Según el Ministerio de la Mujer y la Equidad, en Chile solo el año pasado se registraron 36 femicidios. En 2017 ya se cuentan 5 consumados y 15 frustrados. Según describe la ley, el concepto “femicidio” puede definirse como la muerte violenta de una mujer por el abuso del poder de género y se produce en el seno de una relación de pareja, actual o pasada.
Sin embargo, en la realidad los femicidios abarcan mucho más que solo el seno de una relación sentimental o familiar, los victimarios pueden ser personas completamente ajenas que cometen crímenes de abuso de poder contra las mujeres y también son femicidios, aunque legislativamente no lo sean.
La actual Ley de Violencia Intrafamiliar, en donde se establece la figura del femicidio, pareciera no reflejar la realidad que viven las mujeres abusadas por hombres. Esta normativa olvida que una mujer no tiene por qué llegar al punto de morir para haber sido víctima de abuso.
El caso de Antonia Garros (23) en Concepción trajo lamentablemente de nuevo a la palestra el hostigamiento que muchas mujeres sufren en silencio hasta que éste termina en un crimen mayor.
Los hechos aún no están claros. Hasta el momento se sabe que el pasado martes 7 de febrero Antonia estaba en el departamento de su ex pareja, Andrés Larraín Páez, cuando los vecinos escucharon gritos y una fuerte discusión, por lo que llamaron a Carabineros. No era la primera vez que pasaba, hace poco tiempo las cámaras de seguridad del edificio captaron a Larraín golpeando a Antonia en el pasillo del departamento y ella tenía una querella por violencia y maltrato en el pololeo en curso.
Mientras llegaban los policías, Antonia cayó desde el piso 13, en donde estaba solamente con su ex pareja. Antonia murió y el marcador de víctimas de violencia machista volvió a aumentar.
Muertas en vida
Silvana del Valle es abogada de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres. Sostiene que la familia de Garros tiene dudas respecto a si se trató de un suicidio o un femicidio, por lo que están a la espera de la investigación. Sin embargo, advierte que «el caso de Antonia nos demuestra que la violencia en Chile es tan terrible y tan fuerte que muchas mujeres se ven en la necesidad de quitarse su vida porque no ven otra salida. Ellas están muertas en vida, entonces sienten que vivir o no vivir es lo mismo, porque ya están muertas».
Este sábado se realizó una marcha en Concepción que convocó a miles de personas y en donde se exigió una «Ley Antonia», que consistiría en tipificar la «inducción al suicidio» en casos como el de esta joven que sufrió constantes maltratos físicos y psicológicos que la pueden haber llevado a buscar una salida en la muerte.
En nuestro país no existe la figura legal de la «inducción al suicidio», ya que en el Código Penal no se incluye el suicidio como un delito en sí. Pero casos como el de Antonia, demuestran que es necesario indagar sobre las razones que llevan a muchas mujeres a quitarse la vida.
Según datos de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres, el 16% de las mujeres que se suicidan tienen antecedentes y denuncias de maltrato.
«Hay mujeres que al llegar al Instituto Médico Legal fueron asistidas por suicidio y al analizar sus nombres haciendo una búsqueda simple, se constató que tenían denuncias de violencia intrafamiliar. Y si incluimos a las mujeres que no se habían atrevido a denunciar aún, viviendo episodios de violencia, nosotras creemos que al menos la cifra se duplicaría», explica Del Valle.
La abogada señala que «no existe una tipificación específica para las personas que ejercen violencia sistemática y que tenga que ver con una violencia específica hacia la mujer, por el hecho de ser mujer». Y agrega: «En el caso de Antonia tenía una relación sentimental, por lo que el hombre durante mucho tiempo ejerció distintos tipos de violencia, principalmente psicológica, y aparentemente se llegaría al suicidio».