La historia de Luciano y la lucha de su padre por la justicia en Chile

“He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.” Gabriel García Márquez

La historia de Luciano y la lucha de su padre por la justicia en Chile

Autor: Francisco

Lucianorendon

A la una y media de la noche del 27 de octubre de 2012, en la comuna de Peñalolén de Santiago de Chile, el joven de 18 años, Luciano Rendón, como blanco de un rayo de puntería sorda y exacta, fue víctima de una golpiza criminal por diez miembros de los comandos electorales de la Democracia Cristiana (DC) y la Unión Demócrata Independiente (UDI). Los agresores para concentrar la mayor violencia en el menor tiempo posible utilizaron herramientas de fierro y un bate de béisbol contra el muchacho. Inmediatamente lo levantaron y como si fuera un despojo, lo lanzaron a la Avenida Américo Vespucio para que fuera destrozado por los vehículos.

Esta es una historia sobre la impunidad, la colusión de los poderes políticos y judiciales, la indolencia burocrática y la crisis ética del país andino. Un caso que resume los intereses privados detrás de los discursos públicos de ocasión. Pero también es la historia de un padre, Miguel Ángel, que hizo y hace lo indescriptible por conquistar el juicio y castigo para los que atacaron a su hijo y a todos los hijos violentados por la lumpenización del viejo sistema de partidos políticos que administra el Estado.

Las secuelas

Yo estoy en la Ciudad de Buenos Aires y a través de una red social me comunico en tiempo real con Miguel Ángel, el padre de Luciano. Me cuenta que su hijo “está con vida” y que van más de 520 días desde la noche feroz. A pocas horas de la intentona asesina y ya en el servicio de urgencia de neurocirugía, le informaron que Luciano sufriría una “muerte inminente”. Entonces le realizaron dos cirugías desesperadas en la cabeza. Con su cerebro inflamado los médicos le cortaron aproximadamente un 40% del cráneo para extraer materia encefálica y espantar a la muerte. 15 días permaneció en coma.

-Estamos en abril de 2014, ¿cómo está tu hijo ahora?

“Ya cumple los 20 años y con extraordinarios esfuerzos comenzó hace poco sus estudios superiores. Antes de las agresiones era un excelente alumno. Una de las secuelas más palpables son sus serias dificultades neuro-oftalmológicas, la permanente actualización del trauma y otras consecuencias que desconocemos. El pasado 20 de febrero sufrió su primer ataque epiléptico. Pero está vivo.”

El 25 de marzo de 2013 intervinieron médicamente a Luciano por tercera vez. Debían cubrirle con una placa y tuercas de titanio de medidas precisas ese 40% de cráneo que antes le habían quitado. Sin embargo, Miguel Ángel explica que “a los pocos meses la placa se soltó y se movía de forma notoria e irregular. Alguien decidió variar sin aviso los términos de la licitación pública de la cirugía y para ahorrar unos pesos, en vez de titanio exacto, usaron acrílico barato y el titanio fue reemplazado por 7 puntos cosidos con un hilo quirúrgico ordinario.”

Recién el 20 de enero de 2014 el muchacho fue operado por cuarta oportunidad para corregir la intervención anterior. El sistema sanitario chileno, una vez más, mostró su dentadura negra, su condición de mercancía, la tragedia de tantos.

Miguel Ángel ante la ley

El padre de Luciano es sociólogo y hermano del reconocido luchador ambientalista Luis Mariano Rendón quien obra de abogado en la causa legal de su sobrino.

Como el protagonista de la novela El Proceso de Kafka, Miguel Ángel ha golpeado todas las puertas, efectuado infinitas tramitaciones, sostenido encuentros con personalidades de todo el espectro político y jurídico-institucional chileno, con la Comisión de DDHH de la Cámara de Diputados, con el Instituto Nacional de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, y una larga lista donde sólo falta el Papa y Obama, sin obtener lo que busca.

“Queremos verdad pública, juicio y castigo a culpables, cómplices y encubridores; salud, educación, seguridad, reparación y ley” dice Miguel Ángel, “Lo que le ocurrió a Luciano, pasa en todo el mundo. Por eso deseamos que la comunidad internacional se haga parte y tome nuestro caso como ejemplo, partiendo por el apoyo de los más y los menos conocidos defensores de los DDHH del globo.”

-¿Cuáles han sido tus últimas gestiones?

“Hace poco me reuní con el ministro de Justicia del actual gobierno, José Antonio Gómez (PRSD). Además me encontré con el senador independiente Carlos Bianchi y quedamos de reunirnos en el ex Congreso Nacional la mañana del 31 de marzo. Y el viernes 4 de abril tengo la segunda cita –la primera fue a un mes del ataque contra Luciano- con el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán. Ese encuentro es muy delicado.”

-¿Por qué?

“En la primera reunión con Chahuán le solicitamos un fiscal especial, pero él nos dijo que era imposible. Sí se comprometió a asignar un fiscal de atención preferente. Cuando nos despedimos yo le manifesté que nos íbamos tranquilos si él nos aseguraba que nuestro hijo recibiría la misma calidad de justicia que uno de sus propios hijos, y Chahuán nos respondió que sí, que obviamente.”

-¿Qué pasó con el fiscal comprometido por Chahuán?

“Al día 50 de los hechos nos encontramos con que el fiscal destacado para el caso no había decretado ninguna diligencia a la Brigada de Homicidios, considerando que se trata de una querella caratulada como Homicidio Frustrado. Ello tiene importantes consecuencias en cuanto al peritaje estrictamente policial porque estamos frente a un hecho de sangre que mientras más tiempo se posterga, también menos registros materiales va dejando. Un año entero estuvo sin ser periciada la ropa con fluidos corporales que vestía Luciano esa noche.”

-Imagino que ustedes hicieron las denuncias correspondientes…

“Por supuesto. La cuestión es que ese primer fiscal fue cambiado por una fiscal especializada en delitos violentos. Consultada por un periodista de televisión abierta sobre el curso del caso, ella se limitó a hacer declaraciones formales que no dijeron nada. Después salió de vacaciones un mes y fue transferida a otro puesto.”

-…

“Se nombró a un tercer fiscal, Jorge Belaúnde. En noviembre de 2013 tuvimos el último contacto con él, donde simplemente nos dijo que diéramos vuelta la página. En resumen, ninguno de los tres fiscales nominados por Chahuán hizo nada.

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El factor policial

A Miguel Ángel le resulta incomprensible la conducta de políticos y fiscales cuando “Policialmente el caso está claro desde la noche 1 de la golpiza criminal. La Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) tiene la ficha completa con las fotos y los nombres de los agresores, quienes viven en las cercanías de nuestro hogar. Nos hemos reunido con la Brigada de Homicidios y ella decretó órdenes de detención contra personas ya individualizadas, pero el fiscal las echó hacia atrás, nunca las consideró. Es decir, la policía ha hecho adecuadamente su trabajo, pero la justicia ha obstruido la verdad, extrañamente.”

-La Brigada de Homicidios cumplió entonces…

“Mira, hace 4 años la opinión pública se conmocionó ante el asesinato de dos menores a manos de su propia madre. En la solución policial de ese caso el actual comisario de la Brigada de Homicidios de la PDI, Erwin Rojas jugó un papel clave. Ese mismo funcionario tiene a cargo la investigación de Luciano.”

La administración Bachelet

“El 11 de marzo de 2014 asumió el nuevo gobierno”, recuerda Miguel Ángel, “pero yo sostuve reuniones con las nuevas autoridades antes de que lo fueran. Por ejemplo, con la presente Secretaria General de la Presidencia, Ximena Rincón, cuando era jefa de la bancada DC del Senado. Allí asumió un conjunto específico de compromisos con el caso, pero hasta hoy no cumplió ninguno. Lo mismo se repitió con la actual ministra de Desarrollo Social, Fernanda Villegas (PS)”.

Las responsabilidades políticas y la Ley Luciano

-Los comandos de campaña implicados en el atentado a tu hijo y en los posteriores seguimientos para amedrentarlos a ustedes son de la DC y la UDI. ¿Han tenido contacto con ese último partido?

“En marzo de 2013 comenzamos a entregar cartas en la misma sede central de la UDI. Nos reunimos con el entonces secretario general de esa tienda, Jaime Bellolio. Asimismo, le hemos exigido permanentemente un encuentro a uno de los fundadores de la UDI, su ex presidente y desde hace 20 años senador, y que hoy es presidente de la Comisión de Ética del Senado, Hernán Larraín. Pero nada.”

-De todos modos tú me has informado que de esa tienda salió un proyecto de ley respecto de Luciano y más allá…

“En efecto. Nos entrevistamos con la que era todavía diputada UDI, María Angélica Cristi (que no se postuló en las últimas elecciones) y de allí salió el primer Proyecto de Ley Luciano que existe, con el apoyo partidista transversal de parlamentarios.”

-¿Y en qué consiste?

“Ese proyecto presentado a un mes del ataque contra mi hijo busca modificar la Ley Electoral de Votaciones Populares o Ley 18.700. ¿Cómo? Rediseñando radicalmente el modo específico de realizar las campañas electorales, reduciendo la publicidad en los espacios públicos, con una normativa común para todos, etc. María Angélica Cristi ya no es diputada, pero el proyecto está.”

-No es el único proyecto…

“Hay también un segundo Proyecto de Ley Luciano que modifica la 18.700 que fue ingresado al parlamento en mayo de 2013 por la ex diputada y ahora senadora Adriana Muñoz (PPD). Este proyecto es igualmente transversal que el anterior, pero ahonda aún más en los cambios. Indica, por ejemplo, que los miembros de los comandos de campaña deben ser inmediatamente visibles y reconocibles respecto de su pertenencia. Asimismo, los vehículos. Señala que los brigadistas no pueden tener antecedentes penales ligados a la violencia (la mayoría de los comandos son tercerizados y no compuestos por militantes, salvo la izquierda que sí tiene militantes y simpatizantes voluntarios). Otro elemento es que si un comando comete un ilícito, en 48 horas como máximo la o el candidato de su comando responsable debe presentar la denuncia en los tribunales o en la PDI, cuestión que no ocurrió con Luciano.”

En la mitología histórica de Chile se ha intentado convencer a los nativos y extranjeros, con relativo éxito, de que el país es extraordinariamente legalista, apegado a las normas, incorruptible jurídicamente, casi un semáforo de relojería matemática. No obstante, como ocurre en muchos ámbitos de una de las naciones más desiguales del planeta, en su derrotero agobiante Miguel Ángel comprobó que “aquí todo el mundo viola la Ley Electoral en los hechos. Debido a ello, nosotros mismos hemos eliminado propaganda electoral. Las campañas de los partidos políticos comienzan ilícitamente con meses de anticipación en la calle, las ‘palomas’ que deben ser móviles son fijadas con alambre a postes y a otras estructuras públicas, y aunque la ley lo prohíbe se instalan letreros descomunales. Se transgreden masivamente hasta los sitios más inimaginables. Y descubrimos que en Peñalolén y otras comunas, son los propios alcaldes quienes ordenan la distribución ilegal de la publicidad electoral.”

La campaña necesaria y que no haya soledad

“Los políticos profesionales se excusan por no hacer nada arguyendo que este no es un hecho político ni de DDHH, sino que delictual, así que es la justicia la que resuelve. Pero la justicia no ha movido un dedo. Todos los personajes e instituciones a las que he acudido reaccionan horrorizados, pero luego no hay acciones concretas”, termina apuradamente Miguel Ángel mientras mi ordenador arde y pierde la señal.

Conmueve e indigna el caso Luciano y la batalla de su padre en un Chile donde la mitad de los hijos carecen de padre conocido. No está de moda luchar por la verdad, ni la paternidad responsable, ni el sacrificio que no cesa de Miguel Ángel por su hijo en un país de “huachos”. En Chile desde hace demasiado tiempo gobierna el egoísmo y la insolidaridad, condiciones necesarias para la impunidad más abyecta de los poderes y las mafias establecidas; casi “naturalizadas” por millones de individuos. Pero la República de la indolencia, el miedo y la incapacidad de empatizar con el dolor de los demás no es un destino fatal e inmóvil. Por necesidad histórica debe ser derrotada. De lo contrario la vida misma pierde sentido.

Si has llegado, lector, hasta el párrafo último del presente artículo, queremos hacerte un pedido urgente por los lucianos y los miguel-ángeles. No importa tu nacionalidad. Pero nos hemos comprometido con un mínimo de decencia en Argentina. Se trata de llevar una carta firmada por el máximo de personas posibles a la Embajada de Chile en Argentina para hacernos parte de la demanda justa de un padre por su hijo. Tu nombre y datos no tendrán fuerza legal. Tendrán fuerza ética y humanista. Y si puedes acompañarnos a la Embajada el día que entreguemos la misiva colmada de nombres de gente que no se conoce personalmente tal vez, pero sí se reconoce en el otro como un igual, mejor aún. Para tomar contacto con esta campaña llena de sentido, basta con que escribas a los correos [email protected] y/o [email protected]

La ternura puesta en acción es promesa de porvenir.


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