Juan Carlos Andronicos Antequera, soltero, 23 años a la fecha de su secuestro, nació el 20 de diciembre de 1950, vivía en la comuna de La Granja, Santiago, era Estudiante universitario y Militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), fue detenido en su domicilio el 4 de octubre de 1974, en circunstancias que su hogar se encontraba ocupado por agentes de la DINA, al mando de Fernando Laureani Maturana, este agente represor había llegado el día anterior al hogar de los Andrónico Antequera, junto a su grupo de agentes y procedieron a allanar el inmueble e interrogar a sus moradores, amedrentándolos, golpeándolos y permaneciendo en la vivienda por varios días, testigo de la ocupación es doña Arety Andrónicos Antequera (hermana de la víctimas) Patricia Ramos Casanueva (cónyuge de Jorge Elías, con 9 meses de embarazo), además de la madre, doña Herminia Antequera Latrille, siendo las dos primeras también interrogadas en piezas separadas, insultadas y amedrentadas por los asaltantes, horas después se retiran del lugar deteniendo a varios ocupantes del domicilio , entre ellos a Juan Carlos Andrónico Luis Francisco González Manríquez, (también detenido desaparecido) y a Carlos Rojas Rey. En el grupo asaltante se encontraba el agente de la DINA, Osvaldo Romo Mena (El «Guatón Romo»).
Las víctimas fueron trasladadas desde su hogar al cuartel de calle José Domingo Cañas esquina República de Israel, recinto a cargo de la DINA, en una camioneta nueva marca Chevrolet Luv, color verde claro, con toldo obscuro, permaneciendo en aquel recinto hasta el día 5 ó 6, siendo luego transportados al centro de reclusión de Cuatro Álamos, también controlado por la DINA, (correspondiente al pabellón de incomunicados del recinto de detención de Tres Alamos), desde donde los hermanos Andrónicos fueron sacados con destino desconocido el día 11 de noviembre de 1974, última ocasión en que se los vio, ignorándose sus paraderos hasta el día de hoy. Existen numerosos testimonios de la reclusión de las víctimas en José Domingo Cañas y Cuatro Alamos, que reseñamos a continuación:
Cristián Bisquert, aludido por la madre de los desaparecidos como la persona con la cual se encontró en los Tribunales tiempo después de los hechos, narró haber estado detenido por la DINA y visto a ambos hermanos en el recinto de Cuatro Alamos, donde éstos estuvieron entre el 5 y 15 de octubre de 1974 a lo menos, fecha en que Bisquert fue puesto en libertad.
Cecilia Jarpa Zúñiga, detenida el 3 de octubre de 1974 por la DINA, compartió una pieza el 5 de octubre en el cuartel de José Domingo Cañas y el 12 del mismo mes también, con las víctimas.
Rosalía Martínez Cereceda, detenida el 23 de septiembre de 1974, declararía que vio a los hermanos desaparecidos en José Domingo Cañas, junto a otros recluidos, como Cecilia Jarpa, Amelia Bruhm, Luis González Manríquez, Marta Caballero, Alfredo Rojas Castañeda y David Silbermann.
Cristián Esteban Van Yurick Altamirano, afirma que compartió la pieza número 13 de 4 Alamos con las víctimas, de quienes supo que también habían estado en José Domingo Cañas. Además de los Andrónicos estuvieron con él otros cautivos, como David Silbermann y Alejandro Parada González.
En sentido contrario, y como una burda manera de justificar los crímenes, el jefe de Cuatro Alamos a la fecha de cautiverio de las víctimas, José Manzo Duran, a la sazón Teniente de Gendarmería, declaró en Tribunales que no conoce ni sabe nada de aquellos, añadiendo que eso es comprensible pues muchos utilizaban nombres falsos. Tampoco reconoce las fotografías de los desaparecidos. La versión anterior es inverosímil, al contradecirse con los antecedentes ya reseñados.
El nombre de la victima apareció en el periódico, O’Dia de Paraná, Brasil. «Este sostenía que 60 miristas habían sido abatidos por fuerzas de seguridad argentinas en la provincia de Salta, indicando también sus nombres. Este diario reapareció por única vez para dar aquella «noticia» después de largos años de silencio, para luego volver a quedar absolutamente fuera de circulación. En su edición no constaba un domicilio ni director responsable genuinamente identificado. Posteriormente, se constató por la Agencia de noticias Latín y autoridades argentinas, que ninguno de los 119 supuestos muertos había pisado el territorio transandino.
Cabe señalar que antes de la detención, los hermanos Andrónicos habían sido marginados de la Universidad. Nunca se les comunicó razones concretas para justificar tales medidas, más tarde, a comienzos de 1976, según refiriera la propia madre de las víctimas, fue confiscada por la autoridad la casa en que habitaban, no obstante hacerlo sólo en calidad de arrendatarios, continuándose así la presión sobre la familia.
Juan Carlos Andrónicos Antequera, permaneces vivo en la memoria de quienes luchan por una sociedad mas justa, a cuarenta años de tu secuestro y desaparición Justicia.
Material preparado por Colectivo 119 Familiares y Compañeros