Valparaíso, 11 de mayo 2015.- “Los jóvenes de los setenta y los ochenta luchamos por tener un mundo mejor, pero nos truncaron la vida. Es cosa de ver: la mayoría de los que pertenecieron a esa generación, estamos separados. Y viendo lo que han hecho los partidos de izquierda ahora en el Gobierno, te preguntas: ¿Para qué luchamos? Si ellos en el poder nunca hicieron nada. Eso duele. Y tú no tienes a nadie en el camino, no tienes derecho a nada. Tienes que valerte por tus propios medios, como siempre ha ocurrido. Pero el Estado tiene que darte algo -por el daño provocado- pero nunca te da nada. Hoy ser chileno no vale nada, solamente vale para los que son de un partido y tienen un pituto. Pero una persona común y corriente: no tiene derecho a nada”.
Las palabras son del ex prisionero político y militante del MIR, Gustavo Fuentes Ruminot quien junto a siete compañeros lleva veinte días en huelga de hambre, en el Consejo Nacional de la Cultura (CNCA), en Valparaíso.
Ellos buscan verdad, justicia y reparación. Y pese a lo justo de las demandas, lo prolongado del ayuno y el hecho que este sacrificio es realizado por personas que en su mayoría son viejos, el gobierno ha dilatado la búsqueda de una solución. Los medios, por su parte, le han dado muy poca difusión a ésta huelga y al problema que ésta pone de manifiesto. Esto es: la condición de miseria en que decenas de miles de chilenos víctimas de la represión viven la recta final de su vida.
La entrevista se verifica en el Centro de Extensión (Centex) del CNCA. Es hora de almuerzo pero ni Gustavo ni sus compañeros quieren pensar en eso. Están pendientes de conversaciones que se dan en otras ciudades y espacios, algunas de las cuales acaban en arreglos que no los convencen. El y sus compañeros se mantienen duros, no están para pildoritas.
Continuando con sus críticas a la izquierda en el poder, manifiesta: “el Partido Comunista y el Partido Socialista no entienden lo que estamos pasando nosotros. Ellos están en el poder, en las cúpulas, en el Senado, en la Cámara de Diputados. Y no tienen la capacidad de ver que nosotros estamos luchando por nuestros derechos… como ellos están bien, tienen todo, se han olvidado de nosotros”.
Fuentes Ruminot revela sensaciones de su radical accionar: “al principio de la huelga uno se descompensa porque el cuerpo hay que habituarlo. Como no comes, viene una baja demasiado rápida de peso. Yo no sabía que iba a pasar eso. ¿Tanto bajaste?, te pregunta la gente. Uno baja y baja, aunque todos los días nos están pesando”.
“Y a esto hay que sumarle –agrega- los problemas por la edad y por la propia historia de cada uno. Yo tengo una hernia en la columna y para eso tomo pastillas para los dolores. Pero ahora no puedo tomarlas porque, como no como sólidos, solamente líquidos, me hace mal para el estómago… pero hay que aguantarse no más, venimos a eso, por una lucha que si no la hacemos nosotros quién la va a hacer… ¡Todo el tiempo que ha pasado y no se ha hecho nada!”
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Fuentes Ruminot expresa que muchas familias de ex PP “por no tener los recursos económicos, se han separado. Y la mayoría muere de cáncer y solos. Si tu vez las estadísticas en los PRAIS –puntualiza- te darás cuenta que la mayoría somos pobres. No tenemos un sistema de salud que nos proteja. Uno tiene que mendigar salud. Hay que pedir horas para meses después. La gente cree que como PRAIS tenemos muchos beneficios, pero no es así: somos indigentes”.
Este ex prisionero asegura que la esperanza de vida de un preso político es menor que la del resto de la población: “Es raro cuando uno llega a los 70. Esto es por el problema de la tortura, porque los presos políticos fuimos torturados”, recuerda.
Ahonda en la motivación de su largo ayuno: “nosotros luchamos por algo mejor y tenemos la convicción que vamos a ganar. Esa capacidad de lucha que tuvimos en tiempos de la dictadura, la estamos expresando ahora. Somos pocos pero somos fuertes todavía. Pero esperamos obtener algo mejor y vamos a luchar, y sé que con la capacidad que tenemos vamos a lograrlo”.
Torturado en democracia
Fuentes Ruminot, con sus 56 años, es el más joven de los exprisioneros que hace huelga en el Consejo de la Cultura. Su mirada prístina y su voz, que nace desde lo profundo, sobrecoge.
Él tiene muchas detenciones y torturas, pero sorprende saber que no todas estas ocurrieron en dictadura. Dice que en democracia, bajo el Gobierno de Aylwin, recibió terribles flagelos de parte de Carabineros.
Le pedimos precisiones. Dice que alrededor de 1986 fue torturado en la Comisaría Vista Alegre, de Cerrillos. “Allí me sacaron los dientes”.
Prosigue: “Pero más adelante, en el periodo de (Patricio) Aylwin (1990-94), también me torturaron. Aunque muchos no lo sepan, en ese periodo también torturaban a los presos”.
Continúa su relato:
“Yo caí por marchar contra Pinochet en el día de su cumpleaños. Me detuvieron a un costado del Teatro Municipal de Santiago, en San Antonio con Moneda. Estuve preso en la Primera Comisaría (de calle Santo Domingo). Ahí me enterraron tijeras en la columna y de ahí me pegaron, me fracturaron un tobillo, me pegaron un palo en la tráquea, otros en la barbilla y en una ceja. Me pegaron en el pasillo, me siguieron pegando abajo, en el subterráneo. Después de eso me metieron a la cárcel”.
Tu perteneces a una generación de jóvenes que creyeron y lucharon por la revolución y que fueron los más castigados por la dictadura ¿Cómo ves las cosas cómo están ahora? ¿Mantienes en alto tus banderas? –le consultamos.
Este sistema es demasiado injusto. El sistema de AFP: ¿Cuántos indigentes va a dejar? Este país aún no se da cuenta de toda la indigencia que va a haber con las AFP. Pero si las jubilaciones son de 70, 80 o pongámos: 150 mil pesos. Con eso tú ¿qué haces? ¿Cuántos viven en una casa? Los remedios: ¿Cuánto cuestan? (los poderosos) económicamente lo tienen todo. Hacen y deshacen.
Agrega: “¿Dónde están los partidos de izquierda, que dicen que van por los trabajadores? ¿A dónde están las cúpulas?”. Pero igual seguimos adelante. Si no seguimos, nos van a pisotear”.
Y en un esfuerzo denodado, que sólo busca ser escuchado, gasta sus pocas fuerzas para exclamar:
“¡Ya está bueno que nos coloquen el pie encima! ¡Llega un momento que el ser humano revienta por sus derechos! Así tal como al pueblo mapuche, que los están explotando, resiste a las grandes forestales, nuestro espíritu de lucha está intacto, porque es la última esperanza que tenemos. ¡Es ahora o nunca y vencer es nuestro destino!”.
Participan también de esta histórica huelga de hambre: Juan Villablanca, Arturo Samit, el marino antigolpista Ricardo Tobar, Oscar Silva, el poeta Liberto Roma, Francisco y Juan Muñoz.