La mañana de ayer lunes, la familia Catrileo Quezada, padres del asesinado joven mapuche, realizaron una marcha desde el frontis de la Catedral de Coyhaique hasta la 1º Comisaría de esa ciudad, donde se encuentra en servicio activo el cabo 2º Walter Ramírez, condenado en 2008 como autor de los disparos que quitaron la vida al weichafe.
“Hemos venido a Coyhaique a encarar al asesino Walter Ramirez Inostroza, carabinero de Chile, quien cobardemente disparó con una subametralladora UZI por la espalda a Matías Catrileo, hace más de 3 años”, señalaron en una declaración pública leída afuera de la Catedral.
Agregaron, además, que “el sólo hecho de encontrarnos en el mismo lugar en que se encuentra escondido el asesino, gozando de libertad, trabajo, protección de la Institución y del Estado chileno, nos violenta profundamente, lo que aumenta nuestra fuerza y valor”.
Ya en septiembre del año pasado, el diputado René Alinco denunció que el asesino de Matías Catrileo (en la foto) estaba desempeñándose en la Central de Comunicaciones de Puerto Aysén, información que fue confirmada por Jorge Rojas, general y jefe de esa zona.
En la ocasión, el parlamentario afirmó que “ésta no es la primera ni la única situación en donde Carabineros envía a miembros de su institución, que han estado involucrados en crímenes, a la región de Aysén para limpiar sus nombres”.
Junto con repudiar este hecho el día de ayer, los Catrileo Quezada exigieron la baja de Ramírez y lo increparon a que “se atreva a dar la cara y que se haga responsable de su crimen”.
“Si la justicia chilena no es capaz de castigar al asesino Walter Ramírez, nosotros nos encargaremos de que nunca más pueda vivir tranquilo”, concluyeron en su declaración.
Por Cristóbal Cornejo
El Ciudadano