Un informe emitido por la Comisión Económica y Social para Asia Occidental de la Organización de Naciones Unidas (ONU) entrega un importante y explícito apoyo a la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel (BDS). Por un lado, explicita que Israel es un régimen de Apartheid y, por el otro, llama a solidarizar e impulsar acciones tendientes a desmantelar las políticas segregadoras del Estado hebreo.
En 74 páginas, el informe titulado «Prácticas del Estado de Israel hacia el Pueblo Palestino y la cuestión del Apartheid» recomienda, además, fomentar en los países “la adopción de medidas prácticas en conformidad con el derecho internacional para ejercer presión sobre Israel para que desmantele su régimen de apartheid”. Junto a ello explicita que “se deben hacer esfuerzos para ampliar el apoyo a las iniciativas de boicot, desinversión y sanciones entre los actores de la sociedad civil”. (Traducción del informe de palestinalibre.org)
La campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones surgió el año 2005 desde la sociedad civil palestina como método de lucha no violenta contra el régimen sionista de Israel ante el fracaso de las negociaciones, el multilateralismo, el avance implacable de las fuerzas israelíes y la expansión de colonias en territorio de lo que se conoce como la Palestina Histórica.
En el mundo, el movimiento BDS ha llegado a las universidades, a los sindicatos y a diversas organizaciones que apoyan de forma concreta al pueblo palestino en sus tres demandas históricas: fin de la ocupación y desmantelamiento del muro; reconocimiento de los derechos fundamentales de los ciudadanos palestinos que viven en Israel; respetar, proteger y promover el derecho al retorno de los palestinos refugiados.
Dentro de las conclusiones, el informe de la comisión afirma que “Israel estableció un régimen de apartheid” y que el pueblo palestino “está sometido”, para lo cual la comisión cuenta con “pruebas abrumadoras” de que “Israel es culpable de políticas y prácticas que constituyen el crimen de ‘apartheid’, así como lo definen los instrumentos de la ley internacional”. Para ello, Israel utiliza el método de “la fragmentación estratégica de los palestinos, de tal forma que éstos han quedado divididos en grupos oprimidos con distintas leyes, políticas y prácticas”, provocando la división del pueblo palestino “en dos regiones diferentes geográficamente administradas por distintos tipos de legislación”.
Desde el Comité Nacional Palestino por el Boicot, Desinversión y Sanciones (BNC) -la coalición más grande de la sociedad civil palestina que lidera y apoya este movimiento global- junto con expresar que este informe es un “avance histórico”, recordaron que el Apartheid es el segundo crimen más grave contra la humanidad en el derecho internacional -después del delito de genocidio-, por lo que tras el informe, “se reforzará el argumento a favor de las sanciones mundiales contra Israel”.
Por medio de un comunicado, Ingrid Jaradat, miembro del Secretariado Internacional del BNC, manifestó que «esta es la primera entidad de la ONU que prueba que Israel es culpable del crimen de Apartheid contra el pueblo palestino”, y agregó que esto confirma lo que han dicho desde el año 2005 desde el movimiento BDS.
Sudáfrica está más cerca
En el lanzamiento del informe, Rima Khalaf, directora de la Comisión de la ONU, manifestó que su importancia “no se debe solamente a que es el primero de su tipo que concluye que Israel es un Estado racista que ha establecido un sistema de Apartheid que persigue a los palestinos, sino porque esclarece la esencia de la causa palestina y las condiciones necesarias para lograr la paz”.
Por medio de un comunicado, desde el movimiento BDS, Omar Barghouti, uno de sus ideólogos y fundadores, expresó que “nuestro momento de Sudáfrica está cerca”, en relación a la victoria del movimiento de boicot que liberó a Sudáfrica del régimen de segregación.
Este informe de la ONU “es un claro indicador de que el Apartheid de Israel está destinado a terminar, como lo hizo Sudáfrica”, sostuvo Barghouti, quien sostuvo que el BDS no sólo está creciendo de manera “impresionante” en los campus universitarios, en iglesias, sindicatos, organizaciones culturales y movimientos sociales, sino que “hoy es adoptado por una Comisión de la ONU”. Esto, agrega, puede constituirse como “el primer rayo de luz que abra el alba de las sanciones contra el régimen de ocupación, colonialismo y Apartheid de Israel».
En tanto, Guman Mussa, Coordinadora de Campañas del Mundo Árabe del BNC, relevó del informe el llamado que hace a los gobiernos estatales y a la sociedad civil internacional para que “respalden al BDS como el mecanismo más efectivo para conseguir que Israel rinda cuentas”, y expresó que “actuar para detener el Apartheid de Israel no es una acción opcional sino una obligación bajo el derecho internacional”.
En tanto, según informó TeleSur, desde el Estado hebreo, el vocero del Ministerio del Exterior de Israel, Emmanuel Nahshon, recomendó no leer el documento “sin pastillas contra las náuseas”. El embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, manifestó que el informe es un intento de “difamar y etiquetar falsamente la única democracia verdadera en Medio Oriente mediante la creación de una analogía falsa”, concluyendo que “es despreciable y constituye una mentira flagrante”.
“Pasamos a otra etapa en el conflicto”
Para el académico del Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile, Kamal Cumsille, este informe se puede leer como “un apoyo manifiesto a la lucha por la liberación del pueblo palestino”, y comparó su importancia, en entrevista con El Ciudadano, con el momento en que en el año 1974 la ONU recibió como “miembro observador” al líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat.
Cumsille también menciona que este informe “intenta frenar la gran campaña de Israel y del lobby antiboicot para criminalizar a los activistas pro palestinos”. Lo que hace este documento, agrega, es “cambiar de manera importante el léxico del conflicto”, ya que por primera vez “habla desde una perspectiva colonial y deja atrás la falsa equivalencia de que este conflicto es entre dos estados con fronteras que tienen dos ejércitos y fuerzas armadas equivalentes”. En el fondo, el académico considera que con este hito se pasa “a otra etapa en el conflicto”, pues ya no hay que argumentar que Israel tiene un régimen de apartheid, “sino que ahora se constata en este informe de la ONU”.
Para el académico las recomendaciones que hace este documento son muy importantes, solo bastaría -dice- que los activistas por el BDS “implementaran esas recomendaciones en sus países, tal como se ha hecho con los asuntos del cambio climático”. En definitiva, asegura que “este es un espaldarazo tremendo al boicot”.
Cumsille se refiere específicamente a lo que establece el título 3 del informe “Conclusiones y recomendaciones”, donde se manifiesta que uno de los objetivos clave ha sido fomentar “la adopción de medidas prácticas en conformidad con el derecho internacional para ejercer presión sobre Israel a desmantelar su régimen de Apartheid”. En ese sentido, llama a “hacer esfuerzos para ampliar el apoyo a las iniciativas de boicot, desinversión y sanciones entre los actores de la sociedad civil”.
En Chile, el movimiento BDS también ha crecido y actualmente el trabajo de diversas organizaciones al interior de la academia ha mostrado avances paulatinos pero importantes.