Luego de 12 años de permanencia en Haití, la misión de paz de Naciones Unidas en dicho país (MINUSTAH) aún no tiene fecha de término, menos cuando recientemente la segunda vuelta de las elecciones presidenciales fueron aplazadas por el senado haitiano debido a la violencia reinante; lo que ha reabierto los cuestionamientos a la presencia de los “cascos azules”, en general, y las tropas chilenas, en particular.
Por esta razón, tantos analistas como parlamentarios han planteado sus inquietudes sobre el real aporte de que nuestro país siga manteniendo efectivos de sus Fuerzas Armadas en este tipo de misiones internacionales, sobre todo considerando que en el caso de Haití, después que en 2004 comenzara la intervención, no se vean avances significativos en materia institucional.
El analista internacional Raúl Sohr llamó a “no generalizar” la visión sobre las misiones de paz, por esta razón enfocó sus críticas hacia la situación de Haití, en donde considera que la permanencia de las tropas se ha “eternizado”, y de acuerdo a lo ocurrido con el aplazamiento de las elecciones presidenciales, no hay evidencia de que la estabilidad institucional se haya logrado: “Se dijo, cuando se entró a Haití, que se entraba a un saco sin fondo y efectivamente así ha sido”.
En cuanto a los beneficios que podría reportar la participación de Chile en este tipo de misiones, Sohr recordó que los cascos azules tampoco gozan de gran prestigio a nivel internacional, dado que se han visto involucrados en casos de abusos sexuales de menores en África, algo que también pasó en la ex Yugoslavia, algo que, en todo caso, a Chile no le ha ocurrido.
No obstante, este tipo de misiones, a juicio del analista internacional, le permiten a quienes las integran poder confraternizar con soldados de distintas nacionalidades de la misma región, como el caso de las fuerzas brasileñas, peruanas, argentinas, que se encuentran también en Haití.
“Uno no ve en Haití se consolide una institucionalidad, el país sigue en una situación crítica que es recurrente y, finalmente, hay un acostumbramiento a la presencia de las fuerzas extranjeras y a no asumir las responsabilidades que le corresponden a cada Estado, y en este caso al Estado haitiano que es el que tiene que garantizar el orden y bienestar de su población, por lo que una política asistencial no es positiva para nadie”.
El diputado del Partido Radical y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores, Carlos Jarpa coincidió con Raúl Sohr en que el tiempo que se ha tomado la misión de paz en Haití ha sido más extenso del aconsejado, por lo que llamó a que se haga “una evaluación sobre si corresponde continuar con las tropas de paz o pensar en el retiro de dichas fuerzas”.
De todos modos, el diputado radical señaló que cree “en la solidaridad internacional”, y que así como la oposición de la época en Chile recibió el apoyo de muchos países durante la Dictadura, sin embargo hizo énfasis en que se debe tener en cuenta las condiciones económicas de nuestro país para evaluar la permanencia de tropas en Haití, así como el envío de tropas a otros países.
“Es indiscutible que Chile, a través de sus Fuerzas Armadas, está cumpliendo misiones de paz, por supuesto está realizando gestiones para potenciar el rol que juega Chile como Estado a nivel internacional”.
Justamente, en su última intervención frente a la Asamblea General de la ONU, la Presidenta Michelle Bachelet anunció el envío de tropas chilenas a misiones de paz en África, hecho que comenzó a concretarse durante la última semana de enero, cuando el Senado autorizó el envío de cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas a la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA).
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