«Hay gente que muere para que otros amasen millones» Pablo Iglesias apoya el libre acceso a los medicamentos

Desde hace casi veinte días, un grupo de enfermos de hepatitis C lleva a cabo un encierro en el Hospital 12 de Octubre de Madrid exigiendo al gobierno español que financie el Sovaldi, un medicamento muy fiable para tratar su enfermedad pero que su elevado precio lo coloca a una altura inalcancable para la mayoría de las familias.

Los protestantes han pasado las fiestas navideñas encerrados en este hospital madrileño esperando que el ejecutivo español reaccione ante sus exigencias y ayude a que los enfermos de hepatitis C puedan tener acceso al medicamento que puede salvarles la vida y al que han estado esperando durante muchos años.

Además del encierro -que ya se ha repetido en otros hospitales- los afectados por la enfermedad junto a sus familias y gran parte de la población española han llevado a cabo otras acciones de protesta como las marchas multidudinarias, una carrera solidaria, o una futura cadena humana que ocupará a más de seis mil personas.

Pablo Iglesias ha mostrado todo su apoyo a los afectados por la negativa del gobierno español a subvencionar el medicamento en una asamblea celebrada a las puertas del hospital 12 de Octubre. El líder de Podemos y figura sobre la cual la ciudadanía española deposita cada día más confianza, ha participado en la asamblea comprometiéndose a llevar hasta el Parlamento Europeo, el próximo día 21 de enero, el problema que están sufriendo los enfermos de hepatitis C que no tienen acceso a los medicamentos necesarios para superar la enfermedad. «Un país decente tiene que tener un gobierno que asegure el tratamiento sanitario con los mejores medicamentos disponibles«, ha declarado Pablo Iglesias.

«Cuando dicen que hay que apretarse el cinturón, eso se traduce en que hay gente que muere para que algunos sigan amasando millones y tengan beneficios escandalosos«, ha denunciado Pablo Iglesias. La solución que contempla este dirigente político pasa por que las farmacéuticas bajen los precios de los fármacos: «¿A quién debe proteger un gobierno? ¿a los intereses privados de una multinacional o el derecho a la vida de los ciudadanos?«, se ha preguntado el líder de Podemos exigiendo al goberno que sea «patriota, decente y responsable«.

El pasado viernes, la eurodiputada de Izquierda Unida -otro partido español de tintes izquierdistas- Marina Albiol emitió una pregunta parlamentaria por escrito a la Eurocámara cuestionando si es, o no es, una vulneración de los derechos fundamentales la negativa de las comunidades autónomas españolas de suministrar el medicamento a todos los afectados.

En España, casi un millón de personas sufre de Hepatitis C y al día, mueren 13 de esas personas. Durante muchos años, los enfermos de hepatitis C probaron multitud de fármacos con la esperanza de que alguno de ellos consiguiera deterner el virus que les provocaba un cansancio continuo, dolores estomacales y depresiones severas provocadas por una enfermedad que, día a día, se come su hígado, y que terminará por vencer a la vida.

Por fin, tras muchas probaturas, aparecieron fármacos realmente efectivos, con una tasa de curación del 95%, ¡todo un trinfo! pensaron los millones de enfermos que sufren la terrible enfermedad, pero su alegría no tardó en enturbiarse gracias a las magníficas prácticas del gobierno español.

Después de publicar la noticia de los nuevos fármacos capaces de vencer al virus gracias a una simple pastilla diaria que los pacientes han de ingerir durante tan sólo tres meses, resulta que el costo de esos fármacos milagrosos capaces de cambiarle la vida a millones de españoles, son demasiado caros para que la mayoría de las familias se los puedan permitir. ¿De qué sirve la investigación y los avances científicos si los resultados obtenidos sólo son accesibles para los que más dinero poseen?

Cada día mueren trece personas por hepatitis C, y cada día que se prolongan las negociaciones con los laboratorios farmacéuticos para tratar de abaratar el precio de los medicamentos, los enfermos de hepatitis ven llegar con temor y desesperación el día que les toque a ellos ser una de esas trece personas diarias, mientras el gobierno de su país -su gobierno- no hace nada por ayudarles.

Jose Manuel, un hombre de 47 años que lleva desde los 23 luchando contra el virus defiende que «no se trata de derechas o izquierdas, no se trata de geopolítica, se trata de humanidad por dios, de curar a muchos españoles que votan, pagan impuestos, tienen familias que sufren y ahora, por fin, tienen la opción de curarse«.

Jose Manuel exige al gobierno que tome cartas en el asunto ante la terrible situación que están viviendo millones de familias en España. Jose Manuel solicita que los que fueron elegidos para gobernar el país miren a la cara a las multinacionales farmacéuticas y les hagan saber que los desorbitados precios de los medicamentos son una vergüenza y un ataque directo a los derechos humanos más básicos.

«Yo por mi parte seguiré levantándome a las siete de la mañana, seguiré llevando a mis hijos al colegio e iré como todos los días a trabajar. Y seguiré ganándole la batalla a esa maldita escalera del Metro que cada día me lo pone más difícil, y me obliga parar al final de la misma para recobrar el aliento y poder continuar la marcha. Porque ahí, cuando llegue ese momento, es donde me encontraréis, tumbado en esa escalera camino del partido de fútbol de mis hijos, sabiendo que esto se podía haber evitado ya que ahora sí existe cura, pero no me la quisieron dar«, declara duramente Jose Manuel en una carta dirigida a todos aquellos interesados en conocer su triste historia.