La banca echa de su casa a 500 personas al día en España

En España se producen un promedio 500 desahucios por día. Los mismos no tienen consideraciones con la edad y afectan a numerosas familias. La mayoría de los casos de desahucios a ancianos se producen por haber sigo garantes de sus hijos y la consecuencia es la pérdida de su hogar de toda la vida.

El caso de Carmen Martínez Ayuso, de 85 años, obligada a dejar su casa por avalar un préstamo a su hijo, ha desatado una ola de solidaridad en toda España. Incluso un equipo de fútbol, el Rayo Vallecano, se ha comprometido a pagarle un alquiler. “Estamos dispuestos a ayudar a doña Carmen, por supuesto”, aseguraron sus integrantes.

Desahucios dramáticos que pasan desapercibidos

Sin embargo, el abogado de Carmen, Manuel San Pastor, asegura que cada semana se producen desahucios de este tipo, pero que pasan desapercibidos. “Nos encontramos todos los días con casos como el de Carmen. Aquí, una mujer de noventa años también se va a ir a la calle y no hay esa repercusión mediática, no hay esas ayudas de clubes de fútbol y no hay esa movilización social”, explica.

A punto de perder su piso tras avalar la hipoteca de su hija

Uno de estos casos dramáticos, a los que quiso dar voz RT, podría ser el de María Núñez Arenas, de 80 años, a la que ya empiezan a llegarle las cartas de embargo. Avaló a su hija cuando ésta tenía trabajo, lo perdió y no pudo afrontar la hipoteca. Aunque ese piso ya es del banco, también piden el de María.

“A mí me va a suponer la vida. El tiempo que llevamos viviendo aquí son casi 40 años. En septiembre serán 40 años, porque me vine en septiembre del 75 y esto nos ha supuesto mucho sacrificio”, cuenta la afectada. El sacrificio en estos momentos se multiplica con el hecho de que vive con 600 euros al mes, y tanto ella como su marido están enfermos.

“Que nos dejen vivir aquí, que nos dejen vivir mientras vivamos. Si no creo que vivamos ya muchos años. Yo tengo 80 años, mi marido tiene 83 y ya por mucho que queramos vivir, no sé cuánto podrá ser lo que nos queda. Quisiéramos que fuese aquí, que nos cogiera aquí la muerte”, declara.

La mayoría de los desahucios tienen un avalista detrás

María asegura que cuando firmó el aval a su hija no era consciente de lo que podía ocurrirle, ella no entiende de economía. Desde la plataforma de afectados por la hipoteca calculan que prácticamente, en el 80% de los desahucios a personas de origen español, hay un avalista detrás.

“A ti te dice un hijo aválame y le avalas. Además tenemos que tener en cuenta que aquí se ha engañado a todo el mundo”, señala Feli Vázquez, portavoz de la plataforma de afectados por la hipoteca. “Se ha engañado a personas jóvenes. El notario y toda la gente que está alrededor en el banco no han sido claros, por eso nosotros lo denunciamos como una estafa. Y en este caso es todavía peor, porque desde luego, la señora no sabe ni lo que ha avalado, ni lo que ha firmado, ni cuáles son sus consecuencias”.

Pasar el invierno más duro tras trabajar toda la vida

En el caso de Tomás Font, de 74 años, incluso se presentaron documentos falsos ante el banco. Contrató a un prestamista para que le reunificase una deuda de 42.000 euros. Éste le metió en una hipoteca de 110.000 euros. Para que se la concedieran, hizo que la pusieran a nombre de su hijo, que tiene una deficiencia y ese señor presentó un contrato falso de trabajo. De 900 euros que cobra al mes, 500 se le van en pagar recibos. De seguir así, perderá la casa.

“Yo he estado trabajando desde los 12 años, iba al colegio e iba a trabajar en una pastelería y allí he estado toda mi vida”, cuenta el afectado. “No podemos poner la calefacción porque no podemos pagarla. Tenemos que cambiar la caldera, pero he ido a pedir un préstamo para que me la financien y me dicen que no pueden. A mi hijo donde está le dan comida, a nosotros aquí en Cáritas, también nos dan comida cada 15 días… y ese es el día a día”.

Según datos oficiales, sólo entre julio y septiembre de este año se han realizado en España más de 13.300 desahucios, casi la mitad a personas que no podían hacer frente a su hipoteca. Todo esto, en el país con el porcentaje más elevado de viviendas vacías de toda Europa.

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