que «el mejor lehendakari [presidente] es el pueblo».
El líder vasco ha pasado 6 años y medio en prisión condenado por impulsar una estrategia política que llevó a la izquierda independentista vasca a rechazar los métodos violentos.
El juez Baltasar Garzón, al mando del juicio contra Otegi, dictaminó que existía una conexión entre la reconstrucción del ilegalizado partido Batasuna, tarea en la que trabajaba el dirigente cuando fue detenido, y ETA.
Hoy quedó comprobado que las teorías del juez perdieron toda credibilidad porque en este tiempo la izquierda independentista vasca se ha dotado de un partido, Sortu, que suple el papel de Batasuna, y concurre a las elecciones de forma legal e incluso gobierna algunas instituciones sin mayor sobresalto. Se reconstruyó una estructura y a pesar de eso ETA ya no existe.
El grupo terrorista cometió su último atentado en 2010 y anunció el cese definitivo de la violencia en octubre del 2011, tras la conferencia de paz de Aiete.