Esposa de desaparecido en río Cuervo sospecha cerco informativo

La mujer de Moisés Aros, uno de los tres trabajadores que cayó hace una semana a las aguas del caudaloso río patagónico, señala que la escasa notoriedad pública que ha alcanzado un caso tan grave “nos hace presumir que el accidente ocurrió en el proceso de implementación de la central hidroeléctrica (río Cuervo de Energía […]


Autor: Director


La mujer de Moisés Aros, uno de los tres trabajadores que cayó hace una semana a las aguas del caudaloso río patagónico, señala que la escasa notoriedad pública que ha alcanzado un caso tan grave “nos hace presumir que el accidente ocurrió en el proceso de implementación de la central hidroeléctrica (río Cuervo de Energía Austral) y no en los estudios previos, que fueron realizados anteriormente, según nos consta por información entregada por trabajadores locales que realizaron y apoyaron dichos trabajos”.

Serias dudas sobre las circunstancias que rodearon el accidente y la investigación  en torno a éste expresó mediante una carta pública la esposa de uno de los tres trabadores desaparecidos desde el martes 1 de septiembre en las aguas del río Cuervo, en la Región de Aysén, quien junto a otros dos empleados de las empresas Terrapatagonia y Geologística realizaba estudios de batimetría en la zona por mandato de Energía Austral, compañía que presentó en agosto de este año un estudio de impacto ambiental para construir una represa en el lecho de ese curso fluvial.  Moisés Aros Salgado, Mario Méndez Maldonado y Edgardo Rogel Arteaga aún no han sido encontrados, en tanto que Marcelo Quilodrán y Arsenio Soto pudieron ser rescatados el mismo día por compañeros que se mantenían en un campamento aledaño.

La cónyuge de Moisés Aros, Tamara Maragaño Maldonado (embarazada de 5 meses), hizo un sentido llamado a la prensa a no omitir información sobre las circunstancias en las cuales se originó el accidente “el cual ha sido ocultado de los medios de comunicación e incluso (por la) Intendencia Regional”, agregando que sólo es una persona que “está luchando por la sobrevivencia, respeto y honor de su marido”.

Luego de relatar la información que ha podido recabar sobre el siniestro, la mujer alude a “consecutivos errores logísticos” que habrían ocasionado el accidente, y lo más grave aún que los trabajadores “no contaban con el equipamiento necesario y apropiado para trabajos a realizarse en un río correntoso.  Lo demuestra el hallazgo posterior de los chalecos salvavidas que se desprendieron de los cuerpos abrochados, dada la fuerza y corriente del río.  El equipamiento que debió ser utilizado corresponde a salvavidas integrales, los que cuentan con perneras que evitan su pérdida en accidentes de este tipo, dando mayores posibilidades de sobrevivencia”.  Agrega en la misiva que “ninguno de ellos portaba bengalas secas ni ningún tipo de elemento que pudiese ayudarlos en la comunicación con sus rescatistas y mucho menos contaban con elementos que permitieran su posterior y oportuno hallazgo”.

Tamara Maragaño también cuestiona la diligencia del fiscal a cargo de la investigación, Luis Contreras, quien habría solicitado la “intervención del GOPE de Carabineros transcurridas ya 26 horas desde el accidente, horas que son vitales para quien logra sobrevivir en las aguas correntosas y heladas del río Cuervo”.  A la luz de lo infructuoso de la búsqueda, situación que se ha extendido hasta hoy, familiares en Santiago “logran comunicarse con una vidente; recurso que ya ha resultado exitoso en circunstancias similares y que es de conocimiento público”.  Los resultados de dicha gestión fueron entregados en su oportunidad a quienes llevan adelante las tareas de rescate.

Ante la escasa repercusión pública nacional que ha tenido el hecho, Tamara Maragaño expresa sus sospechas de que exista “intervención del gobierno central.  Esto nos hace presumir que el accidente ocurrió en el proceso de implementación de la central hidroeléctrica (río Cuervo de Energía Austral) y no en los estudios previos, que fueron realizados anteriormente, según nos consta por información entregada por trabajadores locales que realizaron y apoyaron dichos trabajos”.  Esta situación, señala, contravendría “los dichos de la autoridad política a la cual no le es conveniente la divulgación de un accidente en estas condiciones, ya que perjudicaría su imagen en este proceso eleccionario”, agregando que “nos consta la insistente versión por parte del señor fiscal de culpar sólo a los desaparecidos de una mala gestión operativa.  Eso, sumado a la cadena de errores consecutivos e imperdonables en la demora por rescatarlos, nos lleva a pensar en una inoperancia culposa cuyo único objetivo sea la de cubrir con un manto de dudas y desinformación lo que les ocurrió realmente a nuestros seres queridos”.

Las palabras de la mujer son corroboradas por la mínima difusión nacional que ha tenido la noticia.  Casos paradigmáticos son El Mercurio y La Tercera, que ninguna mención han hecho a esta información en sus ediciones en papel.


Por Patricio Segura


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