Florent Marcellesi, portavoz de Equo (partido ecososialista) en el parlamento europeo, considera que el problema del agua es uno de los más dramáticos derivados de la ocupación por parte de Israel en Palestina.
El portavoz ha tratado de hacer tomar conciencia a Europa a través de declaraciones llenas de sentido común, que invitan a tomar conciencia y nos hacen ver que los días, en que alguien nos contaba un mito que decía que ‘las guerras del futuro serían por agua’, no están muy lejano.
Marcellesi, ha tratado de abrir los ojos de europa: “nos da la impresión de que nos quieren vender que estamos ante un conflicto religioso; y, sin embargo, cuando nos aproximamos a la realidad, vemos que se trata de un conflicto muy material: de agua, de pesca, de gas, de residuos, etcétera”, pero no ha logrado una respuesta concreta que cambie la situación.
El problema del agua en Palestina es uno de los más graves y ha sido deliberadamente aplazado por Israel hasta que se encuentre una solución definitiva al conflicto. Así se estipula en el acuerdo de Oslo 2 de 1995 que institucionalizó la explotación de agua por parte de Israel. Desde entonces, los israelíes no han mostrado ningún interés en resolverlo pese a las quejas palestinas y a la creciente escasez de líquido disponible en los territorios ocupados, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza.
El principal acuífero subterráneo de la zona, llamado el Acuífero de la Montaña, está sobreexplotado por Israel y sólo el 20% se pone a disposición de los palestinos.
Además, según Marcellesi y estudios realizados por sitintas organizaciones sin fines de lucro, Israel ha ido reduciendo la entrega de agua a sus vecinos paulatinamente. “Si en 1999 los palestinos recibieron 138,2 millones de metros cúbicos, en 2007 el volumen se redujo a 113,5 millones, y al año siguiente a 84 millones.”
Israel alega que esto se debe a que hay menos cantidad de agua disponible, mientras que los palestinos argumentan que Israel practica una sobreexplotación. Un reciente informe del Banco Mundial abunda en este sentido.
“Se trata de una injusticia clara: existe una gran diferencia entre el volumen de agua que se pone al servicio de los israelíes y el que se pone al servicio de los palestinos. Incluso entre los mismos palestinos hay una gran diferencia entre quienes están conectados al servicio de agua que está en manos de la empresa israelí Mekorot y quienes no están conectados”, comenta el portavoz europeo de Equo.
Datos
Distintos informes internacionales han subrayado que el muro de 700 kilómetros que Israel ha construido dentro de Palestina ha sido trazado con el fin de mantener las zonas más ricas de agua en el lado israelí del muro. Un informe de octubre de 2009 de Amnistía Internacional reafirma este extremo.
El artículo 40 de los acuerdos de Oslo 2 de 1995 daba teóricamente a los palestinos un mayor acceso al agua del Acuífero de la Montaña. Sin embargo, la realidad es que pese a las continuas demandas de agua por parte de los palestinos, Israel les ha prohibido perforar pozos al tiempo que ha incrementado la extracción para su propio consumo.
La posición oficial de la OLP respecto al tema del agua es la siguiente: “Todos los recursos de agua potable que son transfronterizos entre el Estado de Palestina e Israel deben ser compartidos equitativamente entre las dos partes de acuerdo con la ley internacional”. Por su parte, Israel evita cuidadosamente pronunciarse sobre esta cuestión.
En la Franja de Gaza la situación es peor que en Cisjordania. El Acuífero de la Costa produce 450 millones de metros cúbicos al año para Israel y 55 millones de metros cúbicos para Gaza. Este acuífero ha sufrido una enorme sobreexplotación y la zona de Gaza se ha contaminado con aguas residuales, de manera que entre el 90 y el 95% del agua que consumen los gazatíes no es apta para el consumo, según la Organización Mundial de la Salud.