«Tristemente en Chile existe justicia para ricos y justicia para pobres y eso pasa por la existencia de la justicia de clase», decía en diciembre de 2014 el abogado de la Defensoría Penal, Rodrigo Román, consultado por eldesconcierto.cl respecto a la sentencia que dejó libre a Martín Larraín, hijo del ex senador RN Carlos Larraín, en un juicio por el atropello y muerte de una persona.
Al caso Larraín se han ido sumando en el último tiempo los involucrados en millonarios fraudes al fisco y delitos de corrupción en los casos Penta, SQM y Corpesca, y cuyo símbolo en términos de impunidad ha sido el también ex senador Jovino Novoa (UDI), quien aún reconociendo haber delinquido fue dejado en libertad. El ex parlamentario, además, no quedó inhabilitado para postularse nuevamente a un cargo de representación popular.
Sin embargo, en la otra vereda la justicia sigue operando y poniendo tras las rejas a otras personas que roban. Así ocurrió este martes 10 de mayo, cuando el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Chillán condenó a la pena de 10 años y un día de presidio a Patricio Alexis Guerino Guerino, como autor del delito de robo con intimidación, hecho ocurrido en marzo de 2015 en el supermercado Mayorista 10 de la comuna.
En fallo unánime, el tribunal condenó, además, a la coimputada Jazmín Romanechi Barrera Lema a la pena de 5 años y un día de presidio. Junto con ello se decretó para ambos las penas accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y a la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena.
En la sentencia, los magistrados señalan que la decisión condenatoria se basó principalmente en el «testimonio creíble» del guardia de seguridad del lugar y de lo apreciado al ser reproducido el video captado por la cámara de seguridad del mencionado local comercial.
«A las 8.45 horas del 30 de marzo de 2015 (…) Patricio Alexis Guerino Guerino y Jazmín Romanechi Barrera Lema, junto a un tercero, ingresaron al Supermercado Mayorista 10, ubicado en calle Arturo Prat Nº 879, de esta ciudad, y una vez en el lugar, sustrajeron con ánimo de lucro y sin la voluntad de su dueño, diversas especies, siendo sorprendidos por Ricardo Moisés Solís Sepúlveda, guardia de seguridad, traspasando las cajas registradoras y paletas de seguridad, sin pagar su valor, al que, con el objeto de impedir resistencia u oposición y favorecer su impunidad, intimidaron con armas blancas, para luego darse a la fuga del lugar», señala el fallo.
A los sentenciados se les aplicó, además, la agravante especial del artículo 456 bis Nº 3 del Código Penal que indica que «en los delitos de robo y hurto serán circunstancias agravantes (…) ser dos o más los malhechores”.
Daniel Labbé Yáñez
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