“¿Vamos camino de una dictadura? Sí, Duterte ha demostrado que puede matar a 6.500 personas y salirse con la suya; el resto, restringir las libertades civiles, asumir poderes dictatoriales, etc., será una operación de limpieza”. Es el análisis de Walden Bello, investigador principal del Centro de Estudios del Sudeste Asiático, Universidad de Kyoto, entrevistada por Folha de Sao Paulo.
Ex diputado de la Cámara de Representantes, Walden Bello fue uno de los principales autores de Carper, la ley que amplió la reforma agraria, y de la Ley de Salud Reproductiva. Rompió con la coalición Daang Matuwid del presidente Benigno Aquino III y renunció a su escaño en el Congreso en 2015.
En septiembre de 2015, antes de que Duterte anunciara su candidatura presidencial, «la lucha contra la criminalidad» era sólo la séptima preocupación nacional más urgente, según una encuesta de Pulse Asia Rsearch. En enero de 2016, cuando ya era candidato, era la sexta. Sin embargo, Duterte ha sido capaz de convencer al 39% de los votantes filipinos de que era la preocupación más urgente y que el país le necesitaba para resolverla. ¿Cómo lo logró?
Creo que ese es el problema con las encuestas, que a menudo la forma en que se plantea la pregunta no refleja realmente lo que la gente siente de verdad acerca de un tema. Por ejemplo, si usted pidiera a sus encuestados pobres que clasificaran la pobreza, el desempleo, la inflación y el crimen de acuerdo con lo que más les preocupa, no me sorprendería si colocaran al crimen como la número cuatro. Pero esto no significa que no estén muy preocupados por el crimen. Duterte fue capaz de aprovechar ese temor, que todos los demás candidatos insensatamente subestimaron. Como muestran muchos otros estudios en otros países, las comunidades pobres urbanas, por ejemplo, están tan preocupadas por la proliferación de drogas y la delincuencia como las clases medias. Entiendo que este es el caso en Brasil también. Por otra parte, en cuanto a Duterte, no era sólo una promesa, sino que fue capaz de vender la imagen de que había sido capaz de controlar la criminalidad y las drogas en la ciudad de Davao utilizando medios extraordinarios. Dudo que el mismo tono hubiera funcionado con cualquier otro político.
Me dijeron que el personal de Duterte hizo un intenso uso de las redes sociales durante la campaña presidencial. He visto algunos mensajes de medios sociales con videos de robos y tiroteos. ¿Fue una estrategia deliberada para que la gente tuviera miedo a la criminalidad? ¿Existen otras tendencias sociales que explican la creciente preocupación por la criminalidad?
Sí, la campaña de Duterte hizo un uso intensivo de los medios sociales durante la campaña presidencial. Parte de esto fue organizado. Pero en mi opinión, la campaña de medios sociales de Duterte fue en gran parte espontánea y desorganizada. Duterte fue realmente capaz de generar entusiasmo, con muchos de sus simpatizantes atacando agresivamente a la gente en Internet que se atrevía a hablar en su contra durante la campaña. Realmente fue capaz de desencadenar un entusiasmo masivo de una manera que ningún otro candidato ha podido hacer desde el presidente Joseph Estrada. Es cierto que muchos conductores de triciclos, conductores de jeepney y taxistas hicieron todo lo posible para comprar y publicar materiales de campaña pro-Duterte, algo inaudito. Y las muchedumbres lo esperaban aunque llegara 3 o 4 horas tarde. Lo sé porque yo estaba haciendo campaña en todo el país para el Senado al mismo tiempo que Duterte la hacía para la presidencia y ví con mis propios ojos el frenesí pro-Duterte.
Algunos analistas me comentaron que la gente en Filipinas estaba cansada de la élite rica y corrupta y de quedar rezagada en el crecimiento económico, y que esto era terreno fértil para un candidato que hizo campaña por una política de mano dura para abordar esos problemas. ¿Estás de acuerdo con esa opinión? ¿Cómo está de enraizada la corrupción en la situación actual del país?
Sí, su promesa de acabar con la corrupción y la pobreza, y hacerlo con mano de hierro, también fue parte de su atractivo. Duterte estaba haciendo campaña contra un sistema -lo que yo llamo el sistema democrático de EDSA, que surgió de la llamada Revolución EDSA de 1986, cuando la gente se concentró en la principal avenida de Metro Manila, la Epifanio de los Santos, para derrocar a Marcos- que no ha sido capaz de cumplir sus promesas de acabar con la corrupción, empoderar a la gente, redistribuir la riqueza. Su discurso estaba lleno de acusaciones contra la élite, a la que llama “los coños” (konyo en tagaló). Utilizó un lenguaje brutal, vulgar, colorido que contrastaba con el discurso de la élite. Fue muy eficaz. La corrupción está muy arraigada, como en Brasil, y creo que la gente también estaba harta de la doble moral de la administración Aquino, que perseguía a los corruptos que eran enemigos de la administración, pero protegía a los políticos corruptos compinches del presidente.
Duterte también ha prometido durante su campaña combatir la corrupción, pero hasta ahora la campaña más visible de su administración es la guerra contra las drogas. Desde su punto de vista, ¿cómo se puede combatir la corrupción en Filipinas? ¿Podría Duterte luchar contra ella?
Creo que a Duterte le va a costar mucho luchar contra la corrupción, porque tiene muchos políticos corruptos a su lado, especialmente después de las elecciones. La ex presidenta Gloria Macapagal Arroyo, estuvo involucrada en muchos acuerdos dudosos. La familia Marcos, que continúa escondiendo en el extranjero la riqueza que ha robado. Muchos políticos de las tres últimas administraciones tienen casos pendientes tras ser denunciados por el Defensor del Pueblo. Incluso la esposa del Secretario de Presupuestos de Noy noy Aquino, Butch Abad, que fue la cabeza pensante tras el escándalo de DAP, ahora está aliado con Duterte y ha sido premiado con la presidencia de un comité en el Congreso. Enfrentar la corrupción implicaría enfrentarse a muchos de sus partidarios en la élite política. No estoy diciendo que no pueda hacerlo. Pero hasta ahora, no ha establecido un plan para erradicar la corrupción.
Duterte ha sido descrito como un «táctico muy astuto» y alguien que «tiene el carisma de hacerse seguir por las masas». He visto muchos videos suyos siendo vitoreado por sus seguidores y, aunque el 61% de los electores no votaron por él, he estado siguiendo las encuestas de SWS y Pulse Asia Surveys en las que aparece con una alta aprobación neta, más del 65%. Incluso la campaña de asesinatos y ejecuciones extrajudiciales desenfrenada no ha provocado una gran condena pública de un país supuestamente católico. ¿Cómo lo explicaría?
Creo que ha sido capaz de convencer a la mayoría de la gente de que su seguridad requiere medidas extraordinarias que violen el estado de derecho y los derechos humanos. No creo que la gente apruebe el asesinato como un método para solucionar los conflictos, pero están dispuestos a darle a Duterte el beneficio de la duda. En cuanto a la Iglesia Católica, en el momento en el que mas se necesitaba su voz, no se ha atrevido a desafiar frontalmente a Duterte porque su credibilidad es tan baja que si se atreve a desafiarle sabe que saldrá perdiendo.
Como defensor de los derechos humanos, ha estado siguiendo las políticas de Duterte. ¿Cree que la Policía Nacional de Filipinas (PNP) ha ignorado al sistema judicial durante la reciente guerra contra las drogas? ¿Puede el Poder Judicial en Filipinas frenar la campaña del gobierno?
Sí, sin duda. Actualmente, con unas 6.500 personas asesinadas – aproximadamente un tercio en operaciones de la policía y dos tercios en acciones de vigilantes – es muy difícil creerse que, como dice el gobierno, todas ellas fueron asesinadas porque se «resistieron el arresto». Cada vez hay más informes de prensa, muchos de periodistas internacionales, como el reportaje fotográfico del New York Times de esta semana, que confirman que gran parte de los asesinatos son realmente asesinatos extrajudiciales de personas que no se resistieron. En cuanto a las operaciones de vigilantes, un número tan elevado de víctimas no es el resultado de acciones espontáneas sino de un esfuerzo nacional organizado, y sólo la policía nacional tiene esa capacidad.
¿Por qué cree que ha habido tantos asesinatos a manos de vigilantes?
Como dije antes, están organizados por la policía. Los relatos de testigos, la manera de matar a la gente en motocicletas, los carteles siempre con la misma inscripción «No me imites, soy un traficante de drogas»,todo ello demuestra un esfuerzo organizado.
¿Es la guerra contra las drogas una obsesión personal del presidente y un objetivo en sí mismo? ¿O es un medio para lograr algo diferente? En ese caso, ¿qué podría estar detrás?
Creo que es una obsesión, pero al mismo tiempo, es un medio para alcanzar el poder absoluto. El mensaje para todos es: «He matado a toda esta gente, nadie puede detenerme, también tú puedes caer». Incluso la élite está aterrorizada.
En Metro Manila he visto una gran pobreza y desesperación. Duterte dice que es “socialista” y a veces se le describe como alguien que «cuida a los pobres». Algunos de sus críticos reconocen que sus planes de reforma agraria parecen serios, así como su intención de cambiar los contratos de trabajo temporal conocidos como «Endo». En su opinión, ¿cómo se puede mejorar la distribución de la riqueza en Filipinas? ¿Es Duterte capaz de lograrlo?
No creo que pueda llevar a cabo la reforma agraria ya que eso exige una nueva ley, y el bloque de terratenientes que ahora apoya a Duterte ha prometido impedir que se apruebe. Incluso el ministro de la Reforma Agraria ha fijado metas muy pequeñas en términos de lo que dice que puede lograr, y se limitan a garantizar que los agricultores no sean desalojados de las tierras en las que están por los terratenientes. El esfuerzo de la administración para poner fin a la subcontratación no es serio según los sindicatos. Y el programa macroeconómico sigue centrándose en gran medida en el crecimiento, no en la redistribución, es decir, igual que la administración anterior.
Duterte ha patrocinado el entierro del ex dictador Marcos en el Liban ng mga Bayani (cementerio de los héroes de la nación). ¿Es un intento de reescribir la historia? ¿Cree que quiere convertirse en un dictador? Usted ha sido miembro del Congreso en las Filipinas y ha servido junto con muchos de los representantes actuales. ¿Cree que Duterte tendría suficiente apoyo político para cambiar la constitución y postularse para un segundo mandato dentro de seis años?
Duterte ve a Marcos como un modelo a seguir, y está cerca de la familia Marcos. Sí, por supuesto, el entierro en LMB es parte del esfuerzo de los Marcos de reescribir la historia. Creo que tiene suficiente apoyo parlamentario para cambiar la Constitución. ¿Nos dirigimos hacia una dictadura? Sí, ha demostrado que puede matar a 6.500 personas y puede salirse con la suya. El resto – las restricciones de las libertades civiles, la asunción de poderes dictatoriales, etc – será una mera operación de limpieza.
Ana Estela De Sousa Pinto
Traducción de Enrique García para SinPermiso
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