Los hechos ocurrieron el 21 de marzo pasado cuando B.A.H.A. se encontraba haciendo ejercicios junto a otros tres jóvenes, momento en el que fueron atacados por una persona que portaba un arma blanca, lo que generó la reacción de los jóvenes quienes inmovilizaron al agresor.
Fue en ese instante cuando intervino personal de Gendarmería de Chile, que con de disparos de escopeta y gas pimienta controlaron la situación y esposaron a los jóvenes. Luego, cuando los jóvenes eran trasladados a sus piezas, B.A.H.A recibió un disparo en la pierna y encontrándose herido fue rociado con gas pimienta en la cara, lo que le causó heridas en la piel y molestias respiratorias.
Los castigos continuaron entre las 20:00 horas y medianoche, periodo en el cual B.A.H.A. fue golpeado por un grupo de entre diez y quince gendarmes en tres ocasiones. Los funcionarios lo habrían golpeado con pies y puños y le habrían rociado su cara y cuerpo con gas pimienta, lo que le provocó lesiones de diversa consideración, fuertes dolores y sufrimientos físicos y psicológicos.
En el transcurso de 2017, el INDH ha recibido diversas denuncias referidas a vulneraciones hacia los adolescentes del centro de Sename de Til Til, las que han sido realizadas tanto por funcionarios de dicho servicio como de Gendarmería de Chile. En ese contexto, el INDH ha efectuado al menos cuatro visitas al lugar, las que en algunos casos incluyeron al director del INDH, Branislav Marelic.
Al respecto, el director del INDH aseguró que “en esas visitas se entrevistó a adolescentes de distintas casas y han coincidido en denunciar malos tratos, especialmente por parte de funcionarios de Gendarmería, quienes en sus actuaciones –muchas veces- son avalados por funcionarios del Sename”.
Marelic agrega que “los adolescentes han coincidido en señalar que cuando hay dificultades en una casa, el coordinador de turno solicita el ingreso de gendarmes, quienes lo hacen violentamente aplicando gas y golpeándolos, la mayoría de las ocasiones a mano abierta para no dejar rastro, todo a vista y paciencia de funcionarios de Sename”.
El relato de los jóvenes es consistente en el sentido de que es una práctica común en los allanamientos meter a los jóvenes a las duchas y luego rociarles gas pimienta, particularmente a quienes son más contestatarios o reticentes a medidas disciplinarias. También se han recibido denuncias por el uso del encierro prolongado como castigo.
Otra de las situaciones que denuncian es que los funcionarios del Sename no llevan a los jóvenes a constatar lesiones después de ocurridos los hechos, sino que esperan un tiempo y los llevan a la enfermería del recinto.