El lunes se presentó en el 8º juzgado de garantía de Santiago una querella por cuasidelito de homicidio por negligencia médica en contra de la diabetóloga Luciana Concha, de la Clínica Indisa y en contra de todos quienes resulten responsables del delito.
La doctora Concha, atendió a Francisco Moreno Olavarría, de 69 años, en noviembre de 2009. Ella, junto con otros médicos de la clínica le recetaron Amaryl, un medicamento usado para la diabetes, sin embargo, luego de ingerir 143 pastillas del remedio -que resultó más nefasto que la enfermedad- debió ser ingresado de urgencia el 28 del mismo mes por encontrarse con temblores, tos, ahogo, dolores de cabeza, vómitos y sudoración extrema, según relató su hija, Fyl-Ly (en la fotografía), luego de presentar la querella junto a su marido.
Luego de varias intervenciones medicamentosas y cambio de médicos el 2 de diciembre de 2009, el doctor Víctor Pérez le realiza al paciente una angioplastia (procedimiento para restaurar el flujo sanguíneo en el corazón). Cuatro días después es dado de alta por el doctor Fabricio Zambra, con el diagnóstico de descompensación diabética y cardiopatía coronaria.
El 17 de diciembre de 2009, la familia Moreno se comunica via mensaje de texto con la doctora Luciana Concha para comunicarle el mal estado de salud de su padre. Ella contesta que, por un problema del computador de la clínica, se digitó 5 y no 0.5 comprimidos de Amaryl -es decir que el paciente ingirió diez veces más de la dosis requerida-. Ante esto, la familia acudió al Centro de Información Toxicológica y de Medicamentos de la Universidad Católica, donde el director, doctor Enrique Paris, redactó un informe acerca de las consecuencias de la sobredosis de este fármaco.
Fyl-Ly Moreno, trató de llegar a un acuerdo con la Clínica, sin embargo no logró concretar nada, motivo por el cual decidió presentar la querella. El abogado de la familia Moreno busca compensar el daño que ha sufrido el paciente, entre otras cosas pagando los gastos de los tratamientos médicos que debe seguir.
El Ciudadano contactó a la doctora Concha, quién respondió: “No tengo nada que decir”.
Por su parte, la Clínica Indisa, no se hace responsable de la situación y señala en una breve declaración pública que “La diabetes que padece el paciente, es uno de los factores de riesgo para desarrollar patologías coronarias. La cardiopatía diagnosticada al paciente se desarrolló en un largo período de tiempo y no tiene relación con la sobredosis del medicamento.” Del mismo modo que dice lamentar los inconvenientes «que de manera involuntaria se ocasionaron al paciente y su familia”.
Fyl-Ly Moreno declaró que en el mismo comunicado la clínica asegura que su padre no ingresó con hipoglicemia al establecimiento, cosa que le parece sospechoso, puesto que con tan grandes diferencias de dosis es poco probable que el azúcar de su padre no se haya descompensado.
(Noticia en desarrollo)
Por Marisa Muñoz Montenegro
El Ciudadano