Familiares de mexicanos asesinados en la guerra contra el narcotráfico de ese país tuvieron una extraordinaria confrontación pública con el Presidente mexicano Felipe Calderón.
El jueves, un grupo de familiares de víctimas de la guerra contra el narcotráfico se reunieron con el Presidente Calderón en México D.F. En el grupo se encontraba el poeta y activista Javier Sicilia, quien tras la tortura y asesinato de su hijo se convirtió recientemente en el vocero de un creciente movimiento contra la violencia en México.
En una conferencia de prensa conjunta con Calderón y otros familiares, Sicilia exhortó al Presidente a que se disculpara por las decenas de miles de personas que han muerto en México víctimas de la guerra contra el narcotráfico.
Javier Sicilia dijo que el Estado de México no estaba cumpliendo con la obligación de proteger a su pueblo y defender sus derechos, y que por esa razón el Presidente, en su rol estatal, era responsable, junto con los gobiernos de los estados, de la muerte de 40.000 personas y de miles de desaparecidos y huérfanos. Agregó que estaban allí, en primer lugar, para que el Estado mexicano reconociera su deuda con las víctimas, sus familiares y la sociedad. Dijo además que el Presidente, como representante del Estado, estaba obligado a disculparse con la nación, en particular con las víctimas.
En respuesta, Calderón defendió su militarización de la lucha contra las drogas, alegando que las operaciones intensificadas podrían haberle salvado la vida al hijo de Sicilia.
El Presidente mexicano Felipe Calderón dijo: «Y coincido en que debemos pedir perdón por no proteger la vida de las víctimas pero no por haber actuado contra los criminales que están matando a las víctimas, eso definitivamente es un error y en eso, Javier, sí estás equivocado. Sí, sí es de pedir perdón por la gente que murió a manos de los criminales, por no haber actuado contra esos criminales. Pero si de algo me arrepiento en todo caso no es de haber enviado fuerzas federales a combatir criminales que nadie combatía por miedo o estaba comprado con ellos. De lo que me arrepiento es de no haberlos mandado antes y tener un operativo justo en Cuernavaca que pudo haber atrapado a la banda que mató a Francisco [Sicilia]».