La Procuraduría General de la República de México (PGR) estableció la semana pasada como versión oficial -aún sin tener pruebas científicas de ello- que los 43 estudiantes desaparecidos fueron asesinados e incinerados por miembros del cárter Guerreros Unidos.
Para establecer esta versión como la «verdad histórica» acuñada por el Ejecutivo, la Fiscalía se apoyó en el testimonio de Felipe Rodríguez Salgado, alias ‘El Cepillo’, un sicario de Gerreros Unidos detenido por las autoridades méxicanas que reconoció los hechos supuestamente ocurridos el pasado mes de septiembre.
Según el detenido, el grupo de jóvenes fue confundido con integrantes de «Los Rojos» -grupo criminal rival a Guerreros Unidos- por lo que los jóvenes fueron secuestrados, asesinados e incinerados en el basurero de Cocula por sicarios de Guerreros Unidos, entre los que se encontraba el supuesto delator Felipe Rodríguez Salgado.
Los familiares de los jóvenes desaparecidos rechazan esta versión por la falta de evidencias científicas, ya que las pruebas de ADN que se realizaron sobre los supuestos restos de los estudiantes de Iguala encontrados en el basurero resultaron ineficaces. Además, la revista ‘Proceso’ reveló recientemente que los detenidos por el supuesto asesinato de los estudiantes fueron torturados, por lo que sus declaraciones podrían estar influenciadas por la violencia de los interrogatorios.
Hilda Lagideño y Bernabé Abraján, en representación de los padres y las madres de los 43 normalistas de Iguala desaparecidos, viajaron a Ginebra -Suiza- junto a un equipo jurídico del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, para solicitar ante el Comité de Desapariciones Forazadas de la ONU que interceda para que el gobierno mexicano no cierre la investigación del crimen de Iguala.