Una brutal agresión se registró en Quillota, cuando un hombre de 24 años golpeó con un martillo y quemó el rostro de su pareja, luego de haberla rociado con alcohol. Como si fuera poco, el sujeto identificado como León Gallardo mantuvo a la víctima cinco días retenida en su casa.
«Me pegó un martillazo en el pie y después salió de la pieza y llegó con una botella de alcohol. Me echó en una chaqueta que yo andaba y en un polar abajo y tenía el pelo largo, entonces, me prendió fuego y al momento se me pegó el pelo en la cara», relató la mujer a Chilevisión Noticias.
Después del ataque, Gallardo no le habría permitido acudir a un centro asistencial para curar sus heridas y aliviar el dolor en su cara. «Le dije que me llevara al hospital y me decía: «¿Me querís meter preso? ¿Eso querís, que me vaya preso?» Yo estoy agradecida de la señora Rosa, porque ella me ayudó, me limpiaba y me cuidaba», afirmó la víctima.
Cuando ella pudo huir, puso una denuncia en contra del victimario, quien permanece con prisión preventiva y se encuentra imputado por los delitos de lesiones, femicidio frustrado, secuestro y amenazas de muerte.
Según reporta radio Cooperativa, durante la audiencia Gallardo manifestó una conducta desafiante en contra de quienes defendían a su ex pareja.
«Nos miró a quienes estábamos apoyando a la víctima y nosotros nos sentimos amenazadas también. Ahora voy a Carabineros y voy a poner mi constancia de que, a quienes estamos en este caso cumpliendo con nuestra función pública de defender a la mujer agredida, hemos sido también amenazados», comentó la directora regional del Sernameg, Valeska Castillo a la estación radial.
La víctima, en tanto, expresa su temor ante una eventual nueva agresión, por lo que aspira a que el imputado permanezca privado de libertad. «Me da pena, porque más encima estaba lúcido, no estaba ni curado ni drogado, entonces, más pena me da por eso. Que él se quede preso, porque yo no quiero verlo en la calle, porque yo lo conozco, yo sé que me va a hacer otra cosa», asevera.
Llevaban más de un año de relación, sin embargo, el hecho que relata la víctima no constituye el primer ataque. «Reconozco que fui tonta al momento del primer golpe y no alejarme, porque después las consecuencias son estas», reflexiona la joven quillotana.