El juez Gustavo Lleral, a cargo de la investigación sobre el caso de Santiago Maldonado, informó que el cadáver del joven, hallado esta semana en el río Chubut, no tenía lesiones.
«Lo único que falta ahora es averiguar cuál ha sido la causa de su muerte y para ello debemos esperar que se produzcan los resultados complementarios de la muestras que se toman en este tipo de casos», dijo el juez la noche del viernes, en declaraciones a la prensa en la puerta de la morgue judicial.
Según Lleral, habrá que esperar «más de dos semanas» para tener los resultados definitivos del proceso de autopsia.
«Les puedo decir que gracias a esta pericia se pudo determinar que no hubo lesiones en el cuerpo, por lo menos que fuera determinado por los peritos, y todos los peritos estuvieron de acuerdo en concluir sobre ello», señaló Lleral, una vez terminado el proceso de autopsia del cuerpo, que duró más de doce horas.
El juez dijo que gracias a los «rastros papilares» se confirmó que se trata del cuerpo de Maldonado, apenas unas horas después de que Sergio, hermano de Santiago, declarase que el cadáver era el de su familiar, al haber reconocido sus tatuajes.
Primeros resultados
Según consigna este sábado el diario argentino Página 12, el reconocimiento de Santiago por parte de sus familiares se pudo hacer después de que los forenses prepararan y limpiaran el cuerpo. El cuerpo estaba en un buen estado de conservación, lo que permitió que se tomaran y cotejaran las huellas dactilares de doce puntos distintos. Fue la primera corroboración científica de la identidad. La operación de autopsia comenzó entrada la tarde. Todo el procedimiento estuvo supervisado por el Cuerpo Médico Forense, cuyas autoridades estuvieron presentes, y especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense. Hubo 56 personas en total dentro de la sala (entre técnicos, forenses, laboratoristas, entre otros) en que se hizo la autopsia, incluyendo dos veedores y el juez Gustavo Lleral. Fue filmado con dos cámaras y fotografiado. Afuera había otros tantos asistentes.
Se encontraron con un cuerpo que no tenía mutilaciones, que estaba en buen estado de conservación, informaron a Página 12 allegados a la investigación. Sin golpes, heridas de bala, signos de ahorcamiento, forcejeo u otras agresiones de terceras personas. Tenía, por ejemplo, pulseras que no dejaron ninguna clase de marcas. Sólo tenía la mordedura de un pez en el lado de derecho del rostro y en la frente marcas que podrían ser de colmillos de un zorro. El proceso de putrefacción era incipiente. Es posible que las bajas temperaturas del agua colaboraran con la conservación. Pero todavía no se estableció cuánto tiempo estuvo en el agua, cuándo ocurrió la muerte, ni es completamente seguro que se logre determinar con certeza.
No hay todavía conclusiones sobre qué fue lo que causó la muerte de Santiago. Los indicios de ahogamiento surgen de la ausencia de lesiones y de que la médula estaba “líquida”. Además vestía mucha cantidad de ropa (pantalones y abrigos superpuestos) muy pesada. Los estudios que se harán para corroborarlo rastrean la presencia de algas (diatomeas, geoplancton o fitoplancton) tanto en la médula como en las cavidades cardíacas. En unos quince días se conocerá el resultado. Por esta cuestión estuvieron presentes dos expertos de la facultad de Ciencias Exactas. También se debe descartar si no pudo sufrir hipotermia. En el caso de que se hubiera ahogado, algunos forenses y criminalistas dicen que no se puede descartar que lo hayan ahogado.
Será clave y tomará más tiempo reconstruir cómo llegó Santiago hasta ese lugar. Lo que es claro es que una comparación y análisis en un mapa satelital de las imágenes tomadas en el lugar donde fue hallado el cuerpo en el Río Chubut, muestra que se encontraba a menos de 70 metros de donde estuvo un grupo de gendarmes, entre ellos el subalférez Emmanuel Echazú, que fue fotografiado allí.
Echazú es el agente que aparece con sangre en la cara en algunas fotos y que según la enfermera de Gendarmería fue atendido ahí dentro de la comunidad. Además, junto con otro compañero, tardaron casi doce horas en regresar a sus bases después que terminó el operativo. Llegaron a las 5.30 de la mañana del día siguiente, 2 de agosto. Santiago desapareció el 1 de agosto.
Entre los numerosos y variados testimonios que dieron los Gendarmes a las propias autoridades de la fuerza para la investigación interna, hablaron de personas a las que perseguían que cruzaron el río. Santiago, al parecer, dudaba en cruzar por temor a no lograr nadar y flotar. La sola persecución de la Gendarmería sin razón alguna (ya que los piedrazos que alegan como delito en flagrancia se produjeron ya dentro del territorio de la Pu Lof) y la posibilidad de que, por caso, hayan visto a Santiago en el río y no hayan hecho nada por sacarlo, los compromete. Todo eso puede tener consecuencias, desde la evaluación del allanamiento ilegal hasta el abandono de persona, y hace imposible describir la muerte de Santiago sin el papel central de esa fuerza, concluye el reporte de Página 12.