El 11 de noviembre de 2014 el sacerdote de los Legionarios de Cristo, John O’Reilly, fue condenado por el Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago a una pena de 4 años de libertad vigilada, luego de ser declarado culpable de abusos sexuales reiterados en contra de una menor de edad, ex alumna del Colegio Cumbres, entre los años 2010 y 2012.
Obviando la recomendación realizada por Gendarmería de Chile, que en su informe presentencial estableció que O’Reilly no estaba apto para cumplir su condena en un medio libre, el religioso fue igualmente favorecido con el beneficio de la libertad vigilada, por lo que desde entonces camina tranquilamente por las calles de nuestro país.
Cuatro meses después de la sentencia, el Congreso revocó la nacionalidad por gracia que le había sido otorgada al sacerdote irlandés en 2008.
En ese contexto, el Departamento de Extranjería del Ministerio de Interior decretó su expulsión de Chile, estableciendo que éste debía abandonar el territorio nacional en diciembre de 2018, luego de cumplir su condena.
Sin embargo, el 5 de septiembre de 2016 la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago decidió suspender dicha resolución, calificándola como «arbitraria» y acogiendo un recurso de protección presentado por su defensa.
Un escenario favorable para el abusador sexual que, no obstante, tuvo recientemente un duro revés en su contra luego de que el Gobierno acudiera a la Corte Suprema. Según consigna revista Capital, el máximo tribunal finalmente ratificó el decreto de expulsión del Departamento de Extranjería, estableciendo en consecuencia que John O’Reilly debe abandonar Chile en diciembre de 2018, una vez que cumpla su condena de 4 años y un día.